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Decenas de personas reivindican recuperar la Venta de los Gatos de Bécquer para Sevilla

Europa Press

Varias decenas de personas, cerca de 70 según la asociación cultural Con los Bécquer en Sevilla, constituida en torno al legado del poeta Gustavo Adolfo Bécquer, participaron en la concentración celebrada este pasado martes ante la popular Venta de los Gatos, un ventorrillo enclavado entre los bloques de viviendas del barrio de Las Golondrinas que inspiró una de las leyendas del célebre poeta hispalense sobre la que informó eldiario.es/andalucia este pasado fin de semana.

Se trata de un “primer paso” para impedir que el mencionado edificio se convierta en un bazar, una mezquita, o incluso “un bar”. Pilar Alcalá, en nombre de la citada asociación cultural, ha explicado a Europa Press que si bien el antiguo ventorrillo de la avenida Sánchez Pizjuán “lleva más de un año en venta”, es ahora cuando al propietario de la antigua Venta de los Gatos le han llegado ofertas de compra, sobre todo porque el mismo habría rebajado el precio inicial del inmueble, unos 600.000 euros, a “400.000 euros negociables a 300.000”.

En concreto, según Pilar Alcalá, la propuesta con más fuerza pretende reconvertir el edificio en “un bazar chino”, mientras otra persigue su transformación en “una mezquita” e incluso una tercera oferta de compra estaría destinada a utilizar el edificio “para un bar”, según manifiesta Pilar Alcalá merced a la información que le habría trasladado un representante de la inmobiliaria a la que el dueño del antiguo ventorrillo ha encomendado la venta del inmueble.

“El único fin posible para la Venta de los Gatos es servir como museo de Bécquer o como centro cívico o cultural dedicado a Bécquer”, ha dicho Pilar Alcalá, quien defiende el “valor cultural y sentimental” del edificio.

De cualquier modo, esta concentración saldada con la asistencia de varias decenas de personas y la lectura de un manifiesto, así como algunos párrafos de la leyenda inspirada en la Venta de los Gatos, constituye sólo el “primer paso” de la campaña de actuaciones que planea la organización cultural para impedir que el antiguo ventorrillo se convierta en un bazar, una mezquita o ahora incluso “un bar”, dado que según la inmobiliaria son varias las ofertas que pesan sobre la mesa.