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La construcción de este matadero se suma a otras instalaciones similares, ya en funcionamiento o en avanzado proyecto, en Cinco Villas, en Zuera o Épila que, sumados a los existentes en la zona de Binéfar, convierten a esta zona de Aragón en el epicentro europeo del porcino. De llevarse a cabo este proyecto, en el tramo de Ejea a Binéfar con centro en Zaragoza, más de 50.000 cerdos se podrían sacrificar diariamente, que darían salida a los 20 millones de cerdos que se crían anualmente en Aragón.
Se traspasan industrias del porcino catalan- Guisona, Valls Company, la propia Piensos Costa...- a Aragón. ¿La razón? La permisividad de normativas y el apoyo institucional que han encontrado en la DGA.
Doce mil cerdos diarios, suponen la entrada de 120 camiones cada día y repercutirá en un aumento creciente de macro granjas industriales, ya que las existentes en este momento, destinan su producción a los mataderos en activo.
Desde el punto de vista medioambiental puede suponer un grave problema de depuración de aguas residuales. Villamayor, que hasta hace pocos años, fue un barrio perteneciente al Ayuntamiento de Zaragoza, depura sus aguas residuales en la EDAR de La Cartuja.
Si el proyecto no contempla la construcción de su propia depuradora para los residuos del matadero, puede repetirse el caso del matadero de Zuera que depura en la EDAR de San Mateo de Gállego. Con esta práctica los restos de vísceras y sangre se mezclarán con los residuos industriales de todo tipo en La Cartuja. A este respecto conviene saber que el 30% de todas las aguas tratadas en La Cartuja - según Ecociudad- son de origen industrial, con lo cual se complicaría aún más, la ya de por sí problemática depuración .
Son muy escasas las instalaciones fabriles de Zaragoza, no llegan ni a tres, que cuenten con un sistema específico de depuración, provocando un problema pendiente en la depuración de las aguas de Zaragoza. Supone un abaratamiento en los costes de producción pero también un empeoramiento de las condiciones de trabajo de la EDAR que solo debería asumir la depuración de aguas de procedencia de heces fecales. Lo señalaba Manuel Omedas, durante años jefe de Planificación Hidrológica de la CHE, ya en 1994: “Hay que tender a una depuración específica de cada industria antes de que los vertidos se incorporen a las redes municipales”. Pero es más barato, para la industria, que su depuración la asuma la colectividad de los ciudadanos.
En la actualidad los indicadores del medidor de calidad de aguas instalado en Pina, arroja malos resultados de cara a la calidad del agua del tramo medio del Ebro y este nuevo aporte empeorará significativamente la situación. Estamos, ante un nuevo caso de externalización de costes ambientales para que sea la propia Naturaleza, en este caso el Ebro y la atmósfera, la que reciba la contaminación generada y todo ello sin entrar en la problemática del tráfico de camiones y olores que se puede ocasionar en Villamayor y Zaragoza.
Otra circunstancia a considerar, son las nuevas instalaciones de microgranjas que a buen seguro se instalarán en la zona y la gestión de sus purines. Dado que no hay más campos de cultivo para deshacerse de los purines, es posible que se prevea la instalación de plantas de biogás y biometano pero el tratamiento y aprovechamiento del digestato de este procedimiento industrial, no está suficientemente desarrollado y además es caro si se realiza en buenas condiciones. ¿Dónde van los nitratos y restos de antibióticos excretados por los cerdos?.
En cuanto a la creación de puestos de trabajo, que supone uno de los atractivos más utilizados para justificar su implantación, no conviene olvidar la calidad de estos empleos que suponen una situación de precariedad y salud laboral que raya en el esclavismo. Al margen del optimismo de los representantes públicos que bendicen el sector porcino como eje de desarrollo, no convendría obviar una realidad que tiene más que ver con trabajadores que sobreviven en la irregularidad de una injusta inmigración, apiñados en viviendas de baja calidad, que se desplazan en autobuses desde los barrios zaragozanos hasta los mataderos, en unas condiciones que solo desde su extrema necesidad se puede comprender. A la hora de diseñar estas nuevas instalaciones no conviene olvidar pues, este nivel de explotación laboral que se suma al maltrato generado a la naturaleza y al empeoramiento de las condiciones de salud de los ciudadanos y los ríos, que en última instancia son quienes justifican esta acumulación de beneficios en unos privilegiados grupos empresariales que están en los primeros puestos de ganancias en Aragón .
Y para ello, el Sr. Azcón dota a este proyecto de un interés autonómico y de interés general que, por los argumentos que hemos reseñado, van a tener graves perjuicios sociales y ambientales. Los Ayuntamientos de Villamayor y Zaragoza algo tendrían que decir.
La construcción de este matadero se suma a otras instalaciones similares, ya en funcionamiento o en avanzado proyecto, en Cinco Villas, en Zuera o Épila que, sumados a los existentes en la zona de Binéfar, convierten a esta zona de Aragón en el epicentro europeo del porcino. De llevarse a cabo este proyecto, en el tramo de Ejea a Binéfar con centro en Zaragoza, más de 50.000 cerdos se podrían sacrificar diariamente, que darían salida a los 20 millones de cerdos que se crían anualmente en Aragón.
Se traspasan industrias del porcino catalan- Guisona, Valls Company, la propia Piensos Costa...- a Aragón. ¿La razón? La permisividad de normativas y el apoyo institucional que han encontrado en la DGA.