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La 'eficiencia' de lo privado

Alfonso Alegre

Candidato 1º de Podemos al Senado por Zaragoza —

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Con frecuencia oímos a los adalides del neoliberalismo el mantra de que lo público es ineficiente, usando el argumento de que el sector público al no buscar el beneficio no tiene incentivos para ser eficiente y su corolario: hay que privatizar. 

Analicemos este argumento desde dos puntos de vista: el análisis lógico de los argumentos, y el más importante, sin duda alguna, el análisis empírico en base a ejemplos reales. El primero: si  existen incentivos para obtener beneficios nada indica que la tarea a desempeñar se vaya a hacer de  forma mas eficiente, sino que se intentarán maximizar los beneficios, pudiendo esta búsqueda del beneficio resultar en una tarea más eficiente, en un peor servicio o en una auténtica catástrofe. En este sentido, la teoría de Adam Smith de que la búsqueda del beneficio individual redunda en el colectivo, esta claramente superada por el análisis de la Teoría de Juegos de John Nash que dice que efectivamente la búsqueda del beneficio individual puede dar lugar a perdidas para todos como bien ejemplifica el famoso dilema del prisionero o la multitud de ejemplos que aparecen en la película Una Mente Maravillosa. Lógicamente si la premisa del argumento neoliberal es falsa el corolario muy bueno no puede ser y por tanto eso de que hay que privatizar...

Vayamos ahora con algunos ejemplos que dejan claro que la búsqueda del beneficio da en ocasiones muy malos resultados: Volkswagen es una empresa que ha diseñado un software no para ser más eficiente sino para poder cometer varios millones de fraudes y obtener más beneficios.

Enron en complicidad con la auditora Arthur Andersen o Parmalat falsearon sus cuentas buscando obtener beneficios durante años, eso no las hizo mas eficientes sino que las llevo a quebrar dando lugar a pérdidas de miles de millones.

El caso de Union Carbide en Bhopal, en el que la búsqueda del beneficio hizo que se ahorraran muchos miles de dólares en medidas de seguridad, sin embargo no consiguieron ahorrar en los 25.000 muertos que provocaron. Caso similar son las mentiras TEPCO sobre la central de Fukushima. La retahíla de ejemplos podría ser interminable: Boliden en Doñana, el lindano de Inquinosa, las estafas piramidales de Forum Filatélico, Gescartera, Afinsa, o Madoff, el caso Worldcom, Rumasa y Nueva Rumasa, Sofico, Amway, o el labortatorio Merk. 

Todos y cada uno de estos casos tienen en común que la búsqueda del beneficio ha dado lugar ha resultados desastrosos para el conjunto de la población. Algunos podrían argumentar que estoy hablando de ejemplos puntuales en los que ha habido incluso actividades criminales, sin embargo la realidad muestra que en muchísimos sectores la gestión pública va a ser más eficiente, por descontado en todos los sectores donde pueda haber asimetrías de información como en la sanidad o de riesgo moral como en la banca.

¿Por qué la sanidad española es mejor que la norteamericana costando esta el doble que aquella?, entre otras razones, intentar ahorrar en costes puede suponer un agravamiento de la enfermedad que redunda en costes futuros aún mayores o si cobro por cada prueba médica que hago tengo incentivos a hacer pruebas innecesarias para ganar más. El caso de las contratas municipales es otro ejemplo de asimetría de información que lleva a que los “supuestos ahorros” generados por la  “eficiente” gestión privada requieran de un ejército de inspectores (que hay que pagar) para comprobar que efectivamente no se está cometiendo un fraude, como cobrar por servicios que no se prestan (FCC obró un milagro en Zaragoza pintando papeleras que no existían)

Las situaciones de riesgo moral se dan cuando una empresa toma grandes riesgos porque sabe que si sale bien el beneficio es para ella y si sale mal ya me rescatará el sector público, que es exactamente lo que ha pasado con esta crisis de los NINJA, las Subprime, Goldman Sachs o ABN Amro entre otros.

La experiencia que tenemos en multitud de sectores demuestra que la gestión privada no necesariamente redunda en el interés colectivo, es más, en según que situaciones muy probablemente redunde en perjuicios para una mayoría y en pingües beneficios para unos pocos. Por favor, señores y señoras neoliberales además de mentar La riqueza de las naciones, lean sobre teoría de Juegos.

 

 

 

 

Con frecuencia oímos a los adalides del neoliberalismo el mantra de que lo público es ineficiente, usando el argumento de que el sector público al no buscar el beneficio no tiene incentivos para ser eficiente y su corolario: hay que privatizar. 

Analicemos este argumento desde dos puntos de vista: el análisis lógico de los argumentos, y el más importante, sin duda alguna, el análisis empírico en base a ejemplos reales. El primero: si  existen incentivos para obtener beneficios nada indica que la tarea a desempeñar se vaya a hacer de  forma mas eficiente, sino que se intentarán maximizar los beneficios, pudiendo esta búsqueda del beneficio resultar en una tarea más eficiente, en un peor servicio o en una auténtica catástrofe. En este sentido, la teoría de Adam Smith de que la búsqueda del beneficio individual redunda en el colectivo, esta claramente superada por el análisis de la Teoría de Juegos de John Nash que dice que efectivamente la búsqueda del beneficio individual puede dar lugar a perdidas para todos como bien ejemplifica el famoso dilema del prisionero o la multitud de ejemplos que aparecen en la película Una Mente Maravillosa. Lógicamente si la premisa del argumento neoliberal es falsa el corolario muy bueno no puede ser y por tanto eso de que hay que privatizar...