Sexo, violencia y menores: un estudio denuncia el uso sin consentimiento de vídeos e imágenes en el consumo de pornografía online

Javier Ramajo

20 de julio de 2020 23:29 h

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Sexo, violencia y menores de edad es un cóctel alarmante. Si a ello le añadimos la accesibilidad de Internet y la ausencia de control y autorización, el asunto resulta ya altamente preocupante. Es lo que pretende hacer ver un estudio sobre la pornografía online en España, elaborado por la empresa Quantika14, especializada en peritajes e investigaciones informáticas. El informe, al que ha tenido acceso eldiario.es Andalucía, advierte de que este tipo de páginas con sexo explícito son cada año más visitadas y denuncia que, en palabras de su autor, Jorge Coronado, “el consumo actual de pornografía está alimentado por posibles abusos y agresiones y con mucho contenido sin autorización, donde además muchas de esas actrices o actores pueden ser menores”. Se trata, de hecho, de una preocupación que va a exponer el Defensor del Menor este martes durante la presentación del informe anual: el consumo de pornografia por parte de menores y adolescentes a través de dispositivos móviles.

Entre las conclusiones del estudio se explica, tras el análisis de los datos y la monitorización durante 100 días de las tendencias que se exponen en las tres páginas webs de pornografía online más visitadas de España, que existen “muchos vídeos que pueden ser una clara prueba de un delito de agresión sexual”, apreciando “como tendencia de mercado creciente la violencia a todos los niveles, desde la creación y difusión de vídeos cuyo contenido versa sobre –en teoría, supuestos- abusos y agresiones sexuales (situaciones en las que la mujer está inconsciente, ebria, o en una evidente situación de inferioridad respecto del hombre, como puede ser por una clara diferencia de edad) hasta contenido más explícitamente violento aún -si cabe- como aquellos en los que se aprecia que la mujer que aparece en los vídeos está siendo víctima de humillaciones, insultos e incluso golpes”. En esta preocupante línea, un informe oficial del Gobierno de Nueva Zelanda alertaba hace unos meses de la cantidad de jóvenes que se sienten atraídos por las violaciones.

Según cifra el estudio, el crecimiento del consumo de las páginas web pornográficas en España es “muy destacable”. En enero de 2018, el consumo de tráfico orgánico en España fue de 40.514.675 visitas, “un dato muy llamativo” porque la población en España en ese año (2018) fue de 46.660.000 personas. La investigación señala que la cantidad de visitas, comparándose con años anteriores, desde 2013 hasta 2020, “va en aumento”. En el mes de enero de 2020, se esperaban 24,5 millones de visitas en xvideos.com, la página web porno más visitada de España, por delante de pornhub.com, internacionalmente la más visitada. Las tres webs más vistas en nuestro país, a las que hay que añadir xnxx.com, tienen su mayor nivel de visitas de tipo directo, es decir, acceden a su web directamente sin intermediarios como buscadores.

Posibles delitos

El estudio también realiza un análisis del contenido usando el motor de búsqueda que proporciona la página web xvideos.com con las siguientes palabras: “abuso”, “violación”, “menores”, “jovencitas”. El objetivo de este apartado, así como de las tendencias en búsquedas, es obtener el número de vídeos que están subidos a la web, títulos, comentarios y posibles sospechas de delitos. El investigador ha encontrado una gran cantidad de datos muy difícil de procesar, por lo que se centra únicamente en las palabras que se pactaron para el servicio del desarrollo del estudio. Sin embargo, apunta, se encuentran otras palabras que pueden llevar a información o datos de posibles delitos y contenido muy duro que vaya contra la dignidad e imagen de las personas actoras, además de abusos y agresiones sexuales.

A partir de las búsquedas por las citadas palabras se encuentran características similares: vídeos de poco tiempo de duración (“en una situación de agresión y violación es muy probable que el agresor no disponga de mucho tiempo y no quiera arriesgarse a ser descubierto”, dice el autor). En la mayoría de los vídeos no aparece o es difícil de identificar al supuesto agresor. En la mayoría se encuentra a mujeres o incluso posibles menores en un estado de inconsciencia o sin voluntad, y no se encuentran herramientas y funciones en las tres webs analizadas que permitan al usuario tener constancia acerca de si existe o no consentimiento por parte de todas las personas que aparecen en el vídeo.

El estudio, explica Coronado a este periódico, “pretende exponer los datos de forma objetiva y dar a conocer y denunciar que hay un mundo de pornografía que se consume mucho más de lo que pensamos y que además no se verifica en ningún momento si son abusos o menores los que aparecen en las webs”. Según el investigador, “es difícil saber si las personas que aparecen en el estudio son menores o mayores de edad”, si bien “si buscamos adolescente en inglés, 'teens', las reproducciones se disparan, en este caso más de cinco millones y medio. El estudio incluye numerosos 'pantallazos', como el de una posible menor que mantiene relaciones sexuales con un hombre.

“¿Quién es ella?”

Por otro lado, al autor le llama “mucho la atención” un fenómeno al que llama “¿quién es ella?”. “Muchos de los usuarios, cuando se sube un vídeo y quieren identificar a la chica, lo ponen como título y, de forma colectiva, los demás usuarios empiezan a volcar información personal. En las páginas webs pornográficas hay compilaciones de fotos y vídeos de Instagram para que los usuarios se masturben”, indica.

Según se explica en el estudio, la red social más usada por los menores y usuarios más jóvenes es Instagram. Sus funcionalidades no son muy diferentes a las de Facebook, sin embargo, se ha especializado en las fotografías y vídeos. El 49% de los menores españoles de entre 12 y 14 años usan Instagram, aunque la edad mínima para hacerlo es de 14 años. De entre los jóvenes de entre 15 y 17 años, dos de cada tres también hacen uso de esta red social, según se desprende de un estudio realizado en 2019 de Qustodio. “Existe un fenómeno de captación de imágenes en esta red social (y no es exclusiva) para luego crear compilaciones y publicarlas en las páginas pornográficas estudiadas. Si buscamos ”Instagram“ en xvideos.com y pornhub.com, encontramos como resultado un total de 12.154 resultados donde aparecen palabras como: teen, Onlyfans y compilado”, apunta el estudio.

Instagram es “utilizada como fuente de recopilación de imágenes de chicas, en ocasiones menores de edad, para su difusión en páginas pornográficas o espacios como Hispachan, donde el uso que se hace de esas imágenes, así como la injerencia que se produce en la vida privada de las víctimas eran desconocidos e indeseados por éstas a la hora de subir su contenido a redes sociales, resultándoles el descubrimiento de la difusión de sus imágenes y otros datos personales tan inesperado como desagradable”, denuncia la investigación.

Algo similar ocurre con el contenido de Onlyfans, “donde tampoco se respeta la voluntad inicial de las personas que subieron contenido a esta plataforma y que ven filtrados sus vídeos en páginas pornográficas”. Por otro lado, “Instagram se utiliza como medio para un fin, en este caso se convierte en una valla publicitaria de contenido para adultos, con personas anónimas e influencers que promocionan su canal de Onlyfans en su cuenta de Instagram, donde, posiblemente, parte de su público sea menor de edad”.