Aragón, una región golpeada por la fuerza contaminante del lindano, se ha puesto a la cabeza de la investigación para paliar sus efectos a través de un proyecto europeo de cooperación denominado Lindanet y dedicado a la lucha por la descontaminación de los residuos producidos por la fabricación del pesticida y la mejora de las zonas contaminadas. Junto con Galicia, encabeza una red que aglutina a otras regiones afectadas por el mismo problema de la República Checa, Holanda, Italia, Polonia y Alemania y que está coordinada desde una universidad finlandesa.
Lindanet persigue el intercambio de experiencias y conocimientos, establecer un plan de acción enfocado a la solución del problema a nivel regional o sensibilizar al público sobre la contaminación. Tendrá una duración de tres años y medio y un presupuesto de 1,5 millones de euros cofinanciado hasta el 85 % por el programa Feder de la Unión Europea.
Otros de los afanes del proyecto son mejorar y desarrollar políticas regionales mediante la promoción de la participación de los ciudadanos en la economía circular o concienciar sobre el consumo sostenible de acuerdo con los principios de la jerarquía de residuos de la Unión Europea, que priorizan la prevención y reducción de residuos a través de la preparación de un plan de acción.
Mientras, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha iniciado los trabajos de construcción de un by-pass que permitirá derivar las aguas caídas en la parte alta del barranco de Bailín, en Sabiñánigo, en situaciones de lluvias intensas para evitar que lleguen al río Gállego impregnadas del lindano. La actuación, con una inversión inicial prevista de 1,8 millones de euros, está incluida en el convenio de colaboración suscrito con el Ministerio de Transición Ecológica y el Gobierno de Aragón en el marco del Plan Integral de Descontaminación del río Gállego.
Las obras acometidas se derivan de un estudio de las alternativas más viables para impedir que las aguas afectadas por lindano en episodios de fuertes lluvias puedan llegar al cauce. La derivación proyectada permitirá reducir el caudal circulante por el barranco en momentos de precipitaciones intensas a fin de que la depuradora construida en el antiguo vertedero de Bailín disponga de capacidad suficiente para tratar todas las escorrentías registradas en la zona afectada.
Los técnicos han planteado al tiempo la necesidad de modificar el actual dique habilitado en la zona baja del barranco para aumentar la capacidad de almacenamiento previo al proceso de depuración. Las obras prevén la construcción de una conducción principal que recogerá las aguas de lluvia exentas de contaminación de la parte alta del barranco y de otra secundaria que recogerá los caudales de una subcuenca lateral, así como de dos cunetas de intercepción de escorrentías.
Las tierras sobrantes derivadas de la ejecución de los trabajos, que presentarán distintas concentraciones de lindano, serán depositadas en el mismo recinto del vertedero, en una zona habilitada para su almacenamiento. Estos trabajos se suman a las analíticas de seguimiento de aguas que se realizan de forma continua en diversas zonas del río Gállego aguas abajo de Sabiñánigo y cuyos resultados se remiten a los municipios ubicados en el cauce y al Ejecutivo aragonés.
550 millones de euros de inversión
Estos trabajos se enmarcan en un Plan Estratégico de Lucha Integral contra el Lindano en Aragón, con acciones definidas que alcanzan hasta el año 2040 y que exigirán una inversión que rondará al final del proceso los 550 millones de euros. Hasta la fecha, las distintas administraciones implicadas, gobiernos central y aragonés y Unión Europea, han invertido desde 1992 unos 63,2 millones de euros para descontaminar el lindano generado por la desaparecida planta industrial de Inquinosa en Sabiñánigo.
Además, el proyecto de investigación puesto en marcha para hacer frente a la contaminación por el pesticida lindano de la antigua fábrica ha comenzado a arrojar resultados prometedores. El objetivo del ensayo, denominado “Aislamiento y cultivo de consorcios bacterianos para la degradación de lindano y derivados en sustratos contaminados”, tiene como fin obtener una metodología para descontaminar sedimentos con residuos de este producto mediante el uso de bacterias autóctonas.
Fuentes del Gobierno de Aragón señalan que el proyecto, desarrollado durante los años 2017 y 2018 en Bailín, ha concluido con resultados positivos. Según los responsables, la finalidad perseguida era aumentar la capacidad de ciertos microorganismos autóctonos (bacterias, hongos o levaduras) de obtener energía de los propios contaminantes antes de ser depositados en los sedimentos a descontaminar.
Las conclusiones del ensayo establecen que con concentraciones de residuos de la fabricación de hasta un gramo por kilo de sedimento se puede reducir hasta el 95 % de la contaminación. El producto final del proceso es la consecución de un sustrato prácticamente descontaminado y de los productos resultantes de la degradación del contaminante, como cloro generador de sales, CO2, agua y un 5 por ciento de elementos degradados intermedios.
Los sedimentos obtenidos, después de ser tratados durante dos meses, se transforman en tierra vegetal utilizable para restaurar los emplazamientos de Bailín, Sardas o Inquinosa, donde se concentran los residuos. Según los expertos, los sedimentos tienen un “buen comportamiento” como suelo para albergar plantas de restauración, mientras que la poca contaminación restante continúa en un proceso continuo de degradación. Además, el paso lento de la lluvia a través de esta tierra vegetal ayuda a descontaminar la zona.
Las instalaciones de Inquinosa en Sabiñánigo, cerradas en 1989, vertieron 120.000 toneladas de hexaclorociclohexano (HCH) en las aguas del río Gállego y 150.000 más solo en Bailín desde el comienzo de su actividad en 1974 y hasta que la Unión Europea prohibió su elaboración debido a la alta toxicidad y los problemas medioambientales que podían causar el lindano.