Preocupado y pesimista. Lo primero lo reconoció; lo segundo se percibía. El presidente de Aragón, Javier Lambán, mostró desconfianza ante el futuro de la Central Térmica de Andorra, cuya pervivencia defendió sin ambages. Señaló que su Ejecutivo estaba haciendo todo lo que podía al respecto: presionar al Gobierno central y buscar alternativas al carbón, “sin renunciar al mismo”.
Porque es en Madrid, más bien en Bruselas, donde el máximo mandatario de la Administración autónoma cree que se debe jugar el porvenir de la central -de la que dependen 400 empleos directos-. El Gobierno de España, afirmó, “debe hacer su trabajo, ir a Bruselas, solicitar la autorización de reserva estratégica del carbón, le van a decir que sí y, entonces, serán justificables las ayudas”.
Recordó que el 7 de abril del pasado año se reunió con el exministro de Industria José Manuel Soria (pocos días antes de su dimisión) y este le aseguró que ya se estaban haciendo las gestiones para la declaración de la reserva estratégica. Se ha demostrado, explicó Lambán, que era mentira. “Pero aún se está a tiempo”, afirmó.
Anunció que la próxima semana habrá una reunión entre la consejera de Economía, Industria y Empleo del Ejecutivo autonómico, Marta Gastón, y el actual ministro de Energía, Álvaro Nadal. Señaló, por añadidura, que Endesa no ha confirmado el cierre anunciado por Enel y que en el Ministerio tampoco se ha recibido la preceptiva solicitud para acometer el mismo.