El arte urbano del Festival Asalto muestra la memoria y lucha vecinal del zaragozano barrio de Torrero

Las primeras casas de las parcelas de Torrero, en Zaragoza, se hacían con ladrillos de barro. Los vecinos y vecinas aprovechaban cuando el canal tenía poco caudal o construían pozos en sus parcelas de los que extraían agua que, junto a arena, se convertía en los ladrillos que formarían sus casas. El Festival Asalto ha querido recordar este modo de construcción haciendo un taller en el que los participantes han elaborado ladrillos como se hacía a principios del siglo XX, una vez secos, se van a transferir fotografías del barrio aportadas por los vecinos y estos ladrillos se expondrán por las calles.

Estas parcelas son uno de los signos identitarios del barrio zaragozano, “atesoran muchos recuerdos y configuran el paisaje urbanístico que está siendo atacado por el urbanismo actual, donde antes había una parcela ahora hay un bloque de pisos y eso hace que las parcelas sean un modo de construccion en peligro de extinción”, explica Alfredo Martínez, uno de los organizadores del Festival Asalto. Para reivindicarlas se ha llevado a cabo el proyecto 'Parcela isla', en el que se ha puesto el foco en estas construcciones y en las historias que hay detrás, hablando con vecinos y vecinas. Los artistas de Twee Muizen están interviniendo en la parcela entre la calle Joaquín Ascaso Budría con la calle César Boente, una casa taller que alberga desde hace años el taller artesanal de Grao-Gayoso. 

Asalto toma este año, en su decimonovena edición, uno de los distritos con mayor personalidad luchadora de la ciudad, Torrero-La Paz. Este Festival Internacional de Arte Urbano inunda desde 2005 la ciudad de Zaragoza con propuestas artísticas desarrolladas in situ por artistas urbanos y colectivos artísticos del panorama nacional e internacional. Se trata de una experiencia artística en la que todo el proceso creativo y la ejecución del mismo se realizan en el entramado urbanístico de Zaragoza.

El túnel del tiempo

Un callejón que conecta la Plaza de las Canteras con Avenida América se ha convertido en un túnel del tiempo en el que los vecinos y vecinas han vuelto al pasado. Este callejón estuvo abierto muchos años y en él ocurrieron muchas cosas, desde un primer beso a trastadas de niños, sin embargo, hace 22 años el dueño decidió cerrarlo porque era una propiedad privada.

Este año, gracias a una casualidad, el Festival Asalto ha conseguido reabrir el callejón: “Un día llamó una persona que se habia enterado que el festival se iba a hacer en el barrio y nos ofreció su inmueble para las paredes, fuimos a verlo y nos dimos cuenta de que en su parte interior tenia este callejón, le propusimos abrirlo para hacer una pequeña actuación dentro del festival. Ha sido muy bonito porque es un espacio que figuraba en la memoria colectiva de gente de cierta edad y que se ha reabierto despues de 22 años, lo que demuestra que a través de la cultura se pueden mejorar espacios”. Este espacio de doce metros de largo y un metro de ancho albergará una exposición fotográfica que, a traves de 20 fotografías, muestra el pasado del barrio a traves de alguno de los hitos mas importantes.

Murales

Otro de los escenarios de este Festival que recorre las calles de Torrero es el Centro Cívico Torrero. Al lado se ha realizado la intervención artística del proyecto 'Ruido', dos murales que giran en torno al vínculo del barrio con el origen del fútbol y el ciclismo en Zaragoza. Al lado estaba el campo de fútbol de la ciudad, que era un centro deportivo muy vinculado al barrio. los artistas de Oporto han dedicado los murales a dos protagonistas, “en uno una vecina, Alicia Simón, conocida popularmente como la simona, la hija del que era alguacil del campo de futbol de torrero hasta su desaparicion, esta señora siempre cuenta que ella de pequeña pensaba que el campo era de su familia, aun guarda en su casa un tarro con las semillas que su padre usaba para el cesped”.

En cuanto a los murales que han contado con la participación de diferentes colectivos encontramos a la artista Jesana Motilva quien, además de intervenir en una pared del IES Miguel Blecua, está compartiendo sesiones con el alumnado del instituto. El proyecto del ‘solar de ping-pong’, de Barok, ha contado para su diseño con adolescentes que participan en actividades del barrio a través de los centros de tiempo libre.

La artista Harsa está interviniendo también en el IES Blecua con un gran mural que parte de las ideas de unas jornadas con chicos y chicas del barrio y las ha llevado a un gran mural en el que se reflejan también los valores del centro.

Casi 20 años de arte en las calles

El Festival Internacional de Arte Urbano Asalto nació hace diecinueve años con la intención de sacar el arte a la calle y demostrar que en el ámbito urbano hay un gran espacio para la creación artística. En su recorrido por los diferentes barrios de Zaragoza, la implicación vecinal ha sido fundamental para Asalto, un Festival consciente de que las obras van a formar parte de la vida de vecinos y vecinas.

El distrito Torrero-La Paz, en Zaragoza, es uno de los que mayor personalidad tiene de toda la ciudad. Su historia, orgullo e iniciativa están dejando en esta edición de Asalto una gran huella, tanto en los procesos participativos como en el contenido de las obras. De hecho casi 30 organizaciones han participado como conectoras o en el desarrollo de algunos de los proyectos. 

Durante toda la semana se están realizando nueve obras entre murales y procesos participativos. Projeto Ruido (Oporto, Portugal); Tomás Facio (Melo Norte, Argentina); Marat Morik (Novosibirsk, Rusia) y Harsa (Zaragoza, España) son los artistas que intervendrán en las fachadas de cuatro localizaciones del barrio.

Por otra parte, los proyectos y procesos participativos cuentan con Twee Muizen (España) y su proyecto ‘Parcela-isla’; Anastasia Jouk (Zaragoza, España) y el proyecto ‘Ladrillos de barro’; Barok (Zaragoza, España) en el “solar del ping pong” y el proyecto ‘Peces del Canal’ con Atades y entidades del barrio. Además, Jesana Motilva intervendrá en el IES Miguel Blecua con la participación del alumnado.