MEMORIA HISTÓRICA
La hermandad de la Macarena exhuma los restos mortales del general golpista Queipo de Llano y de Bohórquez Vecina
“¡Honor y gloria para las víctimas del franquismo!”. Ese ha sido el grito que se ha escuchado a la puerta de la Basílica de la Macarena cuando los restos del general golpista Queipo de Llano han salido en una furgoneta funeraria. Es el grito que ha roto los aplausos de la familia del general en la plaza sevillana (includo un “viva Queipo”). La voz era la de Paqui Maqueda, presidenta de la Asociación Nuestra Memoria y miembro de la Plataforma de Gambogaz (el cortijo de los Queipo), que, en cuanto se ha enterado del movimiento, ha ido hasta la puerta. “Yo tenía que verlo”.
Porque este miércoles, en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, la hermandad de la Macarena de Sevilla ha exhumado los restos de Gonzalo Queipo de Llano de la basílica donde estaba enterrado en un lugar preeminente, así como los del auditor de guerra Francisco Bohórquez Vecina.
Desde las 20.30 horas ha habido un movimiento inusual a las puertas de la iglesia de la capital hispalense. Y esta noche, 2 de noviembre, Día de Fieles Difuntos, Queipo de Llano ha salido del templo, 71 años después de haber sido enterrado con honores en 1951 y tras muchas décadas de reivindicaciones en ese sentido, con homenajes a las mujeres represaliadas o anuales vigilias antifascistas siempre bajo el lema “fuera Queipo de la Macarena”.
Hace apenas un mes que se aprobó la nueva Ley de Memoria Histórica, que dejaba bien a las claras el deber de la hermandad de la Macarena de sacar los restos del responsable de 45.000 muertes en Andalucía y de su mujer Genoveva Martí, así como del general Bohorquez, del lugar donde se ubicaban en el templo. El Ministerio de Presidencia envió una carta el 24 de octubre a la hermandad, avanzada por elDiario.es, apremiando la ejecución de la ley, a lo que el hermano mayor de la Macarena contestó que se haría lo antes posible.
Ni fanfarria ni honores
Desde última hora de la tarde, agentes de seguridad se encontraban a las puertas de la basílica y también algunos operarios dispuestos a ejecutar los trabajos de exhumación de los restos mortales de los generales. El jefe de seguridad de la basílica daba paso a familiares de Queipo y Bohórquez, que en los últimos días habrían dado su consentimiento para proceder a lo ordenado por el Gobierno de España.
Durante las primeras horas, una pareja en un banco de la Plaza de la Macarena, un hombre paseando a su perro y el habitual tráfico en la ronda histórica acompañan al anunciado momento. Ni fanfarria ni honores. A puerta cerrada. Sin público fuera más allá de los periodistas que esperábamos en la puerta. Un par de vecinos, un par de cofrades, una pareja que venía de la Alameda. Han pasado por allí y allí se han quedado hasta el final. Hasta que las puertas se han vuelto a abrir, oscurecido el templo, para que los restos del golpista salieran por última vez. “Ha sido muy emocionante esto que hemos vivido”, decían unos vecinos que estaban paseando y se han acercado al ver movimiento. “Se acabó la impunidad”, ha gritado Maqueda a la veintena de familiares que se han congregado a la puerta en espera del furgón. “Hoy Sevilla hace justicia”, remarca. De fondo, ya de retirada, una exclamación del que parecía alguien de la familia: “Tenía que venir otra vez”.
Primero, Bohórquez
Poco antes de las doce de la noche, justo antes de apagar las luces exteriores de la basílica, han salido del templo los restos de Bohórquez Vecina. Cuando salía el coche fúnebre de la empresa Mémora, con las luces del interior del templo apagadas, también han salido en un vehículo rojo los miembros de su familia. En ese momento ha empezado a oírse con claridad el sonido de las taladradoras para continuar con los trabajos en la tumba de Queipo de Llano. Un sonido que crecía a medida que se vaciaban, aún más, la plaza y las calles colindantes.
Un biznieto del auditor Bohórquez ha publicado un tuit con la imagen de la tumba antes de procederse a la exhumación:
Las tareas han seguido hasta pasadas las 2.00 de la madrugada, sin que la hermandad haya informado oficialmente de los hechos. El País adelantó hace unos días que la exhumación, según informó el hermano mayor, José Antonio Fernández Cabrero, se produciría en el mes de noviembre, precipitándose los acontecimientos en las últimas horas.
El movimiento en el seno de la hermandad ha sido grande en los diez últimos días. La exhumación no ha sido una decisión de consenso y ha habido división y debate. Aún está por ver si los restos de ambos generales se quedan finalmente en el columbario construido por la hermandad, que fue bendecido en noviembre de 2020 y donde reposan inhumados los restos de un centenar de hermanos y devotos. Este jueves, la capilla en la que estaban ha amanecido abierta y limpia. La placa en recuerdo del teniente general que estaba a su izquierda ha sido retirada la misma tarde. Y de la tumba no queda ni rastro.
