La historia de una niña judía perseguida por la Inquisición como muestra del legado sefardí de Aragón

Diego Saz

5 de marzo de 2021 22:53 h

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El legado sefardí y multicultural de Aragón ha llegado a casi 700 personas de 27 países diferentes, como Australia, Canadá, Costa Rica o Brasil, gracias al evento digital 'El fin de la judería ibérica y los inicios de una diáspora sefardí: a través de los ojos de las mujeres', organizado por el proyecto de Estudios Judíos y de Género Latinoamericanos de la Universidad de Brandeis (Massachusetts).

En el encuentro, retransmitido a través de medios telemáticos, han participado los historiadores españoles Miguel Ángel Motis, de la Universidad San Jorge, y Lucía Conte, de la Pompeu Fabra, además de la escritora Edith Scott. La doctora en Historia y directora del proyecto de Estudios Judíos y de Género Latinoamericanos, Dalia Wassber, ha sido la moderadora.

“Hemos demostrado el gran interés mundial en la historia y cultura de los judíos en España, brindando un enfoque especial a la Corona de Aragón, y demostrando los esfuerzos académicos por recuperar tanto la memoria, como la educación y preservación de la historia arquitectónica y material judía”, ha señalado Wassber.

El objetivo de este evento ha sido tratar de ampliar el conocimiento de la cultura sefardí española más allá de Córdoba y Toledo. Así, se ha puesto en valor la influencia multicultural en los pueblos y aldeas que pertenecieron a la Corona de Aragón, aún después de la expulsión de los judíos en 1492. Como ejemplo de este suceso, Edith Scott presentó la novela 'Los candiles de Albarracín', que narra la vida de Sara, una niña perseguida por la Inquisición.

Una ficción de realidad

'Los candiles de Albarracín' es una novela bilingüe, en inglés y en español, que relata en primera persona la madurez de la protagonista en la década turbulenta de 1480, cuando la Inquisición se instauró en la Corona de Aragón y obligó a muchos judíos, con ayuda de musulmanes, a huir a través del Puerto de Valencia. “Esta obra comunica un fuerte mensaje de tolerancia interreligiosa y hermandad”, explica Scott.

Judíos, cristianos, conversos, musulmanes y mudéjares de Aragón a finales de la Edad Media se encuentran en la voz de Sara, una niña sefardí. “La novela transmite la belleza en el patrimonio multicultural de Aragón y Valencia, a través de puntos de vista sefardíes y musulmanes del arte medieval, la arquitectura, la artesanía, la poesía, la música y los paisajes”, destaca la escritora e historiadora.

'Los candiles de Albarracín' se trata de una novela de ficción histórica, en la cual los personajes reciben un momento histórico analizado con precisión. Muchos de los recuerdos de Sara se relacionan con exactitud a lo que sucedió en Aragón en aquellos años. Como ejemplo, Scott recuerda al jurista Jaime de Montesa de Aragón y su hija Leonor, ejecutados en la Plaza de la Seo de Zaragoza, además de la defensa al judaísmo de Brianda Besante de Santángel, en Teruel, al comienzo de la Inquisición.

“Se han realizado investigaciones muy importantes sobre la Inquisición en Aragón, basadas en el estudio detallado de los registros históricos, incluso en los Estados Unidos, porque la Inquisición española llevó muy buenos registros y algunos han podido ser analizados a nivel internacional”, precisa la escritora, destacando la labor del profesor Miguel Ángel Motis y Javier Bona.

Arte y candiles

A lo largo de la novela, el arte tiene un papel esencial y se convierte en un puente entre la realidad y la ficción. Precisa Scott que la inspiración de “muchas escenas” le vino de pinturas, arquitectura y cerámicas de la época. Por ejemplo, los candiles. De hecho, forman una parte esencial en el argumento, y cada uno de ellos se relaciona con un personaje. Además, están basados en lámparas auténticas de aceite, ya sean de la tradición musulmana, sefardita o cristiana.

Tan importantes son las lámparas en esta obra que fue una hanukiya de cerámica, decorada con la técnica tradicional de Teruel y expuesta en el Museo Provincial, la que inspiró a la escritora. “Las lámparas tienen la forma de pájaros pequeños. Es una pieza increíble. En mi novela esta lámpara pertenece a la hermana pequeña, Reyna. Además, dos lámparas de cerámica se basan en piezas de Cerámica Domingo Punter, en el estilo turolense”, dice.

No todas las lámparas de la obra están inspiradas en Teruel, hay tres fabricadas en Israel, creaciones de la ceramista Inbal Oren, cuyos antepasados abandonaron España cuando la expulsión de los judíos en 1492. También Scott tiene ascendencia española. Una rama de la familia de su madre se remonta a los pueblos de las aljamas de Albarracín, en el siglo XV. Por este motivo comenzó a investigar en el pasado de la localidad y escribió 'Los candiles de Albarracín'.