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La misión de la Comisión
Dicha Comisión está formada por el Presidente, que es el consejero de Presidencia del Gobierno de Aragón, el socialista Vicente Guillén, la vicepresidenta ,también del PSOE, María Ángeles Julve, y 15 vocales más. También en estas publicaciones impregnadas de cierto olor a rancio y a más de lo mismo, se detallaba la misión de la comisión, en un intento de justificar lo que ya pocos entienden.
IU ha registrado una proposición no de ley en las Cortes de Aragón para su debate en el pleno en la que exige la supresión de dicha comisión. Para la diputada de IU Patricia Luquin, esta comisión es “innecesaria” y rechaza sus funciones, ya que promueve la fiesta taurina, es decir, “apoya y promueve la tortura animal”. En su opinión, las administraciones deben garantizar la equidad y la justicia, velando por los derechos de todo ser vivo, por lo que apunta que “sorprende que en pleno siglo XXI y cuando la mal denominada fiesta nacional está constantemente en entredicho, el Gobierno de Aragón continúe sin escuchar a una mayoría social que rechaza las corridas de toros”.
Nosotros no podemos estar más de acuerdo con la diputada y celebramos sus palabras, aunque las celebraríamos aún más si no se viera a muchos de sus alcaldes entrar a la plaza con esas entradas que tan amablemente la Administración les obsequia, después de pagarlas con el dinero de todos, por supuesto. Por otra parte, hemos querido profundizar en las funciones de tal comisión, ya que personas tan numerosas (nada menos que 17) e importantes personalidades la presiden. Son las siguientes:
- Emitir informes sobre asuntos taurinos, es decir, papeles.
- Remitir iniciativas de cualquiera de sus miembros, dicho de otro modo, promocionar en los medios afines las ocurrencias varias de sus componentes.
- Informar motivadamente sobre la falta de idoneidad de los presidentes o veterinarios que intervengan en los espectáculos taurinos. Nos detenemos en esta frase y seguro que nos invade una pequeña curiosidad. ¿A qué veterinario no se le considera idóneo para intervenir en un espectáculo así? ¿En que se basarán? ¿En la preocupación de ese profesional por el bienestar y sufrimiento del animal? Les interesa poder controlar que se trate de personas realmente “idóneas” para ese puesto.
- Y por último y no menos importante, sino todo lo contrario, tiene como misión proponer medidas para el fomento y protección de los espectáculos taurinos. Lo que podemos expresar con otras palabras, se dedican a malgastar dinero público en detener lo irrefrenable, el rechazo social y creciente a la tortura que supone los toros y la vergüenza que nos produce que se empeñen en representar nuestra cultura e identidad con este cruel “festejo”. Se trata de buscar soluciones desesperadas al problema de las plazas de toros vacías cuando no se regalan las entradas, y el despilfarro que estos actos representan, incluyendo los agujeros en algunas arcas municipales ya maltrechas por los recortes sociales. Hay que pagar con nuestros impuestos campañas de marketing para que empresas privadas se lucren. Pues parece que esa es su misión.
Pero, no hay que minusvalorar esta gran función, el marketing es importante, sí, ahora lo inunda todo. Pero es que para la supervivencia de nuestra moribunda afición a la tauromaquia, casi se puede decir que se ha convertido en algo mortal de necesidad.
Recordemos las últimas campañas del mundo de la tauromaquia. Son incesantes. La más reciente y llamativa está en nuestra tierra.
Se ha llevado a cabo para promocionar la feria taurina de nuestras queridas fiestas del Pilar. Nuestros toreros se han subido a la moda de los calendarios solidarios y no han dudado en posar en paños menores por la mejor de las causas, la suya. Morante, El Juli, Alejandro Talavante y otros ilustres, posan para la Feria del Pilar de Zaragoza y se ponen como ambicioso objetivo reivindicar los “valores de la tauromaquia”. (Aunque creo que antes que reivindicarlos, tendrían que pararse a explicarlos, a ver si alguien los entiende…) Para ello no tienen reparo en despojarse de parte de su traje de lentejuelas, que caen como hojas de otoño caducas y se quedan con lo indispensable para tapar sus vergüenzas, o lo que sea que esconden debajo, porque vergüenza quizá no sea. Se disfrazan de artistas y eso que faltan meses para carnavales y nos deleitan con sus cuerpos curtidos a base de estoques, descabellos y puntillas. Con mucho arrojo y dudoso gusto, se lanzan al ruedo de este despropósito. No muestran sin embargo las marcas y heridas (que no tuvieron quien las curara) de los cientos de animales que han pasado a engordar sus arcas por cada tarde de tortura. Quizá Simón Casas y la DPZ consideran que eso no es tan atractivo para mostrarlo en carteles tamaño XXL en la fachada de La Misericordia al ciudadano de a pie.
Nos reservamos la opinión de dicho calendario y sus imágenes, que sobre gustos no hay nada escrito, aunque a algunos como Morante ya le hayan dicho que no en Barcelona, por la foto y por lo que representa. Dejamos otra propuesta, de lo que la mayoría de aragoneses entiende que son héroes de verdad, esos que sí se juegan la vida todos los días por los demás. Es el calendario solidario de los bomberos de la DPZ en acción.
Se vende a 5 euros a partir del 9 de Octubre y el dinero que obtiene de su venta está íntegramente destinado a la Federación Aragonesa de Esclerosis Múltiple (Fadema). Este sí que es para colgarlo en casa o en el trabajo.
Dicha Comisión está formada por el Presidente, que es el consejero de Presidencia del Gobierno de Aragón, el socialista Vicente Guillén, la vicepresidenta ,también del PSOE, María Ángeles Julve, y 15 vocales más. También en estas publicaciones impregnadas de cierto olor a rancio y a más de lo mismo, se detallaba la misión de la comisión, en un intento de justificar lo que ya pocos entienden.
IU ha registrado una proposición no de ley en las Cortes de Aragón para su debate en el pleno en la que exige la supresión de dicha comisión. Para la diputada de IU Patricia Luquin, esta comisión es “innecesaria” y rechaza sus funciones, ya que promueve la fiesta taurina, es decir, “apoya y promueve la tortura animal”. En su opinión, las administraciones deben garantizar la equidad y la justicia, velando por los derechos de todo ser vivo, por lo que apunta que “sorprende que en pleno siglo XXI y cuando la mal denominada fiesta nacional está constantemente en entredicho, el Gobierno de Aragón continúe sin escuchar a una mayoría social que rechaza las corridas de toros”.