Siglo I d.C. En el castrum de Vindolanda soldados romanos custodian la Muralla de Adriano, la construcción defensiva que protege el territorio británico conquistado de las agresivas tribus del norte. El decurión Masclo envía una tableta de madera, incisa con letras latinas, solicitando instrucciones a su superior. Al final del texto, como el que no quiere la cosa, añade: “Ceruesam commilitones non habunt quam rogo iubeas mitti ” (“Mis compañeros no tienen cerveza, ordena enviarnos más”). Poco podía imaginar aquel militar que, 2.000 años después, ese ruego suyo por más rubio líquido formaría parte de la exposición itinerante 'Voces Populi', una muestra que estos 17 y 18 de septiembre recala en el Museo de Zaragoza.
'Voces Populi' hace visible el trabajo de LatinNow, un proyecto de investigación europeo dirigido por la británica Alex Mullen, y en el que participan, entre otras investigadoras, la zaragozana María José Estarán. El objetivo de LatinNow es conocer mejor cómo los pueblos de las provincias del norte y del oeste del Imperio Romano comenzaron a hablar latín y abandonaron sus lenguas vernáculas. La exposición enseña al público ese proceso, y para ello recurre a réplicas de objetos como las tablillas de Vindolanda, una colección de piezas de madera inscritas que ha llegado milagrosamente hasta nuestros días gracias a las 'bondades' del clima británico.
Ejército, economía, administración, escuela, religión y movilidad fueron aspectos claves en la difusión y adopción de la lengua de los conquistadores. De entre estos, Estarán destaca el papel del ejército y la administración, en tanto que “el latín se asoció a un poder coercitivo”. Algo que, desarrolla la investigadora, se visualiza en los testimonios epigráficos: “Primero, se latinizan los documentos oficiales y públicos: monedas, bronces de leyes... Luego, los documentos públicos de las élites: las clases poderosas indígenas vieron que el latín era clave para prosperar. En tercer lugar, el latín se empezó a usar en los escritos privados: correspondencia, grafitos sobre cerámica...”.
Entre los ejemplos que se muestran en la exposición está el bronce de Botorrita, cuyo original, del siglo I a.C., se encuentra en el Museo de Zaragoza. Emitido por la autoridad romana, la investigadora cuenta que este documento, la primera querella de la que se tiene noticia en la Península Ibérica, “resolvía un conflicto entre los habitantes de Salduie (Zaragoza) y Alaun (Alagón) por una canalización de aguas; las partes pidieron la intervención de unos neutrales, los magistrados de Contrebia Belaisca (Botorrita), que dictaminaron a favor de Salduie”. Sin embargo, “sin la sanción del procónsul romano, que es lo que plasma el bronce, la decisión no tenía validez legal”, indica Estarán. Así, el latín iba arañando terreno al celtíbero.
Otra pieza destacada es el bronce de Ascoli, placa inscrita del año 89 a. C., donde se lee el primer caso documentado de una concesión colectiva de ciudadanía romana a los integrantes de un escuadrón de jinetes íberos (en su mayoría, oriundos de Salduie) que combatió en la guerra que enfrentó a Roma con sus aliados itálicos. “Tiene una gran importancia, ya que permite conocer cuáles y cómo eran los nombres íberos”, precisa Estarán.
De vuelta a los casos más mundanos, la exposición incluye curiosidades como una invitación de cumpleaños entre hermanas o una “tablilla de maldición” encontrada en Bath (la antigua Aquae Sulis romana). En esta última, alguien muy enfadado porque le habían robado una daga -aunque algunas interpretaciones aumentan la gravedad del caso y opinan que se refiere a una novia-, pide a los dioses que conviertan al ladrón “en líquido como el agua”. Asimismo, en la exposición podrán verse reproducciones de utensilios y soportes de escritura: atramentum, styli, calamus, tabulae ceratae...
'Voce magna sermone patrio'
El proceso de latinización de Europa, que se sitúa en una horquilla entre el siglo II a. C. y el II d. C., tuvo un ritmo “diferente según cada territorio”. Así, “Hispania tardó en ser conquistada 200 años, mientras que la ocupación de la Galia llevó apenas 20 años, lo que hizo que allí la latinización fuera más imperfecta”, relata Estarán.
¿Hubo casos de resistencia lingüistica ante el avance de la lengua de los romanos? Estarán explica que trata de una cuestión compleja sujeta a la interpretación de las distintas escuelas historiográficas. Con todo, “se suele citar como ejemplo de esa posible oposición un pasaje de Tácito donde narra cómo un celtíbero, interrogado por los romanos por un asesinato, se negó a confesar y a continuación se tiró de cabeza contra una piedra para quitarse la vida 'voce magna sermone patrio', esto es, 'dando grandes gritos en su propia lengua'”. Donde los historiadores sí están de acuerdo es en que “no hubo una política lingüística por parte de Roma para imponer el latín, la clave fue la adopción por parte de las élites locales”.
'Voces Populi' arranca en Pamplona este lunes 16 de septiembre (en la Universidad de Navarra) y permanecerá en el Museo de Zaragoza los días 17 y 18, con dos sesiones de charlas el martes a las 09:00 y a las 17:30, abiertas al público. Posteriormente visitará Tarragona y Barcelona para continuar luego su ruta por Francia, Alemania, Holanda, Bélgica y Reino Unido.