De padres albentosinos, Abilio Marqués León nació, no obstante, a 5.600 kilómetros de casa, en Clifton, Arizona. Su padre, Joaquín, era comerciante y después de casarse con Amparo, la pareja emigró a América donde nació su primer hijo en 1918. Permanecieron allí hasta que lograron hacer algo de dinero y, entonces, cuando el pequeño tenía tres años, volvieron a España para instalarse en su pueblo. Abilio pasó su infancia y adolescencia en Albentosa junto a sus tres hermanos, pero en 1937 volvería a Estados Unidos donde acabaría alistándose en el ejército y combatiendo en la II Guerra Mundial.
Esto último es lo único que sabía Jorge Benet León, que un pariente suyo -su tío segundo- había participado en la contienda y había resultado herido. Se lo había contado su madre después de encontrar una fotografía de Abilio con uniforme del ejército americano y otras en las que estaba con su mujer y su hijo. “Mi madre me explicó que se trataba de su primo hermano Abilio y familia. Me dijo que, en uno de sus viajes a España, vino a Navajas. Le contó que había sido paracaidista en la guerra mundial con el ejército americano y que fue herido. Yo soy muy aficionado a la Historia y tener un familiar directo participando en aquella guerra era para mí como una novela de aventuras”, apunta Benet.
Estaba dispuesto a investigar más sobre su familia americana, pero sin Internet, ni los medios actuales, no pudo encontrar nada. Fue años después cuando dio con la necrológica del fallecimiento de Manuela, la esposa de Abilio, en la que aparecía Abe G. Marques, como su hijo. “Abe había nacido como Abilio Marqués González, el nombre que yo buscaba, pero en Estados Unidos es más común cambiar de nombre”, señala. Así es como logró dar con el hijo de su tío, que vivía en Tucson, Arizona.
Gracias a él pudo hacer grandes avances en su investigación y a través de internet logró recopilar una gran cantidad de datos y documentos oficiales de partidas de nacimiento, licencias de matrimonio, registros del ejército, fotos, etc. Así supo que su tío segundo, Abilio, se marchó de España cuando solo tenía 19 años, en 1937. Aunque no se conoce con certeza si participó en la Guerra Civil, su familia le habría animado a regresar a Estados Unidos para huir del conflicto. Así pues, partió en noviembre de ese año desde el puerto francés de Le Havre rumbo a Nueva York.
También supo que cuando llegó no estuvo solo, allí le esperaba su tío Pascual León, que había llegado a Estados Unidos a petición de su hermana Amparo, cuando esta todavía vivía en Arizona con su marido y el pequeño Abilio. Pascual no regresó a España con los demás y para entonces residía en Los Ángeles, donde regentaba una pequeña barbería. Benet descubrió así que su abuelo tenía un hermano en Estados Unidos, Pascual León -que después cambió su nombre a Paul- del que nunca les habló.
La Guerra y el Día D
Poco tiempo después de que Abilio llegase a Norteamérica estalló la II Guerra Mundial y tanto él como su tío se alistaron en el ejército. Pascual no pudo ir al frente debido a su edad, así que desempeñó su oficio de barbero en la US Navy, en la base de Pearl Harbour. Allí estuvo hasta 1946, cuando pasó a la reserva. Abilio, en cambio, se inscribió como voluntario paracaidista, sirviendo en la compañía B (Baker), 506º Regimiento Paracaidista, 101ª División Aerotransportada.
Lo cierto es que Benet había dado con el numeral de soldado y la unidad a la que había pertenecido su tío, pero le costó encontrar más detalles sobre sus peripecias como soldado. Decidió entonces ponerse en contacto con los organizadores del Memorial March de Albentosa, un evento que recrea episodios de la II Guerra Mundial, entre ellos ocurrido en Normandía en junio de 1944. Lo hizo convencido de que aquella representación se hacía precisamente con motivo de la participación de uno de sus antiguos vecinos en la contienda, pero su sorpresa fue mayúscula cuando supo que no tenían conocimiento de las hazañas de Abilio ni tampoco de las de Pascual.
También lo fue para los participantes de la Memorial March, sobre todo después de saber que Abilio había estado en la misma unidad, regimiento y división -únicamente cambia la compañía- que recrea uno de los grupos de este evento, así que no dudaron en colaborar con la investigación.
Según explica José Miguel Alfonso, responsable de la organización, lo que les puso sobre la pista fue la fotografía del paracaidista. Algunas de las medallas y distinciones que luce en su uniforme se otorgaban a soldados que habían sido heridos en combate. La información que ya había recopilado Jorge les llevó hasta el archivo del hospital en el que fue atendido en Inglaterra. “Después nos pusimos en contacto con el Cónsul de Estados Unidos en Valencia que a su vez nos facilitó el contacto del Agregado Militar de Defensa, quien nos abrió los expedientes de ambos soldados, tanto de Abilio como de Pascual”, explica Alfonso.
Tirando del hilo supieron que Abilio había participado hasta en tres campañas diferentes durante la Guerra, la primera el 6 de junio en Normandía. De aquella hazaña salió ileso y en julio retiraron a su compañía para prepararse para la siguiente ofensiva en los Países Bajos. Es en la Operación Market Garden, en el 44, cuando Abilio sufre la primera herida en combate por metralla en el pecho. Tras estar hospitalizado volvió al frente en Bélgica, y allí, en la batalla de las Ardenas padeció la enfermedad denominada pie de trinchera, es decir, la congelación de los pies. Es entonces cuando ingresó en el hospital de Inglaterra, donde permaneció cuatro meses. A principios de mayo, poco antes de que terminara la II Guerra Mundial, recibió el alta y ya no volvió a combatir.
Una vez acabado el conflicto, Abilio Marqués regresó a Arizona y se casó con Manuela González, una emigrante española con la que tuvo a Abe Marqués, quien también fue soldado en la guerra de Vietnam en la marina de los Estados Unidos y falleció sin descendencia en 2020. Su padre, Abilio, murió en 1983 de cáncer.
La investigación no ha acabado
Tanto Jorge Benet como el grupo que coordina José Miguel Alfonso en la Memorial March continúan investigando el pasado de estos dos turolenses y sus familias. Benet mantiene contacto con uno de sus primos lejanos, Jesse Taylor, nieto de Pascual. Entre otras cosas, supo que una de las hijas del barbero, Gloria, fue una de las primeras mujeres conductoras de coches de carreras en Estados Unidos y cofundadora de la revista Road and Track que sigue publicándose hoy en día.
También intentan esclarecer si Abilio participó en la Guerra Civil española y por eso decidió marcharse a Estados Unidos. “Estamos tratando de acceder a los archivos de Burgos para saber si Abilio tomó parte en la guerra ya que algunas personas lo han situado en el bando republicano”. No obstante, apuntan que dar con datos de este tipo en España es mucho más complejo que en Estados Unidos.
El último fin de semana de septiembre tuvo lugar la VII edición del Memorial March en Albentosa, donde se rindió homenaje a los dos soldados de la localidad que participaron en la II Guerra Mundial. Un total de 200 recreadores llegados de toda España tomaron parte en este evento que cada vez atrae a más curiosos.