Los ejemplares de quebrantahuesos que habitan el Pirineo y los que próximamente comenzarán a ser reintroducidos en el Maestrazgo turolense dentro de los planes de reintroducción de la especie comerán piezas de cordero procedentes de los mataderos integrados en el Grupo Pastores.
La iniciativa, que se enmarca en los planes de recuperación de la especie que impulsa el Gobierno de Aragón con financiación de la UE, se ha vehiculado mediante un convenio de colaboración suscrito hace unas semanas por la comunidad autónoma, Pastores, la mayor cooperativa de ovino de Europa y el principal productor de ternasco aragonés, y la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), que gestiona la red de medio centenar comederos que se utiliza como apoyo para la alimentación de estas aves y de algunas grandes rapaces y carroñeras como el buitre leonado, los milanos resal y negro, el alimoche y el águila real.
El acuerdo tiene formalmente como objetivo el suministro de subproductos animales en instalaciones de la Red Aragonesa de Comederos de Aves Necrófagas, una de las herramientas que ha permitido mantener y/o recuperar, según el caso, esas especies de aves, que en el caso del quebrantahuesos está volviendo a poblar las montañas de varias cordilleras tres décadas después de haberse encontrado al borde de la extinción y con los últimos reductos en los Pirineos.
El convenio deja en manos de Pastores Grupo Cooperativo el suministro de “subproductos animales de las categorías 2 y 3” que serán seleccionados en los mataderos de la cooperativa, una definición de teóricamente engloba a varios tipos de desperdicios “no destinados al consumo humano” pero en la que en la práctica puede entrar casi la totalidad de los restos de los corderos, por lo que el documento especifica que “se suministrarán básicamente patas y/o huesos, nunca vísceras”, que “puedan ser utilizados para la alimentación de aves rapaces necrófagas”.
“Es fundamental la disponibilidad de recursos alimenticios”
Paralelamente, la DGA facilitará instalaciones para almacenar y gestionar esos suministros mientras que la FCQ, que fue quien propuso el acuerdo y que ya desarrolla desde 2016 “un programa de alimentación suplementaria específico” para estas aves en Aínsa, se encargará de las aportaciones a los comederos de aves necrófagas “susceptibles de ser usados” por quebrantahuesos.
El convenio, que hace una referencia específica a los comederos del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y al de Aínsa como puntos específicos de suministro, contempla que “se podrán abastecer otros puntos del territorio aragonés en función de la disponibilidad de restos y de las rutas establecidas” por Pastores para distribuirlos, así como incluir “otros programas técnicos” como destino.
En principio, la carne y los huesos de cordero irán destinados a un total de cinco comederos para aves necrófagas y rapaces.
En este sentido, el documento, que incluye una estricta cláusula de confidencialidad sobre el desarrollo del programa y acerca de sus resultados y que prevé una comisión de seguimiento abierta a técnicos y a expertos en la que tendrán voto dos representantes de cada una de las tres entidades que lo suscriben, destaca el programa de Corredores Ibéricos del quebrantahuesos que financian la DGA y la UE y en el que participa la FCQ.
“Uno de los objetivos operacionales de este proyecto es extender el área de distribución del quebrantahuesos hacia el Sistema Ibérico, concretamente en el Maestrazgo a través de la reintroducción de nuevos ejemplares para la creación de una población estable”, señala el convenio, que al mismo tiempo se refiere a “la disponibilidad de recursos alimenticios específicos y de calidad en los comedores” de la red ubicados en esa zona como una herramienta “fundamental para la supervivencia y el mantenimiento de estos nuevos ejemplares”.
La población se triplica en tres décadas
Los programas para la expansión del quebrantahuesos, que en los últimos años se han centrado en áreas como la sierra de Gredos y la Cordillera Cantábrica, además de en los Pirineos y en el Maestrazgo, han incluido varias acciones en esta última zona como la selección de los emplazamientos destinados al ‘hacking’.
El ‘hacking’, que también se ha desarrollado en Gredos, consiste en un proceso de cría que se efectúa en el campo y con la mínima presencia de personas como medio para facilitar la aclimatación de los pollos en ese territorio antes de su suelta con el objetivo de facilitar el asentamiento de la especie.
Las diferentes medidas de reintroducción del quebrantahuesos han conseguido triplicar de largo en número de ejemplares censados en España, que han pasado del menos de medio centenar de parejas de 1995, cuando solo quedaban 44 en el Pirineo, a más de 150 en la actualidad distribuidas por Asturias, Castilla y León y Andalucía, además de por Aragón y Catalunya.
No obstante, y pese a esa evolución, el quebrantahuesos sigue estando catalogado como una especie en peligro de extinción.