La cultura, el circo, la historia y el Aragón rural son los ejes sobre los que se mueve la actividad del Grupo Andante. Andante e itinerante, pues los miembros de este colectivo aragonés realizan desde hace unos años una gira veraniega por pueblos de la provincia de Huesca con el denominado ciclo Redoladas Huesca Rural. Según la RAE, una redolada es “una comarca de varios pueblos o lugares que tienen alguna unidad natural o de intereses”. De ahí que sus primeros pasos se hayan dado en municipios integrados en la capital oscense.
Estos se han llenado de una buena dosis de alegría y diversión con espectáculos que combinaron circo, humor y la puesta en valor de las peculiaridades de las poblaciones. Con dos exitosas ediciones realizadas, la primera en 2021 en Tabernas de Isuela y Buñales, -coincidiendo con el centenario del nacimiento del pintor Agustín Alamán, natural de la primera localidad- y una segunda en 2022 en Apiés, la asociación Grupo Andante apuesta por la continuidad del ciclo por las diferentes pedanías, recalando en esta tercera edición en Huerrios, Banariés y Cuarte.
Dentro de este festival, la pista deportiva de Huerrios se convirtió en el escenario para las delirantes habilidades de compañía Pomelo, compuesta por artistas provenientes de Madrid y Murcia. Presentaron ‘La Frutería’, un show con una experiencia inmersiva entre frutas, verduras, circo y mucho desparpajo. Dos vendedores se embarcaron en una competición hilarante para demostrar quién tenía la mejor calidad de productos, llevando su rivalidad al límite entre habilidades asombrosas y momentos delirantes. Un espectáculo que incluye malabares con puerros, lanzamiento de cuchillos, hula-hoop extremo y hasta un monociclo gigante.
Cuarte, mientras, fue testigo de una experiencia única con el pasacalles ‘Los Trotaclowns’, de la compañía zaragozana Cirteani, en el que dos extravagantes turistas de la belle époque, llegados en su flamante vehículo de época directamente desde un siglo anterior como si de una máquina del tiempo se tratara, buscaban elementos pintorescos que fotografiar. Sin embargo, su torpeza y enredos llevaron al público a vivir momentos hilarantes que hicieron las delicias del público congregado.
Este espectáculo no solo ofreció entretenimiento, sino que también recordaba y se inspiraba en el hecho de que los hermanos Nicolás y Elías Viñuales, fotógrafos aficionados del neocentismo oscense, hicieron sus primeros pinos en la fotografía en las inmediaciones de Cuarte en 1910, concretamente en la alberca de Loreto. Una década más tarde también documentarían las aguerridas exhibiciones aéreas de los años veinte en este mismo entorno. Una afición que ha llevado hasta nuestros días su enorme valor patrimonial y estético, documentando aspectos de la sociedad oscense de la belle époque.
El ciclo concluye el viernes 28 de julio a las 20.00 horas en Banariés con el espectáculo infantil ‘La Huerta Al Mundo’, de la compañía franco-catalana Sonríexnarices. En ella, un simpático agricultor, acompañado de un espantapájaros musical -y entre malabares y acrobacias- mostrará a grandes y pequeños las ventajas y virtudes de cuidar de una huerta de la forma más natural posible.
La asociación cultural oscense Grupo Andante es también la impulsora de la muestra artística rural Estoesloquehay, el festival itinerante que llega en los últimos días de verano, a mediados de septiembre, y lleva más de veinte años recorriendo el rural aragonés programando todo tipo de propuestas culturales. Replica con Redoladas esta fórmula visitando cada año los diferentes pueblos integrados en el término de Huesca con una programación cultural para todos los públicos, diferente y siempre sorprendente.
Estoesloquehay se dedicó el pasado año al orgullo rural. Desarrollado en la localidad zaragozana de Artieda, la transformó en un crisol de actividad cultural con una cuidada programación compuesta por propuestas artísticas que emergen desde la periferia, desde el difuso concepto del ‘medio rural’ y que ya vindicadas, son poseedoras de unos discursos y relatos propios alejados de la homogeneización cultural más propia de los espacios urbanos.
Artieda, con apenas 70 habitantes, se ha posicionado como ejemplo de que otra ruralidad es posible. La socialización, los cuidados y los valores comunitarios han demostrado ser los pilares de una localidad que se encuentra entre las pocas de la comunidad aragonesa que están ganando población. Artieda, a su vez, es un ejemplo de lucha y resistencia ante acciones institucionales que parecían superadas, al estar buena parte de su término municipal amenazado de quedar anegado bajo las aguas ante el recrecimiento del embalse de Yesa.
Según explica el director y creador, del Grupo Andante, Pablo Pérez Terré, “se trata de una cita muy consolidada que ha llevado innovadoras propuestas a lo largo dos décadas a los pueblos del rural aragonés, con una excelente respuesta y el compromiso del acceso a la cultura como herramienta de desarrollo y transformación que surge y se entiende desde el territorio”.
El alcalde de Artieda, Luis Solana, valora que “el pueblo recibe con ilusión la celebración del festival, en un formato que encaja a la perfección con la apuesta que desde hace unos años, y enmarcada en el proyecto Empenta Artieda, se viene desarrollando en la localidad”. A lo que añade que “esta apuesta por lo rural desde una perspectiva innovadora y sin complejos, supone también una magnífica y doble oportunidad para Artieda; por un lado para dar a conocer el pueblo y sus proyectos, y por otro para que los vecinos y visitantes disfruten de propuestas artísticas de gran calidad”.