Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Andalucía avista el fin de la sequía con los embalses a la mitad y la promesa de más obras para almacenar y mover el agua

Embalse de La Viñuela, el pasado diciembre.

Néstor Cenizo

Málaga —
20 de marzo de 2025 20:19 h

1

En un mes, Andalucía ha pasado de mirar las lluvias con deseo a pedir una tregua. El año pasado por estas fechas el Gobierno andaluz negociaba para traer agua en barcos a los puertos de Málaga y Algeciras. Ahora los embalses de Málaga y Cádiz superan la mitad de su capacidad. El carrusel de borrascas (Jana, Konrad, Laurence y ahora Martinho) y las danas del otoño han cambiado el panorama, y si nadie se atreve a proclamar abiertamente el fin de la sequía es por mantener la cautela con el mensaje que se traslada a la opinión pública. Es cuestión de tiempo: la semana que viene se celebran los comités de gestión y el Consejero Ramón Fernández-Pacheco ya ha anunciado que todas las cuencas relajarán las restricciones.

Cuando Fernández-Pacheco compareció ante los medios, el miércoles a mediodía, los embalses andaluces bordeaban el 56% de su capacidad. Y aún no había llegado Martinho, que regará con intensidad la zona más occidental de la comunidad hasta el domingo. En una semana, las reservas ganaron 1.183 hectómetros cúbicos, casi el 10%, aunque sigue habiendo una notable diferencia entre la Cuenca del Guadalquivir (dependiente del Gobierno central), al 56%, con los dos embalses almerienses, que a duras penas superan el 10%. Tanto las cuencas mediterráneas (Málaga-Campo de Gibraltar), como la del Guadalete-Barbate rondan el 50%, mientras que la del Tinto-Odiel-Piedras ya supera el 70%. También los acuíferos se recargan a buen ritmo.

El mejor ejemplo está en La Viñuela. El embalse que hasta octubre de 2022 regaba las 15.000 hectáreas de subtropicales que colonizan la Axarquía estuvo “muerto”. Tocó fondo en febrero de 2024, tras año y medio sin apenas aportes de lluvia, y fue necesario incorporar un sistema de bombeo para extraer aguas de su fondo y apurarlo. Este jueves estaba al 41,84% y ya es el embalse malagueño con más agua. Tiene ahora 68,77 hectómetros cúbicos, más del cuádruple que el año pasado por estas fechas.

De ahí, que la delegada del Gobierno andaluz en Málaga, Patricia Navarro, escogiera este lugar para lanzar la buena nueva: por primera vez desde 2021 se supera el 53% de la capacidad de embalsamiento en la provincia, que acumula 325 hectómetros cúbicos, casi el triple que el año pasado. Como Fernández Pacheco, Navarro también aprovechó para remarcar la hoja de ruta que pretende seguir el Gobierno de Juan Manuel Moreno: más infraestructuras para almacenar más y trasladar el agua de donde sobre a donde falte. En la Consejería hablan de que la interconexión de los sistemas de cuencas es clave, y aluden al principio de solidaridad entre territorios.

La política hídrica es una de las prioridades del Gobierno andaluz y pivota sobre las obras. En total, tiene 130 obras hidráulicas en marcha, con una inversión prevista de 853 millones de euros, y previsiones para licitar nuevas actuaciones por 576 millones. También exige más inversiones al Gobierno central en infraestructuras declaradas de interés general del Estado, como la gran presa de Alcolea (Huelva). De ahí, que el consejero pidiera “prioridad” al Gobierno.

De la sequía extrema al desembalse en la Costa del Sol

A nivel meteorológico no hay duda. “Después de un periodo de unos cuantos años de sequía intensa y prolongada, esta vez llegamos a estas alturas de año por encima de los valores normales”, señala Jesús Riesco, director de AEMET en Málaga. Esta situación excepcional ocurre en toda Andalucía a excepción de una comarca de Jaén y la mitad sur de Almería. El meteorólogo avanza, además, que los modelos anticipan que las dos próximas semanas seguirán siendo más húmedas de lo normal. Para el resto de la primavera no hay aún una señal clara.

“Estas precipitaciones del Atlántico pueden no ser tan intensas como las del otoño, pero son muy rentables para el almacenamiento de agua porque son muy continuas, generalmente no muy intensas, y vienen acompañadas de temperaturas menores, sin tanta evapotranspiración”, explica Jesús Vargas, profesor de Geografía de la Universidad de Málaga y miembro del Observatorio para la Sequía.

El salto respecto a los anteriores años hidrológicos (que van del 1 de octubre al 30 de septiembre) es notable. En 2023-24 se recogieron en Málaga una media de 372 litros por metro cuadrado, un 58% del promedio anual. Fue un año muy seco, el quinto más seco desde que se tienen datos, el año 1961-1962. 2017-2018 fue el último húmedo. El siguiente, normal. Y desde entonces, una sequía que se extremó con tres años seguidos, los últimos, muy secos, al 76%, 55% y 58% de lo normal. La Viñuela acumula 537 litros por metro cuadrado desde octubre de 2024, por los 322 que acumuló de octubre de 2023 a octubre de 2024.

