Si el Aeropuerto de Castellón es la bandera de los aeródromos que en su momento supusieron una magna inversión y ahora no se utilizan, el tranvía de Vélez-Málaga tiene un reconocimiento similar. En este caso, en materia de infraestructuras ferroviarias. Después de tres años de obras, más de cinco años de uso, un déficit que no dejaba de aumentar, una caída progresiva de viajeros (hasta trasladar sólo la mitad de lo previsto) y una paralización de sus servicios hace un año, ahora va camino de Australia. Allí lo han alquilado para que preste servicio en una pequeña ciudad cercana a Sidney.
La historia de este medio de transporte se remonta a la época de bonanza económica. Una inversión de unos 40 millones de euros, promovida por la Junta a cambio de que el Ayuntamiento asumiera la posterior explotación, sirvieron para conectar el centro de Vélez-Málaga con el núcleo urbano de Torre del Mar, situado en la línea de costa. En 2006 se inauguraba el tranvía, el primero de estas características de Andalucía, y desde el principio empezó a acumular déficit. Los 1.800 pasajeros que lo cogían a diario eran la mitad que requería este medio de transporte para que no tuviese pérdidas.
Con la llegada del Partido Popular a la alcaldía de Vélez-Málaga se intentó negociar con la Junta de Andalucía una colaboración para pagar parte del dinero que se perdía cada día con sólo poner los trenes en marcha. Pero el acuerdo no fue posible y el alcalde, Francisco Delgado Bonilla, anunció la paralización del servicio por insostenible hace poco más de un año.
Ahora los trenes volverán a circular. Eso sí, lo harán en las antípodas de esta localidad malagueña, a 17.000 kilómetros de distancia. Una pequeña ciudad del área metropolitana de Sidney ha alquilado los tres vehículos que recorrían a diario los 4,5 kilómetros que separaban las dos cabeceras de la línea. El acuerdo se cerró con Travelsa (que gestiona la concesión en Vélez-Málaga) y CAF (empresa que construye los trenes y que ha obtenido un contrato por el que debe aportar 18 vehículos a ese municipio australiano). El contrato de alquiler tiene una duración de dos años, y en cada ejercicio los australianos pagarán 200.000 euros por el arrendamiento de los trenes.
Traslado con polémica
El traslado de los vagones comenzó la pasada semana con algunos incidentes. Concejales de la oposición del Ayuntamiento de Vélez-Málaga intentaron bloquear la carga de los vehículos impidiendo la salida de los camiones que lo transportaban. Alegaban falta de información sobre todo el proceso de alquiler de los trenes. Tuvieron que sera agentes de la Policía Local y la Policía Nacional los que mediaron para que cesaran su protesta, por lo que los vagones ya están camino de Oceanía previa parada en Santander, donde debían ser embarcados. En la segunda remesa, que partió este miércoles, no hubo problema alguno y se pudo realizar según lo previsto.
Eso sí, en esta localidad malagueña no cierran la puerta a volver a utilizar el tranvía. El contrato de alquiler recoge la opción de que, si en un momento dado durante los próximos dos años se volviera a restaurar el servicio, la ciudad que ha alquilado los vehículos los devolvería sin ningún tipo de contraprestación en un periodo máximo de 15 días. Para ello, insiste el alcalde, la Junta de Andalucía deberá cumplir con lo comprometido en 2009 por el entonces presidente, Manuel Chaves, y ayudar a su financiación. Esta misma semana ha confirmado que solicitará una reunión con la consejera de Fomento, Elena Cortés, para transmitirle personalmente esta petición y recordarle el compromiso de la administración autonómica.
De momento, desde la Consejería de Fomento no cogen el guante y lamentan este traslado asegurando que el tranvía es un servicio público y que, como tal, su coste debe ser asumido parcialmente por las administraciones. Además, rechaza colaborar económicamente con la explotación del servicio porque es competencia municipal.
Por ahora el alquiler supondrá un doble ahorro a las arcas municipales. Además de los 200.000 euros que ingresarán, el Ayuntamiento de Vélez-Málaga no deberá pagar los 80.000 euros de costes de mantenimiento que suponía tener el tranvía incluso parado. Eso sí, la operación de traslado ha supuesto un importante reto para los arrendadores y para los arrendatarios. El alcalde de Vélez-Málaga, Delgado Bonilla, explicaba poco antes de que se iniciara la particular mudanza, que la operación ha obligado a realizar en las unidades trasladadas una limpieza “casi quirúrgica”. Las estrictas medidas de seguridad medioambientales que se aplican en Australia han provocado que cada vagón haya tenido que ser desmontado casi por completo para desinfectarlo y volverlo a montar perfectamente embalado.
Y mientras que en Australia se preparan para recibir el tranvía que iba a ser la punta de lanza de un nuevo sistema de movilidad en Andalucía, en Vélez-Málaga las vías ven pasar el tiempo sin uso alguno. Ahora, en lugar de los trenes, los autobuses vuelven a trasladar a todos aquellos vecinos que quieran, o deban, ir de Vélez-Málaga a Torre del Mar o viceversa.