Las minas olvidadas de Aragón: de los metales preciosos de los Pirineos al primer dinosaurio español

Candela Canales

3 de julio de 2020 21:42 h

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Aragón siempre ha sido territorio minero. Las grandes explotaciones de minerales son escasas, pero las pequeñas abundan por todo el territorio aragonés desde los Pirineos hasta el sur de Teruel. Este proyecto pretende recuperar un conocimiento patrimonial a punto de perderse y crear una colección pública de minerales que se convierta en una exposición permanente. Llevan registradas 1000 minas, concesiones mineras, canteras y lugares con minerales a lo largo y ancho de Aragón. Esta labor se ha llevado a cabo gracias al trabajo de más de 80 colaboradores.

José Ignacio Canudo, el director del Museo de Ciencias Naturales, cuenta que este proyecto “pretendía recuperar la memoria de las minas aragonesas. En Aragón hay una gran tradición minera, pero muchas de ellas han sido muy pequeñas, con un uso casi local”. Y lo hace gracias a la colaboración ciudadana, “la gente aporta su granito de arena por medio de fotografías, documentos, testimonios o mapas. Si juntamos toda esta información en el futuro podremos mostrarla y hacerla pública”.

“De los Pirineos hasta el sur de Teruel hay cientos de explotaciones de cientos de minerales diferentes”

El sur de la provincia de Zaragoza es donde se concentran un mayor número de estas explotaciones, “de los Pirineos hasta el sur de Teruel hay cientos de explotaciones de cientos de minerales diferentes. Si excluimos las minas de carbón, quizás donde más hay es el sur de la provincia de Zaragoza, donde la plata ha sido muy importante”. Aunque la plata también se explotaba, junto con el plomo y el cobre, en distintas localidades oscenses. Desde las minas de plata y plomo del alto Cinca en Chisagüés, Espierba, Parzán y Bielsa, a la extracción del cobre en la Hoya de Huesca:  Barto, Ayerbe, Gaberdola, Lienas, Almunia del Romeral y Labata.

En el siglo XVIII metieron en la cárcel a unas personas que extraían plata de una mina en Aliaga, “no hay constancia de que sea así y en ese lugar geológicamente es muy difícil que haya plata. Es una historia muy curiosa porque encarcelaron a una familia por hacer minería de plata y no hay ninguna constancia de la plata que se sacó de allí. Es un buen ejemplo de estas minas olvidadas que incluso se habían olvidado en el mismo pueblo y que tienen una historia curiosa. En ningún expediente minero conservado hay referencias de que allí hubiese plata, entonces no se sabe si era un fraude o no”, explica Canudo.  

Las minas de carbón turolenses

Sin embargo, Aliaga (Teruel) no es conocida solo por la mina de plata, sino que conserva en su memoria la central térmica de esta localidad. Tras la guerra civil, las grandes centrales térmicas florecieron en muchos territorios españoles, entre ellos Teruel. En 1943 Endesa obtuvo la autorización para instalar una central en el término municipal de Aliaga. Esta nueva empresa supuso una gran transformación en la vida de los habitantes de la zona, además de un gran cambio en el paisaje, puesto que se construyó un embalse, se ampliaron y modernizaron las minas de carbón y un cable aéreo para transportar dicho carbón desde las minas hasta la central.

El carbón se extraía de las minas locales de Hoya Marina, Las Eras y Campos. Sin embargo, “la gran demanda de la central y el bajo poder calorífico del lignito llevó al cierre de la última mina del coto de Aliaga en 1966, Hoya Marina. De este modo, se hizo exclusivo el transporte del carbón por carretera procedente de otras zonas de la provincia de Teruel, como Utrillas, Ariño o Palomar, elevando los costes y comenzando el declive de la central” explica María Giménez Prades de la Universidad Complutense, Madrid.

En los años 70 la central sufrió una serie de problemas técnicos, debido a la obsolescencia de sus instalaciones, que desembocaron en su clausura y desmantelamiento entre 1980 y 1982. “La construcción de la central térmica y de todas sus infraestructuras, así como de toda actividad industrial y minera a ella asociada, constituyó un mega-proyecto nunca visto en Aragón anteriormente, que transformó el paisaje natural y rural de Aliaga en un paisaje industrial, además de modificar el estilo de vida de sus habitantes”, asegura Giménez.

El primer dinosaurio español

Utrillas tiene el honor, junto a la localidad castellonense de Morella, de ser los primeros lugares de España donde se dieron a conocer fósiles de dinosaurios. Fue en la década de 1870 cuando Jerónimo Valduque, médico de Montalbán, envío a Madrid unos huesos que había encontrado en una mina de carbón cerca de Utrillas.

En el libro Los Dinosaurios de las Cuencas Mineras de Teruel reconstruyen la historia de un minero que encontró un objeto “singular” que resultó se un hueso fosilizado: “El minero tuvo el fósil unos días en casa y se lo enseñó a sus vecinos y amigos hasta que llegó la noticia al médico, o bien directamente nuestro minero se lo fue a enseñar. Nos tenemos que poner en la España rural del siglo XIX, en una zona como las Cuencas Mineras, con una pésima comunicación y pocos vecinos con una amplia cultura; sin duda, uno de ellos era Jerónimo Valduque”.

Valduque observó la singularidad del fósil y de esta manera comenzó el estudio de los dinosaurios españoles y se generó la referencia más antigua conocida. Juan Vilanova i Piera comunicó a la Sociedad Española de Historia Natural durante la sesión del 5 de febrero de 1873 celebrada en Madrid, el descubrimiento de restos de dinosaurio en Utrillas y Morella. Vilanova describió “dos huesos largos de las extremidades anteriores procedentes del lignito de Utrillas” asignándolos a Iguanodon. Este “iguanodon” de Utrillas pasó a ser, por más de 100 años, el primer dinosaurio español.

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