El partido de extrema derecha Vox ha enseñado la puerta de salida a su líder en Andalucía, el diputado y juez en excedencia, Francisco Serrano, tras sus polémicas críticas contra la sentencia del Tribunal Supremo en el caso de la Manada. El Alto Tribunal acaba de condenar a prisión a los cinco jóvenes sevillanos acusados de violar en grupo a una chica en los sanfermines de Pamplona en 2016, una decisión que Serrano cuestionó duramente, al considerarla “dictada por una turba feminista supremacista”. Por primera vez, Vox desautorizó públicamente a su líder andaluz y se desmarcó de sus comentarios, enmarcándolos en el plano personal.
Este miércoles, el diputado y presidente del grupo parlamentario se ha acogido a un permiso de 30 días “por motivos de salud”, alegando el “linchamiento” mediático que ha sufrido por sus críticas a la sentencia. En un principio, su idea era “retomar fuerzas” y volver en septiembre -agosto es un mes inhábil en la Cámara-. Pero horas después de anunciar su baja y de reafirmarse en el fondo de sus críticas contra la sentencia del Supremo, su partido ha vuelto a desautorizarle con más énfasis que el día anterior.
El grupo parlamentario Vox le acusa de lanzar un “desafío” contra la postura oficial del partido si persiste en sus críticas al fallo de la Manada. “Si nuestro compañero se reitera en su posición y critica la resolución judicial, no puede entenderse de otro modo que como un desafío, porque la postura oficial del partido es el respeto máximo a las resoluciones judiciales, nos gusten más o menos”, ha anunciado el portavoz del grupo, Alejandro Hernández.
El endurecimiento del discurso de Vox contra su líder andaluz no tiene precedentes. El partido de extrema derecha ha pasado de tomar distancias de Serrano a adoptar una actitud claramente condenatoria. No les ha convencido ni la matización que hizo el lunes en sus redes sociales ni las explicaciones que ha dado este miércoles, reiterándose en sus críticas, y acusando a un “ colaborador nuevo” de los polémicos comentarios que aparecieron en su perfil de Facebook, “ajenos a mí y manifiestamente incorrectos en las formas”, dijo. “En relación a la publicación en mi página de Facebook donde se hizo una vergonzosa apología de la prostitución y otras gruesas expresiones, a estas alturas creo que es evidente para todos quienes me conocen, que en absoluto son expresiones mías porque no responden a mi estilo de escribir, de pensar, ni de hablar en público, ni tampoco en privado”, añadió.
El citado colaborador es un tal Sebastián Alcorta, al que el grupo parlamentario no conoce, carece de seguimiento en redes sociales y no tiene acreditación en el Parlamento andaluz. De todas formas, que Serrano haya señalado a un tercero como responsable de sus comentarios en Facebook tampoco ha convencido a los suyos. “Dejar las redes sociales en manos de un inconsciente denota una grave irresponsabilidad”, sostiene el portavoz.
Fuentes próximas al juez en excedencia aseguran que la presión sobre él es “muy fuerte” y dudan de su continuidad como diputado a partir de septiembre. El aislamiento y la pérdida de poder interno de Serrano en Vox desde las elecciones andaluzas del 2 de diciembre ha ido en aumento. Mantuvo la presidencia del grupo parlamentario, pero perdió la portavocía en favor del diputado por Córdoba, Alejandro Hernández, que este miércoles ha verbalizado los reproches contra él “en nombre de los otros 11 parlamentarios de Vox de la Cámara”. “Si persiste en esta actitud, es probable que desde el comité ejecutivo nacional de Vox se tenga que adoptar algún tipo de medida contra él”, ha subrayado Hernández, sin especificar si se trata de medidas disciplinarias.
La dirección de Vox admite su “preocupación” por el “comportamiento” de Serrano “en redes sociales”, que “está contraviniendo las instrucciones del partido respecto de cómo debemos manejarnos en las redes sociales”. Los estatutos de Vox recogen los ocho “deberes de los afiliados” y el punto cuarto especifica el deber de “mantener una conducta respetuosa en las manifestaciones realizadas en nombre del partido, tanto en las redes sociales y medios de comunicación, como en cualquier ámbito público, con un comportamiento de acuerdo con los fines del mismo, disciplina y normas sociales de convivencia”.
El incumplimiento de dicho deber o conducta pública o privada que menoscabe o atente contra los principios de Vox es motivo de “extinción automática de la condición de afiliado”, según las normas internas del partido.
El que fuera candidato de Vox a la Presidencia del Gobierno andaluz, en las elecciones del pasado 2 de diciembre, escribió en su perfil de Facebook que la sentencia estaba “dictada por una turba feminista supremacista” y denunció que la sociedad se encontraba “ante la paradoja progre en la cual la relación más segura entre un hombre y una mujer, será únicamente a través de la prostitución”. Serrano escribió que el fallo era un torpedo directo contra la heterosexualidad, contra las relaciones libres entre hombres y mujeres“, inspirado en el ”liberticidio progre“. Y culminó su comentario en la red social con la frase que más ha agitado las críticas de todas las formaciones políticas sin excepción: ”Desde ahora, la diferencia entre tener sexo gratis y pagando, es que gratis te puede salir más caro“.