Todos miraban a Susana Díaz y la presidenta andaluza ha hablado: “Donde crean mis compañeros que soy útil, en la cabeza o en la cola, ahí estaré”, ha asegurado la secretaria general de los socialistas andaluces en una breve comparecencia ante los medios desde Puerto Real (Cádiz).
Según la líder de la poderosa federación andaluza “el PSOE está en una situación mala y difícil y alguna responsabilidad debe tener la dirección”. En un claro mensaje a Pedro Sánchez ha asegurado: “No se puede culpar a los que ganamos elecciones”.
Díaz le ha recordado al equipo del secretario general que “la mayor obligación de la dirección es mantener al partido unido, no poner dilemas falsos sobre la mesa que llevan a la división”.
En un ambiente de molestia evidente, la líder del sector crítico a Pedro Sánchez asegura que “la salida no es acusar a los socialistas de ser subalternos del PP”. A la presidenta andaluza se le ha preguntado si el líder del PSOE debería dimitir. Su respuesta ha sido ambigua: “Cada uno sabrá cómo se comporta”.
El movimiento de los críticos
Desde las derrotas electorales del PSOE en Galicia y Euskadi el domingo por la noche, era esperado el movimiento de los críticos al secretario general del partido. Así fue desde el primer momento, en el que Verónica Pérez, secretaria general del PSOE en Sevilla, manifestaba en twitter estar “harta” de “resultados históricos”. “¿Y ahora qué?”, se preguntaba. Tras ella fueron muchos los miembros del PSOE sevillano gaditano los que mostraron su malestar, su descontento e incluso lanzaron mensajes directos a Sánchez pidiéndole que “valorase la dimisión”.
Y el mismo lunes, el número dos de los socialistas andaluces, Juan Cornejo, realizaba unas declaraciones que dejaban claro el enfrentamiento y el desacuerdo con Sánchez. De hecho, sin mencionar la palabra dimisión reprochaba, en un tono entre el enfado y la tristeza, que “no es tiempo de celebrar congresos sino de asumir responsabilidades políticas”.
Sánchez y planteamiento izquierda-derecha
Mientras Pedro Sánchez siha planteado y simplificado el debate que hay en el partido a quienes abogan por la abstención y quienes apoyan su postura al frente del partido. Esa es su justificación para convocar el 39º Congreso para revisar el liderazgo. Sánchez cree que su proyecto y el de los barones -en alusión a Susana Díaz- que creen que el PSOE no puede gobernar, se tienen que enfrentar ante los militantes para que elijan qué opción prefieren. Los presidentes autonómicos, como Guillermo Fernández Vara, le acusan de intentar atribuirse en exclusiva el espacio de la izquierda en el PSOE.
“Lo que no se puede hacer que se me intente imponer una decisión que no comparto para que la administre -ha expresado-. ¿Por qué hablan de reflexión cuando en el fondo de lo que están hablando es de la abstención? Creo que ha llegado la hora de poner las cartas encima de la mesa”.