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El bucle

Decidimos convertirlo en un valor estratégico, casi absoluto, sin caer en la cuenta que podemos tener a mano para comunicarnos desde la Península Ibérica con el resto de Europa proyectos complementarios, subrayo complementarios, también estratégicos y más razonables en cuanto a financiación y plazos.

Basta con que alguien se atreva a decir públicamente, y encima en Valencia, que el corredor mediterráneo puede tener efectos beneficiosos para Aragón, para que se desate toda la furia del bucle cerrando filas con la TCP que, para empezar y sin entrar en consideraciones de su complejidad técnica y coste faraónico, leo que tendremos que esperar al 2025 para que vuelva a incluirse en la red básica de infraestructuras de la Unión Europea.

Pero es que, y esto sí que ya es poner los pies en el suelo, el informe del pasado mes de abril del Observatorio hispano-francés de tráfico en los Pirineos, cuya lectura recomiendan las Coordinadoras por la reapertura del ferrocarril Canfranc-Olorón y Olorón-Canfranc, concluye que “el transporte marítimo se consolida como el principal modo de transporte para el transporte de mercancías, aumentando incluso su peso en los intercambios comerciales, al pasar de un 52 por ciento en 2009 al 57 por ciento en 2012”.

Para que se hagan una idea, durante el periodo analizado de cuatro años, por vía marítima se movieron desde la Península Ibérica hacia el resto de Europa 124,3 millones de toneladas de mercancías y por ferrocarril, que, según los datos de Eurostat, experimentó un aumento del 13 por ciento, 3 millones de toneladas.

Tres millones de toneladas, el 1 por ciento del volumen total de los intercambios comerciales entre España y Portugal y el resto de Europa, frente a 124 por mar y 90 por carretera con 17.400 vehículos pesados registrados por día durante 2012, una pequeña parte de ellos por el deslumbrante túnel internacional de Somport que, después de la millonada invertida, también de fondos europeos, se ha quedado reducido a un túnel de interés regional.

Con los datos sobre la mesa de un Observatorio creado el año 2000 por los ministerios de Fomento español y el francés denominado ahora de la Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, ¿no tendrá más sentido que nos escapemos del bucle por la salida que tenemos más a mano, también en plazos, como el ramal ferroviario Sagunto-Teruel-Zaragoza, que transporta las mercancías, entre otras las de la plataforma agroalimentaria de Mercazaragoza o los coches de la planta de Opel de Figueruelas, hacia los puertos de Valencia, Barcelona y Bilbao, y como la reapertura de la línea internacional de Canfranc aprovechando el empujón que le están dando los Gobiernos francés y el regional de Aquitania que está invirtiendo alrededor de cien millones de euros entre Bedous y Olorón, a una treintena de kilómetros del territorio aragonés?

Cuando a finales de la década de los 90, el expresidente Santiago Lanzuela, turolense para más señas, llevó a Bruselas el proyecto de la TCP, con el que entonces se volcó la fallecida comisaria de Transportes y vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio, ya advirtió que lo más urgente era reabrir el Canfranc y modernizar el corredor Cantábrico-Mediterráneo.

Más o menos lo mismo que ha dicho ahora el alcalde de Teruel, Manuel Blasco, el presidente de los empresarios, todas las fuerzas políticas y destacados portavoces de asociaciones de esa provincia.

Más o menos las promesas que llevamos escuchando desde hace décadas con un entre desganado e indignado escepticismo, para rizar aún más el bucle de la política aragonesa, de los sucesivos gobiernos de España del PSOE y del PP, pero es que ahora el empujón de Francia y la alianza con Valencia, unidos a la lógica financiera y de plazos de las instituciones nacionales y europeas, motivan que nos volvamos a ilusionar con la reapertura de la línea internacional de Canfranc y con la modernización y electrificación del tramo Sagunto-Teruel-Zaragoza con continuidad hacia el País Vasco y Cataluña.

Por cierto, los informes sobre comercio interregional en España, como el elaborado por el Centro de Predicción Económica (Ceprede), señalaban que en los últimos años Cataluña es el principal cliente de Aragón, con más de un tercio de las ventas y una facturación de casi cuatro mil millones de euros. El segundo cliente es la Comunidad Valenciana y el tercero el País Vasco.

Decidimos convertirlo en un valor estratégico, casi absoluto, sin caer en la cuenta que podemos tener a mano para comunicarnos desde la Península Ibérica con el resto de Europa proyectos complementarios, subrayo complementarios, también estratégicos y más razonables en cuanto a financiación y plazos.

Basta con que alguien se atreva a decir públicamente, y encima en Valencia, que el corredor mediterráneo puede tener efectos beneficiosos para Aragón, para que se desate toda la furia del bucle cerrando filas con la TCP que, para empezar y sin entrar en consideraciones de su complejidad técnica y coste faraónico, leo que tendremos que esperar al 2025 para que vuelva a incluirse en la red básica de infraestructuras de la Unión Europea.