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Susana Díaz persiste en el adelanto electoral e IU se queda sin margen para evitarlo

La estabilidad es cosa de dos, por lo que basta que uno perciba que no la hay para que ésta no exista. Y en este debate se halla inmerso el Gobierno de Andalucía, donde mientras su presidenta y secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, entiende que en estos momentos no la hay, sus socios de IU niegan que se esté produciendo esta circunstancia y se aferran a hechos como que este martes el Consejo de Gobierno haya aprobado un par de proyectos de ley. Sobre la inestabilidad se construye el relato. Otra cosa es a quién interesa romper; en este caso todos coinciden en que si conviene a alguien es a Susana Díaz, por su necesidad de ser revalidada por las urnas de cara y porque entiende que puede salir airosa, pese a el riesgo de ser la primera que se enfrentaría a las consecuencias del enfado de los ciudadanos -ya sea redireccionando el voto a Podemos u otras consecuencias- en el cargado calendario de comicios de 2015. Ya ha consultado a varios de los llamados barones y se ha reforzado en esta idea.

En este sentido, la posibilidad de un gesto político de IU -de la mayoría de la federación que no quiere romper el pacto- para devolverle esa confianza a los socios se antoja complicada. ¿Por qué? Porque los socialistas sólo podrían aceptar -y tampoco está garantizado- que renunciaran a ese referéndum entre sus militantes que aún no han convocado pero que se han comprometido a hacerlo si en junio no se ha cumplido un paquete legislativo. Para el PSOE-A es una losa que pesa demasiado para el buen clima en las relaciones entre ellos, y temen que se complique con las elecciones municipales de mayo.

Este martes, el coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, ha intentado dejar sin argumentos a sus socios restando importancia a este referéndum. “No hemos convocado ningún referéndum y tenemos intención de no convocarlo porque queremos que se cumplan las condiciones y no haya necesidad”, ha recalcado. Igualmente, ha repetido lo que decía el lunes tras la reunión del comité de enlace de los dos partidos: “No podemos retirar lo que no hemos convocado. (...) Y si no lo hemos convocado y no hay intención de hacerlo porque queremos que se cumplan las normas ¿dónde está el problema?”. Pero la única renuncia que parecen dispuestos a creerse en el PSOE-A es otra asamblea donde se diera marcha atrás a esta consulta.

La presidenta ha pulsado este martes la opinión de sus secretarios provinciales sobre los pros y los contras de una convocatoria -en principio el 22 de marzo- durante un almuerzo que se ha celebrado en la sede del partido y donde sólo ha faltado por motivos personales Teresa Jiménez (Granada). Los secretarios provinciales han ido saliendo de manera escalonada y en las pocas declaraciones que han hecho para la prensa han dicho que están con su líder y que ésta hará lo más conveniente para el interés de los andaluces. No se esperaba otra cosa que un cierre de filas en uno de los momentos de máxima homogeneidad dentro del partido, donde la masa crítica ha quedado neutralizada desde la llegada de Susana Díaz. Por su parte, el coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, ha convocado también para este miércoles a primera hora a los líderes de la federación en cada provincia.

La cuestión es que las dos formaciones reconocen fuera de micrófonos que el adelanto electoral parece ya inevitable, pese a que la presidenta haya llamado a la “cordura” como si hubiera alguna posibilidad de superar esta crisis, o desde IU, el vicepresidente, Diego Valderas, haya manifestado que la situación es “reversible”. El caso es que el PSOE-A ha perdido la confianza en IU, una situación que empezó a gestarse en paralelo a la escalada de Alberto Garzón hacia el liderazdo del partido a nivel nacional, con un discurso en el que ha optado por las críticas a este pacto con los “corruptos” en Andalucía en lugar de rentabilizar la gestión de gobierno de su partido en la comunidad autónoma más poblada del país. “No le pedimos a IU nada. No tenemos que decirle lo que hay que hacer. La confianza se ha quebrado por ese juego. No se le pueden poner adendas a un pacto firmado”, apuntan fuentes del PSOE-A.

El discurso de “lo mejor para Andalucía”

Horas antes de la reunión en la sede del PSOE-A, que ha empezado poco antes de las 15.30, Susana Díaz había reiterado que “en estos momentos no hay estabilidad y en estas condiciones, si las cosas no cambian, pues evidentemente habrá que tomar una decisión y será en los próximos días”. Después de abandonar la reunión en San Vicente, se ha limitado a subrayar a los periodistas: “Sin novedades”. La convocatoria de las elecciones autonómicas podría producirse en las próximas horas, previsiblemente en un Consejo de Gobierno esta semana o el lunes, como ha ocurrido en todas las convocatorias de comicios en Andalucía, donde nunca ha sido en uno ordinario.

Por otra parte, pese a que el PSOE-A había insistido en que esta reunión era para hablar de las elecciones municipales y no del adelanto electoral, lo cierto es que el tema ha centrado la cita. Lo han reconocido los asistentes a este encuentro, si bien en sus declaraciones a la prensa han sido muy escuetos y no se han salido del guión. El secretario provincial de Córdoba, Juan Pablo Durán, ha dicho que Susana Díaz les ha explicado “con más detalle en qué consisten las dificultades que hay con IU” y les ha hablado de “la desconfianza que evidentemente ha surgido”. Mientras, José Luis Sánchez Teruel (Almería) ha insistido en que el adelanto electoral es competencia de la presidenta: “Tendremos que hacer siempre lo mejor para Andalucía, que es atender las necesidades de los andaluces”. Y en términos parecidos se pronunciaba la secretaria provincial de Cádiz, Irene García: “Susana Díaz tiene todo el apoyo del partido para hacer lo que crea conveniente y cualquier decisión que adopte va a tener en cuenta lo mejor para Andalucía y para los andaluces”.