Plaza de toros de Alcañiz, proyectando espejismos

 “Y se llenó la plaza de toros de Alcañiz, superando a los cuatro gatos que estaban delante de ella manifestándose en contra de dicha aberración, una hermandad notable y auténtica de las aficiones aragonesa y catalana en pos de defender una tradición tan histórica y nuestra como es el toreo”.

Si usted acaba de leer este primer párrafo y no indaga más que en una foto manipulada de una plaza de toros llena, realizada con atino en diagonal hacia un pequeño sector de sombra, y se adjuntan detalles como que habían llegado autobuses procedentes del resto de Aragón y Cataluña, usted quedará impregnado por el enfoque que se le da a esta noticia.

Pero la realidad fue, mejor dicho es, otra bien distinta.

Algunos medios de comunicación, más bien de manipulación, afines a ciertos sectores rancios de la sociedad que ven peligrar sus particulares vías de entretenimiento y de ganancia de dinero público, carecen de todo tipo de respeto a la verdad profesional que se les debe exigir.

En este caso en concreto, fue en Alcañiz donde se produjo una hermanada de aficiones al mundo del toreo, concretamente la aragonesa y la catalana y efectivamente se trajeron autobuses de habitantes de Cataluña a ver el evento, pero realmente, ¿cuánto hay de verdad en ello?

¿Alguno de ellos se molestó a entrevistar a si quiera uno de los más de cien manifestantes que estaban allí, defendiendo el derecho de los animales y recordando a todo el mundo que las corridas de toros son un acto salvaje y cruel, da igual donde sea, Alcañiz, Lleida, Sebastopol??

¿Alguno de ellos se ha molestado en informar exactamente del coste de traer a unos aficionados en autobuses desde cientos de kilómetros por el mero hecho de mantener vivo un espectáculo tan monstruoso como trasnochado?, ¿quién pagó las facturas?, porque no hay que olvidar que la mayoría de la gente que va a la plaza no va por afición, sino por invitación.

¿Alguno de ellos se ha molestado en contrastar la información que justificaba este tipo de actuaciones en pos de beneficiar a un sector, como es en este caso el sector hostelero de la ciudad donde se produjo el evento?, sector hostelero, que está demostrado que no necesita de este tipo de actuaciones para sobrevivir, sino de otro tipo de actividades mas acordes al beneficio y disfrute de la localidad en sí que del benéfico de unos pocos. Sobre todo cuando este tipo de eventos proyecta una imagen que nada invita a visitar la localidad, como muchos vecinos han denunciado.

¿Alguno de ellos se ha molestado en preguntar el montante total de semejante despilfarro?, y ya puestos ¿alguien se ha molestado en preguntar quién o quiénes son los pocos beneficiados de este tipo de teatrillos pagados con dinero público?

Parece ser que los medios de comunicación afines se conforman con unas pocas migajas en vez de servir a la verdad comunal.

Con este panorama, no parece extraño ver que los defensores de este tipo de actos se muestren dispuestos a defender sus ideas en entrevistas y publirreportajes en medios afines a sus intereses, que a su vez suelen ser de gran tirada, mostrando un espejismo a la sociedad.

Con este tipo de actitudes nos prostituyen moralmente, en pos del pensamiento único que beneficia a unos pocos, que pasa por alto que la sociedad avanza, que indigna a la mayoría y que afecta al único ser inocente en toda esta lamentable historia de manipulación y mentira, el toro.

 

 “Y se llenó la plaza de toros de Alcañiz, superando a los cuatro gatos que estaban delante de ella manifestándose en contra de dicha aberración, una hermandad notable y auténtica de las aficiones aragonesa y catalana en pos de defender una tradición tan histórica y nuestra como es el toreo”.

Si usted acaba de leer este primer párrafo y no indaga más que en una foto manipulada de una plaza de toros llena, realizada con atino en diagonal hacia un pequeño sector de sombra, y se adjuntan detalles como que habían llegado autobuses procedentes del resto de Aragón y Cataluña, usted quedará impregnado por el enfoque que se le da a esta noticia.