El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon.
Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.
Los alcaldes y concejales del PP de los barrios rurales están en pie de guerra. Les apoyan algunos vecinos de barrios rurales de Zaragoza y peñas taurinas. El motivo conocido por todos. El pasado mes de febrero fue aprobado un decreto donde se eliminaban las subvenciones para festejos como el toro ensogado y el toro de fuego y prohibía el uso de la vía pública para estos eventos, por considerarlos celebraciones que implican maltrato animal.
Esta medida valiente parece haber tenido una amplia aceptación en la ciudadanía y ha sido aplaudida por muchos. La sociedad es cada vez más consciente y sensible hacia el sufrimiento al que se somete a estos animales en estos actos. Está harto demostrado que el estrés, el dolor y la ansiedad que les produce es sin duda tortura animal. La mayoría ya no quiere el abuso de animales como espectáculo. Pero lamentablemente, la desinformación también hace que este decreto tan necesario también haya recibido rechazo por parte de los alcaldes de estos barrios afectados y algunos de sus vecinos.
En San Juan de Mozarrífar se lamentan de sus calles vacías este mes de marzo tras el decreto, en comparación a otros años, cuando celebraban su “Marzo Taurino” y cientos de aficionados llenaban las calles y sus negocios en espera de su principal evento, el toro ensogado.
Algunos medios de comunicación, ABC, Heraldo de Aragón, etc, no han querido perder esta oportunidad para echar más leña al fuego, y no han dudado ni un segundo en hacer uso político de este rechazo a la decisión llenando portadas y titulares con las palabras gruesas que los alcaldes y concejales del PP dedican al Ayuntamiento de Zaragoza que aprovechan la polémica para descargarse a gusto hablando sin tapujos de “última cacicada” “decretazo” o “sectarismo”.
Acusan al ayuntamiento de dejar a los barrios rurales “sin fiestas”, de querer borrar sus “tradiciones” y se lamentan de la “pérdida económica” que suponían estos eventos.
Pongo entre comillas todas estas palabras porque resulta difícil entender cómo se puede decir que un barrio se queda “sin fiestas” si se elimina el toro ensogado. Muchas personas pueden asociar “fiestas” a actividades tan variadas cómo teatros, títeres, animaciones infantiles, cuentacuentos, pasacalles o conciertos musicales. También hay quien prefiere exposiciones culturales, concursos de tapas, carreras de sacos, sorteos, mercadillos medievales, o hasta torneos deportivos. Al parecer ninguna de estas alternativas parece seducir a la comisión de fiestas de San Juan de Mozarrifar, que prefiere dejar a sus vecinos “sin fiestas” si el ayuntamiento no deja que los mozos acosen a un pobre animal asustado, agarrado por dos cuerdas a la cornamenta. Desde luego para gustos no hay nada escrito, pero alternativas para divertirse hay y muchas, sólo hay que poner un poco de ganas.
También quiero poner en comillas lo de “tradiciones”. Es llamativo lamentar la pérdida de tradiciones, cuando por ejemplo, el citado y añorado “Marzo taurino” de San Juan sólo lleva unos pocos años celebrándose. Concretamente tal como informaba un representante de la Peña taurina en San Juan el año pasado, la celebración de la feria el año pasado, en pleno apogeo, no tenía nada que ver con sus inicios, pues empezaron con unos simples talleres de dibujos para niños y una charla, pero fue ganando peso gracias al anterior Ayuntamiento de Zaragoza, que desde el 2014 decidió “apostar” por el evento. Desde el 2014, sí, ya vemos, todo muy tradicional.
De esa “apuesta” no tenemos más detalles, ni sabemos cuánto costó a los contribuyentes. Tampoco recuerdo ninguna votación ni consulta, entonces supongo que las decisiones “unilaterales” del Ayuntamiento de Zaragoza no les parecían tan mal.
Y si hablamos al último punto, al de “pérdida económica”, a lo mejor tendríamos que empezar a hacer números de verdad.
En Casetas las cuentas parecen tenerlas más claras. Allí ya hay muchos vecinos que están de acuerdo con la eliminación de estos eventos. Suponían el 75% de su presupuesto total de fiestas y ahora disponen de dinero para más actividades variadas, lúdicas y culturales, que gustan a la mayoría y que todos pueden disfrutar, sin maltratar ni divertirse a costa del abuso de ningún animal. No parece tan complicado…
En fin, que los argumentos hacen aguas por todos sitios, ya que ni deja de haber fiestas en los barrios, ni se destruyen tradiciones, ni queda claro si se trata de una pérdida o más bien de una ganancia para las arcas municipales. Lo que si queda claro es que ganan la ética, la sociedad y sobre todo los pobres animales, víctimas de estos retrógrados espectáculos que tienen que desaparecer del todo del saturado mapa del maltrato de nuestro país.
Los alcaldes y concejales del PP de los barrios rurales están en pie de guerra. Les apoyan algunos vecinos de barrios rurales de Zaragoza y peñas taurinas. El motivo conocido por todos. El pasado mes de febrero fue aprobado un decreto donde se eliminaban las subvenciones para festejos como el toro ensogado y el toro de fuego y prohibía el uso de la vía pública para estos eventos, por considerarlos celebraciones que implican maltrato animal.
Esta medida valiente parece haber tenido una amplia aceptación en la ciudadanía y ha sido aplaudida por muchos. La sociedad es cada vez más consciente y sensible hacia el sufrimiento al que se somete a estos animales en estos actos. Está harto demostrado que el estrés, el dolor y la ansiedad que les produce es sin duda tortura animal. La mayoría ya no quiere el abuso de animales como espectáculo. Pero lamentablemente, la desinformación también hace que este decreto tan necesario también haya recibido rechazo por parte de los alcaldes de estos barrios afectados y algunos de sus vecinos.