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La investigación en cuevas romanas o el origen de la electricidad: 17 ingenieras acercan su trabajo a niñas y niños de primaria

Candela Canales

12 de marzo de 2021 23:02 h

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A Natalia Ayuso siempre le gustaron las matemáticas, le interesaba resolver problemas y no sabía que existía una profesión en la que lo podría hacer. Un profesor impulsó su pasión y, años más tarde, trabaja como ingeniera en cuevas, minas de explotación, túneles laboratorio, estaciones de esquí y yacimientos arqueológicos romanos.

Define su grupo de investigación como “un grupo que resuelve los problemas de los entornos difíciles donde no existe una solución que sea barata y pueda comprar todo el mundo”. Explica que, en el mundo subterráneo, es necesario saber si los cultivos están bien regados midiendo la humedad de la tierra en sus raíces profundas o enviar a equipos re robots a almacenes de residuos peligrosos.

Esta es una de las ingenieras que relata, con un lenguaje sencillo, su trayectoria profesional para atraer a las niñas y los niños a la ingeniería. Forma parte del libro de cuentos '10001 amigas ingenieras', una obra nacida del programa 'Una ingeniera en cada cole', que, en forma de cuento y con experimentos adaptados a escolares, trata de fomentar vocaciones tecnológicas entre las mujeres.

Este libro, publicado por Prensas de la Universidad de Zaragoza y promovido por la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) , narra en primera persona la historia de 17 ingenieras reales, todas ellas tituladas en los campus públicos de Aragón o profesoras en sus facultades. Con un lenguaje sencillo y accesible para escolares de 6 a 12 años, explican qué es ser ingeniera, científica o tecnóloga a través de las vivencias o motivaciones de esos 17 personajes. Cada una de ellas explica su historia, en qué consiste su trabajo, o cómo lo desarrollan, concluyendo en cada caso con una propuesta de experimento dirigida a las y los escolares. Además, los experimentos también cuentan con su propia explicación en el canal de YouTube de AMIT.

“Los equipos mixtos son los mejores, por eso no queremos ser minoría en ingeniería” 

La coordinadora de esta obra, la profesora de la universidad pública aragonesa María Villarroya, cuenta que la iniciativa surgió con el objetivo de crear una herramienta “para trabajar en las familias y en los colegios, queremos contar qué es la ingeniería y la importancia que tiene, y que igual que sabemos que la lengua es clave para podernos comunicar las matemáticas son clave y que entrenándolas se puede disfrutar mucho de ellas”. Además, destaca la importancia de los grupos mixtos de trabajo, para lo que tiene que haber más mujeres en ciencias e ingenierías: “Juntas y juntos hacemos las cosas mejor y que los equipos mixtos siempre son mejores, por eso no queremos ser minoría en ingeniería. Queremos dar a conocer nuestro trabajo para que todas las niñas tengan las mismas oportunidades que hemos tenido nosotras”.

Villarroya es la que inicia la obra, presenta a sus compañeras y explica su trabajo. Es doctora en Ingeniería Electrónica y trabaja en Arquitectura de Computadores, es decir, investiga las piezas que forman los equipos informáticos. Su relato, que sirve como prólogo del libro, acerca a los niños y niñas conceptos como doctora en ciencias, ingeniería y electrónica.

Las historias de María Villarroya, Ana Cristina Murillo, Carmen Mayoral, Dolores Mariscal, Elena Fillola, Eva Cerezo, Isabelle Hupont, Laura Ruberte, Manuela Delgado, María Herrando, Marisa Claver, Natalia Ayuso, Pilar Molina, Raquel Trillo, Rosario Aragués, Sandra Baldassarri y Yolanda Bravo se han distribuido a 403 centros de primaria de Aragón, en formato papel y también en PDF, para que llegue al máximo de menores posible. Villarroya explica que todas ellas son “personas normales, de distintos entornos, que hemos llegado a hacer ingeniería. Creemos que cualquier persona, con esfuerzo, lo puede conseguir”.

El libro termina con una receta de bizcocho de chocolate tradicional de la familia de la coordinadora, “porque la innovación surge de cambiar pequeñas cosas y nos gusta más, porque a nadie le amarga un dulce, y porque en un sitio como la cocina se usan las matemáticas y la ciencia”.