Cumple dos años cerrado y solo a partir del próximo verano se espera que ya sea permanente la carretera del cañón del Añisclo, una de las principales vías de acceso al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. En 2017, el desplazamiento de la ladera y el movimiento en uno de los túneles obligó al corte al tráfico y se habilitó un acceso alternativo por la carretera Puyarruego-Buerba-Escalona que costó 650.000 euros. Al mismo tiempo se llevó a cabo el estudio técnico para la consolidación del túnel y se adjudicó la obra de emergencia con una inversión de 1,8 millones de euros.
Ahora, la carretera permanecerá abierta hasta el domingo 5 de mayo. El Departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón ha tomado esta decisión atendiendo a las reclamaciones de los empresarios turísticos y representantes institucionales de la zona, que entienden que durante este periodo las afecciones económicas han resultados “notables” y y que subrayan la “urgencia” de que los trabajos estén concluidos a tiempo para un periodo en el que el repunte de visitantes dé más vida y nuevas oportunidades a otra de las zonas del norte de la comunidad autónoma afectadas por la despoblación.
Las obras para paliar los problemas estructurales de uno de los tres túneles que atraviesa llevan en marcha dos años y se decidió reabrir un paso que, en un primer momento, se debería haber vuelto a clausurar este 24 de abril, una vez cerrado el periodo vacacional entre la Semana Santa y San Jorge, pero finalmente se mantendrá abierta hasta el 5 de mayo y se cerrará el lunes 6 para concluir los trabajos que quedan pendientes.
150.000 turistas al año
El consejero José Luis Soro señaló que los trabajos que quedan por realizar, la mejora del firme y la colocación de biondas de seguridad y señales, se pueden llevar a cabo después sin que se generen perjuicios. Se cree que estas labores tendrán una duración de 10 días más. El plazo de ejecución es de entre cinco y seis meses. El mal tiempo y la falta de partidas presupuestarias habían retrasado hasta la fecha la continuación de las obras para reabrir la carretera principal del segundo sector más visitado del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, con más de 150.000 turistas al año.
Los hosteleros y vecinos de la zona esperan que, de una vez por todas, se ponga coto a los problemas detectados en la vía. La presidenta de la Asociación de Hosteleros del Sobrarbe, Paz Agraz, agradece la postura de un Ejecutivo “absolutamente involucrado” en “la búsqueda de soluciones y en dar prioridad a la seguridad de las vidas humanas. Se trata de un eje viario ”vital“ para el desarrollo socioeconómico de este sector del territorio protegido de Ordesa, ”pero también de importancia para la comunicación de los vecinos de la zona“.
La responsable de los hosteleros del Sobrarbe pone énfasis en la necesidad de llevar a cabo, asimismo, la mejora y adecuación de la carretera Puyarruego-Buerba, por la que el tráfico turístico regresa a su punto de destino tras acceder por la carretera de Añisclo. El teniente de alcalde de Fanlo, Antonio Nerín, también se preocupa por este último aspecto puesto que se trata de 12 kilómetros que no han sido reparados desde que se construyó y que en la actualidad están salpicados de innumerables baches.
A su juicio, el estado de este eje no solo da una imagen “deplorable” de cara al turismo sino que podría originar numerosos problemas de seguridad en el verano si se constituye en la única alternativa de acceso a la zona. El mal estado del firme y la peligrosidad de algunas de las curvas hacen de esta vía, a su juicio, un eje en el que podrían producirse situaciones de riesgo. Por esta razón considera necesario acometer el bacheo del trazado, la mejora de algunas de las curvas y el cimentado de los arcenes.
El cierre de la carretera HU-631, que durante el año recibe en torno a 170.000 visitantes concentrados en los meses de primavera y verano, suponía para los habitantes de núcleos como Escalona, Puyarruego, Buerba, Nerín y Fanlo un perjuicio al turismo a las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. En un primer momento, la Consejería de Vertebración del Territorio y Movilidad no pudo disponer de dinero de la partida de contingencias del Gobierno de Aragón. Más tarde, y pese a la demora en los trabajos, se puedo dar luz verde a unas obras con un importe total de 1,8 millones de euros.
La inversión fue de 150.000 euros en 2017 y para 2018 y 2019 quedaban pendientes 1.650.000 euros. El Centenario del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ha supuesto para la comarca de Sobrarbe un aumento de los visitantes del 25 %, ya que acudieron 660.000 personas en 2018, además de recaudarse 4,1 millones de euros. Parte del dinero se invertirá en infraestructuras en los municipios del Parque.