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Campaña, ilusión y cambio

En mi caso ha sido un proceso que ha ido in crescendo desde que decidí dar el paso: avales, primarias, actos, ruedas de prensa… Agotador, pero apasionante a su manera. Me levanto y me dispongo a iniciar una nueva jornada de trabajo para la campaña de Podemos en la provincia de Teruel.

Oigo el teléfono. Apenas he terminado de desayunar una periodista me pregunta sobre la posición de Podemos sobre el tema del día, quiere concertar una entrevista o me pide el contacto de tal o cual candidato. No, Podemos no negociará reparto de sillones. Sí, queremos apostar por las energías renovables en la provincia. ¿Mañana a las 9:00? Perfecto. Ahora mismo te paso los detalles. Gracias a ti.

Aún con la mente en la llamada y en cómo habría podido mejorar la intervención (porque exprimir cada aparición en los medios es fundamental en estos días), ojeo distraídamente las notificaciones en el móvil. Varios cientos de ellas reflejan la actividad que aún de madrugada ha tenido lugar en los grupos de campaña. Es lo que tiene realizar un trabajo en red en el que decenas de voluntarios trabajan coordinadamente desde la horizontalidad. Parece que ha habido un cambio en el cartel del próximo lunes y Blanca va a tener que rehacer el cartel por enésima vez. Irene y María discuten los ponentes de nuestra charla sobre Educación. Julián y David han terminado el dossier informativo para la entrevista que Marta tiene en unas horas en la radio y Moisés ha cerrado el planning de mesas informativas para la segunda semana de campaña. Todo en orden.

Twitter. Casi se me olvida. Dedico unos minutos a dar difusión en redes a nuestro acto del día anterior en Calanda, es fundamental. Sabemos que una caravana que recorrerá la provincia dando a conocer nuestro proyecto, demostrando que somos personas corrientes, profesionales, a menudo jóvenes y siempre dispuestas, es imprescindible. Pero las redes nos permiten convertir el alcance de un acto con 20 o 30 personas de público de cualquier pueblo de Teruel en una noticia que llegue a cientos o miles de personas de todo Aragón. Hacemos uso de todos los recursos a nuestro alcance. Nos hemos vuelto expertos en hacer más con menos. Adjunto una foto del evento en el que se ven nuestros candidatos hablando con naturalidad con la gente, como suele ser habitual.

Salgo a la calle para estar un rato con los compañeros que están día y noche dando las cara en las mesas informativas de Podemos por las calles de Teruel y de nuevo una mujer mayor me para porque me ha reconocido de los carteles. Me dice que está con Podemos, con el chico de la coleta, como yo, pero qué cómo se me ocurre a mí, alguien tan joven, meterse en estos líos de política. Le respondo que por responsabilidad, que ya no podíamos seguir igual y que hacía falta cambio: ya me gustaría a mí volver a tener tiempo de leer los libros que se me acumulan en la mesillas, de jugar de vez en cuando a los juegos de mesa que tanto me gustan o simplemente de quedar con mis amigos, que ya casi no me ven el pelo.

Me despido y continúo por una avenida abarrotada de banderolas colgadas de farolas y niños con globos de colores de otros partidos. En Podemos estamos lejos de disponer de esos recursos, pero me consuelo pensando que esas cosas en el fondo no tienen tanto impacto y de que, a cambio, nosotros no dependemos de los bancos, porque hasta el último céntimo proviene de préstamos de la gente. Si queremos cambiar la cosas tenemos que empezar actuando de forma diferente, manteniendo nuestra independencia y tirando de imaginación, como siempre.

Ya por la tarde preparo el viaje de hoy. Nos toca ir a Valderrobres, donde no he estado nunca. ¿Cómo puede ser que no haya visitado aún un pueblo de mi provincia reconocido como de los más bonitos de España? Bueno, es lo que ocurre cuando tiene que abandonar, como miles de jóvenes turolenses, tu hogar a muy temprana edad para estudiar en otras comunidades ante la falta de oportunidades: tristemente, acabas perdiendo arraigo. Pero ese es otro de los motivos por los que hacemos esto, para no tener que hacer la maleta nunca más.

Por lo menos la campaña nos está sirviendo para conocer mucho mejor cada rincón de la provincia. Estamos listos para salir. Introduzco las instrucciones en el GPS que responde con crípticas indicaciones que nos esperan más de dos horas de viaje de ida y lo mismo de vuelta que se suman a nuestro contador. No nos importa. Recorrer kilómetros, pegar carteles, pedir permisos, hablar con la gente, atender a los medios… Cuando un proyecto lo mueve la gente apostando por el cambio, la campaña se convierte en una aventura ilusionante.

Ya casi vislumbramos el final de la campaña y el tiempo se acelera. Redoblamos esfuerzos ante la certeza de que estamos contribuyendo al cambio.

En mi caso ha sido un proceso que ha ido in crescendo desde que decidí dar el paso: avales, primarias, actos, ruedas de prensa… Agotador, pero apasionante a su manera. Me levanto y me dispongo a iniciar una nueva jornada de trabajo para la campaña de Podemos en la provincia de Teruel.

Oigo el teléfono. Apenas he terminado de desayunar una periodista me pregunta sobre la posición de Podemos sobre el tema del día, quiere concertar una entrevista o me pide el contacto de tal o cual candidato. No, Podemos no negociará reparto de sillones. Sí, queremos apostar por las energías renovables en la provincia. ¿Mañana a las 9:00? Perfecto. Ahora mismo te paso los detalles. Gracias a ti.