Casi un tercio de los niños españoles se encuentra en riesgo de pobreza

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Niños que antes iban con su indiscutible bocadillo al colegio, y que “ahoraya no”. Niños que antes podían apuntarse a las excursiones (¿cinco, diezeuros?), y ahora, ya, no. Niños que sustituían sin problemas su ropa gastada deinvierno, y ahora ya no. Niños que se tomaban, antes de ir al colegio, su(indiscutible) vaso de leche, y que ahora se toman la mitad sin saberlo, porquesus padres la mezclan con agua para que crea que sigue tomando la cantidad desiempre, la de antes, la normal.

Todas estas estampas suceden a diario, e ilustran bien el hecho de que latasa general de riesgo de pobreza infantil esté ya en España, con un 29,9%, pordelante de la correspondiente a personas de entre 18 y 64 años (21,9%) y a lade mayores de 65 (14,8%). Es decir, que casi un tercio de los niños españolessufre en estos momentos alguna forma de pobreza parecida o idéntica a lasdescritas más arriba.

Es lo que dice el informe Niñas y niños, los más vulnerables en todaslas comunidades autónomas. (El bienestar de la infancia en España 2014),elaborado por la ONG Educo con datos del Instituto Nacional de Estadística(INE) y la Oficina Europea de Estadística, Eurostat, y basado en tres factoresdeterminantes: las características del hogar, la situación laboral de lospadres, y las transferencias sociales a la infancia y a la familia.

No es gratuito el énfasis en torno a las comunidades autónomas: los cómputosoficiales de este tipo quedan siempre acotados a la media española (la quemarca 29,9%), sin especificar ni comparar posibles diferencias entre regiones.Éste sí lo ha hecho, lo cual ha resultado “muy difícil”, según ha explicadoPepa Domingo, responsable del programa de Acción Social de Educo: esadministrativamente arduo (y gravoso) reclamar los datos a las CCAA, a pesar deque “en España, las políticas de infancia son competencia casi exclusiva” deestas últimas.

Recuerda que la Comisión Europea ya ha llamado la atención a España para quese encargue de estos análisis comparativos, pues supondría una herramienta dereferencia para “poder mejorar” allá donde más se necesite. El estudio de Educoseñala que son Murcia (a la cabeza con un 42%), seguida de Andalucía (40 %) yCanarias (38%) los lugares de España con más riesgo proporcional de pobrezainfantil, según datos de 2012. En el otro extremo, Navarra (15,9 %), Madrid(20,2 %), País Vasco, Cantabria (20,7 %) y Asturias (20,9 %). Son todas estasúltimas autonomías del norte o noroeste, junto con Galicia (Madrid está laúltima) las que mejores cifras reflejan respecto a eficacia de las prestacionessociales de cara a reducir este riesgo. El caso de Navarra es especialmentellamativo al arrojar una tasa de riesgo “inferior al de países como Suiza oAustria”, mientras que “en el contexto europeo, sólo Rumanía supera a España entasa de pobreza infantil”.

Cómo, por qué es posible tal diferencia numérica dentro del mismo territorio,constituye una cuestión relevante que este informe plantea y que deja pendiente“para otro estudio” próximo (si es que la misma administración española no seencarga de ello). “En Canarias, por ejemplo”, dice Pepa Domingo, “ha habido unabajada” en esta tasa “del 59%, que era muchísimo, al 38%” de riesgo, según lasúltimas estimaciones. “Quiere decir que lo están haciendo bien. Irlanda, quetiene unas condiciones muy similares a España, es uno de los países europeoscon mejor rendimiento en las transferencias sociales, ha logrado bajar 29puntos porque las ayudas a las familias son universales, y aquí se dan a sólouna de cada diez: allí, las ayudas son preventivas; aquí, paliativas. Y siemprees mejor prevenir que curar”, continúa.

Becas-comedor

En su opinión, las becas-comedor [Educo cuenta con un programa de este tipo]garantizan mejoras cualitativas “sorprendentes”, ya que, según sus sondeosentre padres y profesores, favorecen que los niños -muchos de ellos de hogares conserios problemas económicos- “mejoren en el rendimiento, estén más integradosen el grupo, reduzcan el absentismo escolar por las tardes; hace que lasfamilias se impliquen más…”. Y se pregunta por qué no es posible establecer unsistema de garantías para la infancia similar al de los pensionistas (elcolectivo que mejor está aguantando los embates de la depauperación, según losnúmeros).

Lejos de multiplicar la inversión, los presupuestos para la infancia hansufrido recortes en casi todos sus frentes, según recoge asimismo el documento,señalando que la reducción de “los recursos destinados a programas de veranopone en riesgo a los más de 500.000 niños que reciben una beca durante elcurso, si bien en algunas comunidades autónomas se han empezado a organizariniciativas solidarias para paliar la situación”.

“Tomando la ingesta como único indicador”, establece el informe, se percibeun aumento de la malnutrición infantil en España (del 2% de los menores de 16años en 2007 al 2,5% en el 2012). Es así que para el año 2012, el INE calculaque alrededor de 215.000 niños sufrían esta carencia, si bien duda de lafiabilidad de la cifra “debido al pequeño tamaño de la muestra”.

“No cuentan por su presente”

El informe concluye que “si tomamos como punto de referencia el año 2008 (…)vemos que ya desde 2010 casi uno de cada tres niños se encontraban por debajodel umbral de pobreza (30,7%), cifra que aumentó hasta 2012 y cuyo descenso en2013 responde a un cambio en la recolección de la información por parte del INE”.

Cada vez peor

Los datos de dicho instituto también sugieren que “alrededor del 40% de loshogares formados por dos adultos con hijos dependientes tuvieron dificultades omuchas dificultades para llegar a fin de mes en 2013, a diferencia del 31% delos hogares sin hijos. En estos siete años, los hogares con hijos que tienenmuchas dificultades para llegar a fin de mes se han duplicado”.

Los investigadores llaman a tener en cuenta el hecho de que “la incidencia dela pobreza aumenta con la edad, de manera que los adolescentes sufren una tasade riesgo de pobreza mayor que los más pequeños. Mientras en el 2008 había unadiferencia de 7,43 puntos porcentuales en el riesgo de pobreza entre la franja de0-5 años y los de 12-17 años, en el 2012 esta diferencia aumentó hasta los12,37”.

“En Occidente se concibe a la infancia como una moratoria social porque nocuentan por su presente, sino por su futuro. En opinión del profesor SebastiàSarasa, en nuestro país no se entiende la infancia como un tema colectivo:‘Tenemos la idea de que todo lo que tiene que ver con la familia es del ámbitoprivado. Y si decides tener hijos, allá tú’”, puede leerse en un párrafo delestudio. Cabría añadir a la ecuación que ese ámbito privado, en soledad, demuchas familias, puede encontrarse en situaciones límite desde hace yademasiado tiempo.