La inversión privada esclarece el futuro del aeropuerto de Huesca

El aeropuerto de Huesca-Pirineos cobrará pujanza en los próximos años gracias a la iniciativa privada. La empresa de formación de pilotos Airways Aviation ha anunciado una inversión de 12 millones de euros durante los próximos cuatro años, y también se prepara la puesta en marcha de una academia de pilotos. Radicada en el Reino Unido y con presencia en todo el mundo, Airways Aviation se instaló en la capital oscense en 2016 seducida por las facilidades en materia de comunicaciones o su potencial turístico, según explicó su presidente, Marwan Atalla.

La empresa cuenta con sucursales en Australia o Montenegro y su intención es “hacer un aeropuerto especializado en la formación de pilotos y técnicos junto a AENA y el Ayuntamiento de Huesca para desarrollar la economía local”. Atalla agradece que se reconozca su labor en la ciudad y que haya “una energía positiva y apoyo moral”. “Tenemos la perspectiva de aumentar nuestra inversión en el aeropuerto y creemos que en Aragón podemos encontrar formadores. Los estudiantes conllevan turismo y traen a sus familiares”, añade.

Airways Aviation apuesta por una “inversión en la acogida, hemos evaluado la oferta de vivienda y no hay mucha para estudiantes con ese perfil. Nuestro modelo es de disciplina con los pilotos, son 12 horas de preparación al día y se necesitan dotes de liderazgo y lenguaje. Buscamos una ampliación de las aulas y contamos con buenas condiciones tecnológicas”.

Hasta 600 alumnos

Por su parte, el alcalde de Huesca, Luis Felipe, ha acogido el anuncio como una “excelente noticia”. La considera una oportunidad de desarrollo muy importante para una infraestructura que se verá reforzada, además, con la actividad en torno a la presencia de la Sociedad Deportiva Huesca en Primera División. Se estima un máximo de 600 alumnos en la academia de Airways Aviation que requieren mejoras en transporte, movilidad y servicios.

Para Felipe, “Huesca y provincia tienen motivos para ser optimistas con los acontecimientos de los últimos meses y se trata de oportunidades de desarrollo muy importantes”, en referencia al ascenso del Huesca y lo que supondrá en un crecimiento de la actividad comercial en el aeropuerto. El alcalde se ha puesto en contacto con los responsables de la empresa “en cuestión de mejora y del número de personas involucradas, que serán nuevos habitantes de la ciudad”. “Cuando se inauguró la escuela -añade-, vimos que era una apuesta de futuro y esta es una propuesta fundamental para el aeropuerto por el número creciente de alumnos y actividad económica”.

El director de entrenamiento de la academia Airways Aviation, Pedro Ortiz, reclamó hace unos días la colaboración de las instituciones y la ciudad para potenciar las instalaciones de Huesca-Pirineos. Las 122 personas que se forman en la escuela se encuentran distribuidas en hoteles y hostales de la ciudad puesto que la residencia del aeropuerto solo tiene capacidad para 18 alumnos. Así, la empresa busca edificios para rehabilitar o terrenos en la ciudad donde construir esta instalación. Casi todos los alumnos proceden del extranjero.

Airways Aviation tendrá en pocas semanas 150 alumnos y a final de año unos 200; el objetivo a medio plazo son los 400. Se está preparando un título de grado universitario con la Universidad de San Jorge para proporcionar otras salidas profesionales: operaciones, instrucción, seguridad, técnicos de mantenimiento, controladores y personal aeroportuario. La academia quiere profundizar en su aportación a la ciudad, con alumnos, en general, con un alto poder adquisitivo que permite mejorar la oferta comercial y de ocio.

Once años de malas noticias

El aeropuerto de Huesca-Pirineos se inauguró en 2007, costó 60 millones, 20 más de los previstos, y solo la escuela de pilotos sumada al movimiento económico que acarreará la Sociedad Deportiva Huesca en Primera División suponen un alivio a corto y medio plazo. Sus cifras anuales de pasajeros se siguen encontrando muy por debajo de las previsiones después de la desaparición de la compañía Pyrenair, surgida para desarrollar allí su actividad hasta su cese en 2011.

Dos años más tarde se descartó el vuelo sin motor y asimismo cerró la escuela de pilotos Top Fly. Pese a dar cobertura a unos 300 aprendices procedentes de China, la crisis económica, los impagos y un ERE a escala nacional descartaron su viabilidad. Airways Aviation llegó en 2016 y se ha revelado como la esperanza para un futuro que pintaba muy negro.