El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon.
Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.
El poeta Mark Strand escribió: “Se quedaron callados y no supieron cómo empezar el diálogo que era necesario. Las palabras fueron la primeras en crear divisiones, en crear soledad”.
Y cuando eso sucede se rompe el diálogo y asistimos a un diálogo roto y empieza algo así como el abandono de nosotros mismos. Y lo peor de todo es que asistimos a ese diálogo roto no solo en nuestras relaciones personales, también en las profesionales y atónitos vemos cómo aquellos que deben decidir por nosotros, aquellos que tienen el gran reto de gobernar, no saben ni siquiera cómo comenzar ese diálogo.
Y las palabras se amontonan, pero ya no significan nada porque crearon divisiones y ese es el principio de la soledad. Apenas he conocido a unas cuantas personas, pocas muy pocas, que supieran entender que el diálogo no se ha hecho para ganar, sí para entender, perder, comprender, escuchar o jugar. Pero no para ganar, ni para imponer, porque cuando eso sucede ya solo habrá diálogos rotos y silencio. Y este último será doloroso e insalvable.
El poeta Mark Strand escribió: “Se quedaron callados y no supieron cómo empezar el diálogo que era necesario. Las palabras fueron la primeras en crear divisiones, en crear soledad”.
Y cuando eso sucede se rompe el diálogo y asistimos a un diálogo roto y empieza algo así como el abandono de nosotros mismos. Y lo peor de todo es que asistimos a ese diálogo roto no solo en nuestras relaciones personales, también en las profesionales y atónitos vemos cómo aquellos que deben decidir por nosotros, aquellos que tienen el gran reto de gobernar, no saben ni siquiera cómo comenzar ese diálogo.