El Festival Rasmia se celebra del 20 al 22 de septiembre en Urriés. Tres días de intensa actividad en los que casi la totalidad de la vecindad de este pueblo de 50 habitantes censados en el norte de la comarca de Cinco Villas, en la provincia de Zaragoza, participa para que todo salga a pedir de boca.
Un Festival de música en una localidad de estas características significa que “todos tienen que arrimar el hombro” y no solo participando de las sesiones de música como público, también organizando los espacios, preparando los escenarios, dando la bienvenida a los músicos y al público asistente, y un largo etcétera de detalles y labores que llevar a cabo. En definitiva, siendo anfitriones de su casa, porque en Urriés, como en otros pueblos similares, el bar es el comedor del hogar; donde todos se reúnen para compartir un rato de conversación tomando algo o comiendo, la plaza es el jardín o la terraza; en la que uno se para a descansar, a ver la vida pasar reflexionando si se da el caso al lado de otro vecino sentados en un banco, y cada una de las viviendas son habitaciones; en las que las puertas no se cierran, y que se conectan por calles que son pasillos por los que sus habitantes deambulan a cualquier hora hablando por las ventanas o entrando en las casas para ver cómo está el Antonio que ayer estaba pachucho, o si la Carmen ha recibido llamada de la nieta que se ha marchado a estudiar lejos. Todas estas personas, desde la más mayor hasta el más joven, hacen lo que mejor saben y pueden para que el Festival de música se celebre un año más.
Folk, música clásica y brasileña para la V edición
El pueblo de Urriés se transforma durante 72 horas en un gran escenario en el que este año se podrá disfrutar de la música de grupos muy diversos, como los de folk, con los aragoneses Vegetal Jam y el artista navarro Juan Cazcarra, los dúos de música clásica, con Beatriz Miralles y Mercedes Gancedo, propuesta de canción francesa junto a La Nive, la percusión de Felipe Cisternas formando parte del Trio Cordestinos, especialistas en folclore brasileño o los boleros de Mario Siles y Susana Fernández, para conocer también el estilo New Orleans de los años 20 con los Barba Dixie Band.
El Festival toma los principales espacios del pueblo y los hace suyos para convertirlos en escenarios. Las actuaciones tendrán lugar en una carpa ubicada en el frontón; frente al edificio que alberga el bar-restaurante y hostal, también en la Sala Calabozo; un espacio de dimensiones más reducidas para crear un ambiente de cercanía entre los músicos y el público, y por último en la plaza de la Iglesia; un escenario a cielo abierto en medio de casas de piedra, jardines y la calle más estrecha de España.
En cuanto a la fecha seleccionada para llevar a cabo Rasmia, el alcalde reconoce que “está muy pensada” y que forma parte de la filosofía de apostar por la programación de actividades fuera del calendario estival; de agosto o julio “que están llenos de cosas, y de multitud de gente”, intentando atraer la atención hacia los pueblos “ofreciendo espectáculos de calidad para los habitantes del municipio y de la zona, para que disfruten de cultura de calidad fuera de los meses en los que es habitual disfrutar de este tipo de cosas”.
Más allá de la música; la convivencia
Rasmia Fest es “algo más que un festival de música” porque además de ofrecer música de calidad, pretende ser “una experiencia, una convivencia total entre público y músicos, acercando así la cultura a todos los colectivos”, explica el alcalde de Urriés, Armando Soria. Por ello, todas las propuestas son gratuitas y no requieren compra de entrada, ni inscripción.
Para fomentar momentos de encuentro y de relación entre los asistentes, además de los conciertos este año se ofrecen dos talleres, uno de introducción al pandeiro brasileiro, impartido por Felipe Cisternas, y un taller de yoga con música en directo gracias a Veva Yoginlife y Victor Correa.
La reivindicación también está muy presente “en este festival y en otras actividades de las que se programan”. Toda actividad cultural que se lleva a cabo en un pueblo tiene el reto de hacerse visible luchando con la oferta que hacen lugares más grandes, y el del desplazamiento hasta la zona rural para el público. Pero también cumplen una misión, la de mostrar las posibilidades culturales que ofrecen los pueblos “para quienes vienen de fuera, pero también para los que viven en ellos todo el año”.
En el Festival Rasmia se repiten dos conceptos clave. Por una parte, el de convivencia, que es fundamental porque, como explica Soria “no se trata de un festival mercantil, sino de un encuentro en el que los grupos también disfrutan y crecen, fruto de la conexión entre ellos y con el público”. Y por otra, el de reivindicación, ya que Rasmia busca “dar el papel que se merece a la mujer rural”. Y para conseguirlo, una de las máximas en la organización del Festival es que el 50% de los artistas que participan cada edición son mujeres. “Este festival no es solo una lucha por el mundo rural, sino también una lucha morada”, defiende el alcalde.
Un Festival que forma parte de un movimiento mayor
Rasmia Fest se enmarca dentro de un proyecto global que impulsa el municipio de Urriés desde hace años, las Crónicas de Rasmia. Una iniciativa con la que el alcalde y la corporación quieren dar a conocer su pueblo como “un centro de referencia de la cultura y de la actividad en el mundo rural. Mostrar el papel de la cultura como un elemento transformador de la sociedad y de dinamismo para un pueblo”, apunta Armando Soria.
Una experiencia tan novedosa que el viernes 27 de septiembre se dará a conocer, en ‘La gran kedada rural’, que se celebrará en Kuartango (Álava). Allí se explicará “la importancia que tiene realizar actividades de este tipo en un municipio tan pequeño para potenciar el sentimiento de arraigo y de orgullo por lo que se está haciendo, consiguiendo sumar en ellos la ayuda de todos”.
En la V edición del Festiva Rasmia se ha contado, además de con la “inestimable participación de los habitantes de Urriés”, con colaboración por parte de dos entidades públicas: la Comarca de Cinco Villas y la incorporación este año del Gobierno de Aragón, a través de los Fondos de Cohesión.