ENTREVISTA Álvaro Botias, inspector de Policía

“En la violencia de género tenemos que implicarnos todos, porque la familia y los amigos de las víctimas denuncian muy poco”

Javier Ramajo

17 de noviembre de 2020 20:14 h

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Álvaro Botias Benedit (Córdoba, 1985) es ingeniero químico por la Universidad de Granada e inspector de la Policía Nacional. Al frente del Grupo de Investigación de la Unidad de Familia y Mujer de Málaga, no se esconde tras el uniforme y trabaja para combatir la violencia de género a pie de calle. Autor de los libros 'La lucha contra la violencia de género: vivencias de un policía' y 'En Clave de Igualdad', participa este miércoles en el ciclo de webinars sobre la materia que organiza el Ayuntamiento de La Rinconada (Sevilla) y que cuenta con la colaboración de elDiario.es Andalucía. Su ponencia, prevista para las 18:00 horas, versará acerca de la 'Intervención con víctimas de violencia de género. La investigación criminal del delito y el acompañamiento de las víctimas'. Acude a la cita como especialista, no como policía, subraya.

¿Cuál va a ser el punto central de su ponencia?

Voy a hablar de cómo se debe intervenir con mujeres víctima de violencia de género. La formación es fundamental, sobre todo en la Policía, que son los primeros intervinientes cuando, por ejemplo, llegan a un domicilio tras una llamada de emergencia. La noticia del crimen, que así se lllama, puede llegar por varias vías. Una es la llamada al 112, 091 ó 062. Es una una denuncia verbal y acuden los compañeros al lugar de los hechos. Son momentos clave para poder rescatar a una víctima violencia de género durante la llamada 'luna de miel': justo acaba de ocurrir el episodio violento y ella tiene un momento de lucidez. De hecho, normalmente son ellas las que llaman. O un vecino que ha escuchado golpes o ruidos. Hablaré también de eso, de que tenemos que involucrarnos: si escuchamos algo fuera de lugar, tenemos que llamar a la Policía. Mucha gente no quiere figurar o no quiere que lo molesten. O no quiere meterse en asuntos que creen que son privados.

¿Cómo son esos primeros momentos después de un episodio violento?

La actuación de un policía en esos primeros momentos que ella ha pedido auxilio es fundamental: la escucha activa, la empatía, separarla del agresor en los primeros momentos, hablar con los niños también porque son muy importantes en estos casos y te pueden contar lo que ha pasado en la vivienda. Y a partir de ahí, el acompañamiento, ir al médico o a la comisaría, no dejarla sola en ningún momento, porque a veces puede querer quitarse de encima a la Policía. Y ahí tenemos que insistir, estar a su lado, hacerle ver que estamos para ayudarla, que no tenemos ninguna prisa, que estamos allí para esperarle, y para todo lo que sea necesario.

Denunciar es el paso más importante, ¿no?

La clave es la denuncia, es sólo el principio. Esa es mi premisa. La denuncia es un paso de mucha valentía, tanto por parte de ella como por parte de la familia o los vecinos, si son ellos los que dan el paso en su nombre, pero es el principio de un proceso penal que es largo. Ahí es donde entra en juego el acompañamiento y la toma de denuncia en comisaría. Hay que dejar que primero sea ella la que relate, aunque tarde mucho, porque va a dar saltos temporales al estar nerviosa. Está vomitando el sufrimiento, como digo yo. A partir de ahí, hay que darle forma a cada hecho que ha sufrido, establecer una cronología de los hechos, ver si tiene un entorno familiar favorable, si necesita una casa de acogida, etc. Hoy en día tenemos muchos más recursos que hace unos años, aunque siguen faltando.

¿Se denuncia más que antes?

Ha habido un salto, sobre todo desde 2016 a esta parte. Aquel año hubo unas 144.000 denuncias y en 2017 hubo 166.000, una cifra que se ha ido manteniendo estos dos últimos años. Desde 2010 ha habido un crecimiento exponencial. Hay muchísima más confianza en las instituciones, y aún así siguen faltando, porque dicen los estudios que son 600.000 maltratadas las que tenemos en España. Es decir, una de cada cuatro está dando el paso, el 30%.

Se refería antes a las denuncias por parte de familia, amigos, vecinos... ¿También hay más denuncias procedentes del entorno de la víctima?

En la violencia de género tenemos que implicarnos todos, porque la familia y los amigos de las víctimas denuncian muy poco, en menos del 2% de los casos, y no debería ser así. Tenemos que implicarnos. Seguimos pensando que es un problema ajeno, y en parte hay algo de razón, porque ella no quiere ayuda en ese momento, pero tenemos que involucrarnos. Siempre digo que ahora no lo va a agradecer en ese momento, pero cuando pasen unos años sí. Seguimos mirando para otro lado. En el 70% de las denuncias son ellas las que dan el paso y, cuando una mujer da el paso, es porque no puede más, porque ha sufrido una agresión. ¿Lo podríamos haber detectado antes? Seguro que sí, porque seguro que hay familiares que lo han visto antes, que lo han visto venir, pero no han sabido intervenir a tiempo, no han podido ayudarla en ese sentido.

¿Qué más se puede hacer para prevenir y actuar contra la violencia de género?

Estamos en una línea de mejora muy importante. Hay muchísima formación a nivel de fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. Yo llevo dese 2015 como jefe de la Unidad de Familia y Mujer en Málaga, en una de las comisaría más grandes de España a nivel de volumen, y en cinco años hemos hecho muchísimos cursos, me atrevo a decir que más que en los 30 años anteriores. Muchísimos cursos de formación específica, estamos en muchos foros, nos involucramos, escribimos, estamos con otras profesionales, con jueces, con fiscales. Hay que construir sinergias con otras instituciones. Esto ha cambiado mucho, la verdad, aunque queda mucho camino por recorrer.