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El cautiverio de los pájaros diamantes del Parque Labordeta

“No hay bandera más bella que las plumas de los pájaros”, dice el poeta Eladio Orta. Desde hace años más de un centenar de pájaros malviven en unas condiciones insufribles en el Parque José Antonio Labordeta. Son pequeñitos, invisibles para la administración. No son grandes como la osa Nicolasa que durante años sufrió el maltrato y la humillación en una jaula en el Parque Bruil. Una osa que nos conmovió a tantos zaragozanos. Nicolasa estaba llena de heridas, desdentada, hambrienta. Y así estuvo hasta que se solicitó que la sacaran de allí. Tal vez la educación en la empatía hacia los animales empezó en esta ciudad con la osa Nicolasa.

Han pasados las décadas y son ahora estos diminutos y hermosos pájaros los que viven en unas condiciones terribles, sin espacio para volar, ni vivir, a merced de ser alimentados por los responsables, que todavía hoy se sigue sin saber quiénes son, ya que no hay forma de que las preguntas que se realizan sean respondidas por nadie. Ni por el centro de protección animal ni por ningún responsable del ayuntamiento. Estos animales están obligados a convivir en unas condiciones insostenibles, entre pájaros muertos, enfermos o literalmente locos por los años y años de privación de libertad. Y por supuesto sin esterilizar. Cerca de 150 pájaros en una minúscula y mugrienta pajarera, a merced de todos y de nadie. Ni siquiera la organización SEO-Birdlife los menciona cuando hace recuento y charlas sobre los pájaros del parque.

Desde hace meses muchas personas pedimos información sobre estos pájaros diamantes que malviven en la pajarera de la Rosaleda, en el Parque Labordeta. Se han interpuesto varias denuncias ante el Seprona desde enero de este año y ante el propio Ayuntamiento, se ha pedido a la oposición municipal que solicite información, ya que el Ayuntamiento de Zaragoza es la administración competente. De forma educada hemos solicitado una solución para estas aves. Y la respuesta a nuestras preguntas es el hermetismo más absoluto. Y también las mentiras y las informaciones contradictorias.

Ni siquiera han considerado necesario publicar comunicado al respecto, consiguiendo que se siga especulando con las pequeñas aves. Tampoco nadie ha parecido pensar que era conveniente señalizar la pajarera de algún modo para que estos animales no se encontraran en un limbo administrativo a merced de quienes les tenían olvidados.

Este asunto se agrava cuando desde hace unos días se informa de la próxima adopción de estos pájaros. Una nota informa que quien quiera puede ir con una jaula y adoptarlos. Solo se recomienda darles de comer y beber. Poco más. Incluso se celebra en las redes sociales como una buena noticia que ya están todos adoptados. Es decir, la solución es pasar de una jaula grande y pública a cientos de jaulas privadas donde no sabemos quiénes los van a cuidar. Convirtiendo así la oportunidad de darles una vida digna en un problema. Es difícil plantear una solución peor. Nadie en su sano juicio puede hablar de pájaros como si fueran clínex y hacerlo desde una supuesta medida de protección animal. Hemos intentado saber quién está detrás de esto, pero es imposible saberlo. Las mentiras se cruzan una y otra vez. Algunas informaciones apuntan a que Unidad Verde ha podido tomar la iniciativa ante la pasividad del Centro de Protección Animal.

Queremos una solución que tenga en cuenta la vida de estos animales. Creemos que deberían ser derivados provisionalmente a un espacio al menos diez veces mayor, vallado convenientemente y ubicado en el mismo parque; mientras se establece un calendario para buscar una ubicación definitiva para estas aves en santuarios, centros de interpretación y otros espacios. Entendemos que si fueron introducidos en el parque por un miembro de la corporación municipal hace décadas, es responsabilidad del ayuntamiento buscar la mejor solución.

Queremos que los compromisos en materia de protección animal adoptados por ZEC en su programa electoral se cumplan. Y queremos que ante este caos informativo dé una respuesta que aclare todas las dudas. Queremos un cielo protector para esas decenas de pájaros diamantes.

“No hay bandera más bella que las plumas de los pájaros”, dice el poeta Eladio Orta. Desde hace años más de un centenar de pájaros malviven en unas condiciones insufribles en el Parque José Antonio Labordeta. Son pequeñitos, invisibles para la administración. No son grandes como la osa Nicolasa que durante años sufrió el maltrato y la humillación en una jaula en el Parque Bruil. Una osa que nos conmovió a tantos zaragozanos. Nicolasa estaba llena de heridas, desdentada, hambrienta. Y así estuvo hasta que se solicitó que la sacaran de allí. Tal vez la educación en la empatía hacia los animales empezó en esta ciudad con la osa Nicolasa.

Han pasados las décadas y son ahora estos diminutos y hermosos pájaros los que viven en unas condiciones terribles, sin espacio para volar, ni vivir, a merced de ser alimentados por los responsables, que todavía hoy se sigue sin saber quiénes son, ya que no hay forma de que las preguntas que se realizan sean respondidas por nadie. Ni por el centro de protección animal ni por ningún responsable del ayuntamiento. Estos animales están obligados a convivir en unas condiciones insostenibles, entre pájaros muertos, enfermos o literalmente locos por los años y años de privación de libertad. Y por supuesto sin esterilizar. Cerca de 150 pájaros en una minúscula y mugrienta pajarera, a merced de todos y de nadie. Ni siquiera la organización SEO-Birdlife los menciona cuando hace recuento y charlas sobre los pájaros del parque.