De la espera a la solemnidad
Después, más taladradoras y más espera. Los periodistas miran la puerta, deambulan, escrutan las sombras que se ven por la rendija del portón. No se sabe qué pasa dentro, más allá de que la exhumación se está produciendo, pero fuera hay poca solemnidad. La ronda que rodea el casco antiguo de Sevilla está casi vacía de transeúntes y de coches. A la 1.22 entra de nuevo un furgón funerario. Las cámaras, los móviles y las miradas corren hacia allí para captar algo que cuente cualquier detalle. Después de un rato, una mujer ha llegado y se ha sentado justo delante de la puerta de la Basílica, en un banco de la plaza. Es Francisca Maqueda. Porque Paqui “tenía que verlo salir. Es una cuestión de limpieza democrática” explica mientras recuerda a su familia duramente represaliada en Sevilla.
A las 2.00 salen tres grupos de familiares de Queipo de Llano. Unos cruzan la puerta recién restaurada y se van ligeros en paralelo al Parlamento andaluz, que mira de frente a la muralla de la ciudad. Los otros dos grupos se quedan rondando la puerta pero sin hacer declaraciones. A las 2.10 sale la furgoneta blanca y los familiares se arrancan en aplausos mientras no da ni tiempo a ver cómo cierran la basílica. En ese punto, Maqueda rompe el silencio y, de la guasa de la espera, se pasa en un segundo a la solemnidad de la memoria. Sí, esta noche la solemnidad llega de la mano de una descendiente de víctimas. “¡Honor y gloria para las víctimas del franquismo! Hoy se ha saldado una deuda”. Y en el vacío nocturno resuenan estos nombres: “Juan Rodríguez Tirado, Pascual Rodríguez Rodríguez, Enrique Rodríguez Rodríguez, José Rodríguez Rodríguez”, los nombres del bisabuelo de Paqui y de sus tíos abuelos. “Y los de 1.400 hombres y mujeres asesinados por el franquismo que yacen en una fosa”, en Pico Reja, en Sevilla capital.
Los familiares del golpista se montan en media docena de coches y se marchan. Paqui vuelve a hablar con la prensa y explica su reacción. “Me ha salido así, ¡estaban aplaudiendo!”. Muy emocionada ya sonríe junto a su amiga Susana Falcó mientras habla de justicia, de impunidad, de momento histórico. Pero en quien está pensando es en su abuela Frasca, que tiene su mismo nombre. “Mi abuela hoy estaría contenta, lo sé, porque ella era macarena, y allá donde esté se encontrará mejor. Y la Virgen, a partir de ahora, va a salir mucho más digna por las calles de Sevilla”. Esta noche, después de cinco años sin fumar, Paqui Maqueda se ha encendido un cigarro.
Un solitario ciclista nocturno pasa por el carril bici y pregunta sin pararse: “¿Lo han sacado ya?”.
“Honor y gloria”.
La hermandad pide “respeto” a las familias
Pasadas las 3.00, la hermandad de la Macarena ha enviado un comunicado a los medios en el que informa que ha “procedido a la exhumación de los restos mortales de Gonzalo Queipo de Llano y Sierra y su esposa Genoveva Martí Tovar así como de Francisco Bohórquez Vecina, cumpliendo de este modo lo mandatado por la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática (BOE núm. 252, de 20 de octubre de 2022) en sus artículos los artículos 38.3 y 35.5”.
“La exhumación se ha realizado en la más estricta intimidad y con absoluto respeto a los familiares presentes, procedimiento que ha contado con el consentimiento de ambas familias. A este respecto, la Hermandad subraya la disposición de ambas familias a colaborar con la corporación macarena para llevar a buen término esta acción, evidenciando así su consideración hacia esta institución. Ya exhumados los restos mortales y entregados a sus familiares, la Hermandad pide respeto para las familias al ser ahora un asunto perteneciente al ámbito privado e íntimo de los descendientes”.
Del mismo modo, la corporación macarena reclama “ser dejada al margen de cualquier polémica ideológica y política ajena a los fines de la misma y a su condición de asociación de fieles católicos; también desea desaparecer del foco mediático por este asunto ya resuelto, ansiando, a partir de ahora, captar la atención de los medios de comunicación por su ingente actividad, sobre todo en materia de caridad y de asistencia a los más desfavorecidos de nuestra sociedad”.
En ese sentido, concluye el comunicado que “la hermandad requiere que, una vez cumplida la Ley escrupulosamente -tal y como venía aseverando desde hace años-, nadie la utilice con intereses partidistas, políticos o ideológicos, instando a ser respetada como lo que es: una asociación de creyentes católicos fiel a los principios evangélicos, a la doctrina de la Iglesia Católica y a la fraternidad entre hombres y mujeres. Finalmente, reitera su compromiso con las leyes en un estado democrático, no habiéndose situado en ningún momento de estos años al margen de la ley; de hecho, han sido numerosos los estudios e informes jurídicos que motu proprio ha venido solicitando constantemente y que coincidían en situarla siempre dentro de la legalidad vigente”.
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