La falta de lluvias vació los embalses, alteró ecosistemas, generó cierta ansiedad y activó las alertas en la Junta. Moreno llegó a decir que si no llovía “intensamente 30 días seguidos” las grandes capitales estaban abocadas a duras restricciones. Pero el temor a los efectos que una alerta por sequía pudiera tener sobre la demanda turística a las puertas de la temporada de verano llevó a la Junta a dar un bandazo muy simbólico: anunció que no se permitirían las piscinas particulares, pero sí las de los hoteles y, tras la polvareda, al final las admitió todas. El movimiento pudo influir en el relajamiento de la sensación de alerta por la sequía, lo que llegó a preocupar al Gobierno andaluz.

Ahora, las imágenes de La Concepción desembalsando a razón de 20.000 litros por segundo han generado un aluvión de reacciones. El embalse marbellí lleva 14 días seguidos vertiendo, hasta un total de 24 hectómetros cúbicos. También han desembalsado el Conde de Guadalhorce (21) y Casasola (3), en este caso por los aliviaderos superiores, debido al taponamiento de su desagüe. En total, y hasta el 19 de marzo, se han vertido unos 48 hectómetros cúbicos.

Críticas de los ecologistas a la “autovía del agua”

El desembalse, justificado por motivos de seguridad, sirve a la Junta para armar un discurso que pivota sobre la necesidad de combatir la sequía con más infraestructuras. Fernández-Pacheco citó varios proyectos, entre ellos tres presas de interés general del Estado: la gran presa de Alcolea (paralizada por el riesgo de contaminación con metales pesados); la de Gibralmedina; la de Cerro Blanco (en Málaga) y un ambicioso proyecto para unir el Campo de Gibraltar con la Axarquía mediante una “autovía del agua”. Permitiría conectar en ambos sentidos la zona oriental, seca, con la occidental, húmeda.

La autovía del agua es una vieja promesa de Moreno (data de la campaña de 2018) que requerirá tiempo y mucho dinero. El coste estimado ronda los 300 millones de euros, en al menos cuatro tramos: de San Roque a Manilva, de Estepona a Marbella, de Marbella a Mijas y de Fuengirola a Málaga, que ya conecta con la Axarquía. La pasada semana, Juan Manuel Moreno inauguró una tubería que permitirá llevar agua del Campo de Gibraltar al extremo occidental de la Costa del Sol. Ha costado 19 millones de euros.

El plan genera rechazo entre colectivos ecologistas y algunos expertos, que consideran que aviva nuevas demandas agrícolas y turísticas en un territorio árido y muy expuesto a los efectos del cambio climático que ya tiene un déficit de recursos estructural. “Somos partidarios de que cada comarca se desarrolle con el agua que tiene. Los trasvases tienen consecuencias en la biodiversidad y malacostumbran a la población, que consume un agua que no le corresponde”, opina Rafael Yus, portavoz de Ecologistas en Acción en la Axarquía.

Tras el cierre del grifo de La Viñuela, los mangos y aguacates se han regado a través de una potente red de agua regenerada que ha provocado quejas por su salinidad. Algunos agricultores han llegado a talar sus árboles. Navarro anunció este miércoles más infraestructuras para mejorar la calidad y la cantidad de agua regenerada: dos depósitos y mejoras en las canalizaciones para evitar la intrusión de agua marina. Los agricultores también exigen un aumento de la dotación del riego “de emergencia” desde La Viñuela.

Yus cree que, si se consuma, la “autovía del agua” será un aliciente para aumentar la superficie de regadío, que ya supera las 15.000 hectáreas en una comarca que siempre fue de secano. “Es un sistema creado artificialmente. Y a pesar de la sequía, la productividad ha sido importante. Desde [la estación biológica de] La Mayora ya han dicho que no es necesaria tanta agua, pero piden más agua, y además la desaladora”, comenta el ecologista, que advierte de la extensión de subtropicales hasta Periana, a 550 metros de altitud. “Eso es insostenible. La Junta tiene el deber de controlar el expansionismo del regadío y no lo hace. Porque en su ADN está el crecentismo”.

“El problema es la sobreexplotación de agua: la cuenca del Guadalquivir y las cuencas mediterráneas consumen más de los recursos disponibles”, coincide Jesús Vargas, quien advierte de que los planes hidrológicos que están ahora en elaboración no cambian ese paradigma. “Espero que no se pierda el foco, porque es algo a lo que nos vamos a volver a enfrentar”. Si algo seguro es que habrá nuevas sequías. 

Etiquetas
He visto un error
stats