Versos de amor y guerra: John Cornford, el poeta inglés que murió por la República

Miguel Barluenga

21 de mayo de 2024 22:18 h

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A una milla de Huesca / la última barrera para nuestro honor / pienso en ti tan cariñosamente, querida / como si te tuviese a mi lado

John Cornford escribió el poema ‘Heart of the heartless world’ (‘El corazón de un mundo sin corazón’), al que pertenecen estos versos, apenas dos semanas antes de morir en la batalla de Lopera, una de las más sangrientas de la Guerra Civil en Andalucía. Perdieron la vida centenares de brigadistas internacionales; entre ellos, este autor inglés al día siguiente de cumplir los 21 años. Su estancia en España transcurrió en buena medida en Aragón y aquellas semanas sembraron la semilla de algunos de sus textos, con alusiones a Huesca y a la próxima y pequeña localidad de Tierz, donde hoy permanecen en pie las trincheras en las que Cornford bien pudo idear estas obras: ‘Luna llena en Tierz: antes del asalto a Huesca’, ‘Carta desde Aragón’ o ‘A Margot Heinemann’.

Se crio en un ambiente intelectual, pues era hijo de Francis McDonald Cornford, catedrático en Cambridge y poeta, y tataranieto de Charles Darwin por parte de su madre, Frances Darwin, también poetisa. Fue desde muy temprano un miembro muy activo de las juventudes del Partido Comunista Británico. Su papel en la guerra se dividió en dos etapas, una primera en Aragón y la segunda y definitiva entre Madrid y Andalucía tras un regreso breve a Inglaterra. En el verano de 1936, al tiempo que se producía el golpe de estado que ponía en jaque a la República española, John Cornford se encontraba de vacaciones en el sur de Francia. Lejos de permanecer impasible a las noticias que iba recibiendo, cruzó la frontera el 8 de agosto y se le considera el primer británico que se alistó en el bando republicano.

El historiador Víctor Pardo ha rastreado el breve paso del inglés por España, que comenzó en Barcelona y seguiría por Aragón, La Mancha, Madrid y Andalucía. Su idea inicial era la de convertirse en corresponsal y nutrir de informaciones de la guerra a los diarios británicos, pero el ambiente revolucionario le hizo cambiar de opinión y enrolarse en las milicias del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Querían alcanzar Zaragoza, tomada por los insurrectos, pero se debieron conformar con llegar el 14 de agosto a la cercana población de Leciñena, donde el POUM había establecido una columna de dos mil hombres a la que Cornford se alistó.

En su primera acción de combate participó en el intento de tomar Perdiguera, que resultó un fracaso y mostró al poeta la caótica organización de las fuerzas milicianas. Antes de que terminara el mes, fue enviado a Huesca, donde la República pretendía entrar para recuperar una ciudad donde se estaba llevando a cabo una represión brutal: solo el día 23 fueron fusiladas 95 personas como represalia por un bombardeo. El gran asalto tuvo lugar el 31 de agosto y tampoco tuvo éxito.

Cornford permaneció en Aragón hasta el 14 de septiembre. En ‘A Margot Heinemann’ alude a una escritora y profesora británica con la que mantuvo una relación que marcó su corta vida. Ella también formó parte del Partido Comunista en Gran Bretaña y su hija, Jane Bernal, visitó muchos años después las trincheras de Tierz, donde además puede encontrarse un panel informativo que cuenta la vida de Cornford. ‘Luna llena en Tierz: antes del asalto a Huesca’, refleja la incertidumbre antes del combate: “Libertad es palabra muy fácil de decir, / mas los hechos son tercos. En España / no habrá victoria para nuestra lucha / hasta que los trabajadores del mundo entero / estén a nuestro lado en los llanos de Huesca, / juren que nuestros muertos no luchaban en balde / y la bandera roja en triunfo enarbolen / por el comunismo y por la libertad”.

Desde finales de agosto y durante los primeros días de septiembre, Tierz y Quicena acogieron encarnizados combates entre republicanos y nacionales. Los milicianos del POUM se hicieron fuertes en ambas posiciones pero no pudieron entrar en Huesca. En ‘Carta desde Aragón’, posiblemente escrita tras su paso por el hospital de Sariñena debido a indisposiciones gástricas, Cornford reflejaba el miedo y el desencanto: “Dimos tierra a Ruiz en un ataúd de pino / pero la mortaja era tan pequeña que los recién lavados pies sobresalían. / El hedor del cuerpo atravesaba los tablones de pino cepillado y algunos, para llevarlo, cubrieron sus caras con pañuelos”.

El poeta volvió a Inglaterra a través de Barcelona el 14 de septiembre y con idea de regresar después de haber reclutado nuevos efectivos para las Brigadas Internacionales. Antes, relata Víctor Pardo, Cornford visitó a su padre y éste le regaló la pistola que él había utilizado en la Primera Guerra Mundial y que durante mucho tiempo fue la única arma de que dispuso el poeta soldado.

Dio forma a un grupo heterogéneo de soldados británicos con los que retornó con escala en Francia. Desde Alicante se dirigió a Albacete y, una vez integrado en el batallón de ametralladoras francés ‘Commune de Paris’, se sumó a la defensa de Madrid en la Ciudad Universitaria. Allí fue herido en la cabeza y, de vuelta al frente, tomó parte en un conocido episodio bélico en Boadilla del Monte, donde ayudó a salvar la vida a un notable número de brigadistas.

La fortuna le fue definitivamente esquiva el 28 de diciembre de 1936 durante la batalla de Lopera, en Jaén, en la que perdieron la vida 500 soldados de ambos bandos en solo tres días y dejó más de 600 heridos. Ese día también murió otro poeta inglés, Ralph Fox, uno de los brigadistas que se había añadido al grupo reclutado por Cornford unos pocos meses antes.

“Y si la suerte acaba con mi vida

dentro de una fosa mal cavada,

acuérdate de toda nuestra dicha;

no olvides que yo te amaba“.

(‘A Margot Heinemann’)