Una exposición de la Diputación Provincial de Huesca (DPH) emprende la misma ruta que fueron dibujando los pueblos de colonización en la provincia de Huesca para dejar reflejada la historia a través de sus protagonistas. Hasta finales del mes de junio un renovado espacio móvil, el camión que en los años 90 llevaba la cultura a las pequeñas localidades, va a desplegarse en el corazón de estas localidades, donde la instalación de las familias de colonos creó una nueva identidad que sigue presente todavía.
Con el El Temple como primera parada, esta propuesta cultural seguirá su recorrido por San Jorge, Artasona del Llano, Valsalada, Artasona del Llano, Valfonda de Santa Ana, Frula, Montesusín, Curbe, Sodeto, San Lorenzo del Flumen, Cantalobos, Orillena, San Juan del Flumen y Cartuja de Monegros hasta llegar a Vencillón para completar las quince nuevas localidades que se conformaron en el Alto Aragón.
La exposición 'Colonos: creación de una identidad' visibiliza la repercusión que los pueblos de colonización tuvieron no solo en la provincia, sino en todo el país, a través de la creación de 300 nuevas poblaciones que transformaron en zonas fértiles grandes extensiones esteparias.
Durante tres décadas, 6.500 familias de dentro y fuera de Aragón ayudaron levantar 15 nuevas poblaciones en la provincia, diez de ellas en los Monegros y 30 en la Comunidad Autónoma. No surgieron de la nada, ni las personas ni los proyectos para construir nuevos pueblos. Este fenómeno de repoblación aparece muy vinculado al franquismo, aunque el dictador solo acudió a inaugurar dos de estos núcleos, Ontinar de Salz, en la provincia de Zaragoza, y El Temple.
Hijos de la autarquía
El proyecto se desarrolló a través del Instituto Nacional de Colonización, fundado en octubre de 1939 y que obedeció a los planes de autarquía de este periodo con la implantación de nuevas zonas de regadío. Estas necesitaban mano de obra. El mayor estudioso de los pueblos de colonización aragoneses es el profesor José María Alagón, que les dedicó su tesis doctoral, leída en 2017. Es, asimismo, nieto de colonos y natural de uno de estos núcleos, San Jorge.
La DPH se ha apoyado en la Asociación de los pueblos de colonización, creada recientemente, para concebir esta exposición itinerante que tiene como comisario a Alagón. Se refiere a este trabajo como “un homenaje a la identidad social y compromiso territorial que demostraron estas gentes” que hace más sesenta años lograron convertir lo que era un desierto demográfico en tierras fértiles. “Es un modo de acercar el conocimiento y el valor histórico de su memoria a propia gente y paisaje que en el presente es testigo”, añade.
Tres etapas en la historia
La exposición se aproxima desde tres visiones distintas a la historia de la colonización en la provincia, que captura tres etapas o momentos de desarrollo. Los inicios en los años 50, 60 y 70, cubiertos por la versión oficial que proporciona una selección de películas cinematográficas del Instituto Nacional de Colonización, entre las que destacan dos documentales del Marqués Villa Alcázar.
La siguiente etapa se corresponde con la década de los 90, reflejada en las fotografías de la clase de José María Escalona, conocido profesor que dirigió el programa de Fotografía en la Escuela del que se incorporan 75 imágenes analógicas y en blanco y negro tomadas por los alumnos sobre los pueblos, con escenas cotidianas de sus vecinos y costumbres que se conservan en la Fototeca Provincial.
Para concluir, la visión actual bajo la especial mirada del colectivo madrileño No Photo que surge de un trabajo de campo basado en convivir con los colonos, fotografiar sus relatos, recorrer con ellos los campos y celebrar sus fiestas. ‘Huesca: memoria colonizada’ cristalizó en la creación de un espacio web, una publicación en papel y la realización de un vídeo. Un trabajo que coincide en el tiempo con la concesión del galardón Félix de Azara a los pueblos de colonización de la provincia de Huesca.
Tres discursos distintos pero complementarios, que alimentan una memoria colectiva y social presente desde finales de los años 40 hasta hoy en el territorio, que revive esta historia a través de un camión reconvertido en espacio cultural que recorrerá cada una de las localidades. En estos momentos, se ubica en Valfonda de Santa Ana, donde se puede ver hasta el 2 de junio.
Desde el lunes 3 de junio hasta el miércoles 5 serán los vecinos de Frula quienes la tendrán en sus calles y los siguientes serán en Montesusín (del 6 al 9 de junio), Curbe (del 10 al 12) y Sodeto (del 23 al 16). En su última quincena, esta muestra ilustrativa de la historia de los colonos en la provincia recalará en pueblos como San Lorenzo de Flumen los días 17, 18 y 19 de junio; Cantalobos el 20 y 21 y en Orillena, 22 y 23 junio. Los tres destinos finales serán la San Juan del Flumen (24 y 25 de junio), Cartuja de Monegros (26 y 27 de junio) y el cierre será en el Bajo Cinca, en Vencillón, entre el 28 y el 30 de junio.