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El tren de los sueños

Mediados de agosto de 2002. Dámaso Fabré, el herrero local, ya fallecido, y yo, terminamos de instalar una nueva escultura en Alfambra (Teruel), que llamé “El Sueño”, sobre un viaducto historicista del año 1927, construido en la Dictadura de Miguel Primo de Rivera, como el resto de la línea ferroviaria Teruel-Alcañiz, sobre la que nunca llegó a circular ningún tren.

El motivo era conmemorar la finalización de una nueva red de senderos en la Comarca de Teruel, vista como una nueva oportunidad para sobrevivir al imparable aumento de la despoblación rural en Aragón.

Con los años, ya van casi para quince, esta escultura que se recorta en el horizonte como un mirador privilegiado, ha sido aceptada por la sociedad como una parte más del paisaje, de donde le viene su nombre actual, el “Tren de los sueños”, sin saber, en la mayoría de los casos, por qué tiene ese nombre…

Al no terminarse esta infraestructura, pues fue abandonada en 1935, nunca llegó el progreso al interior de Aragón, por lo que la gente tuvo que irse a otras zonas y ciudades con más desarrollo económico como Zaragoza, Barcelona y Valencia. De ahí que quisiéramos reivindicar con esta escultura, no ya recuperar este tren, sino nuevas oportunidades de desarrollo como mejores carreteras u otras inversiones como esta vía verde que nunca se ha realizado.

En estos días el mismo Teruel puede perder su línea férrea, la única que existe en toda la provincia, que Renfe está a punto de cerrar, y como testimonio de la dureza de esta situación, les contaré lo que me pasó, sólo dos meses después de haber inaugurado la escultura.

El Ayuntamiento me llamó, y tras felicitarme por el éxito de la misma, pues gustaba tanto a vecinos como turistas y viajeros, me hicieron una curiosa petición: como en el vagón sólo había puesto un pasajero, a ver si podía poner otros dos más, ya que parecía que, una vez más, se quedaban prácticamente solos.

La situación me pareció tan insólita, que dije que por supuesto, que los añadiría, y por eso, actualmente, en el vagón hay tres pasajeros y no uno, que era más simbólico que numérico.

Juzguen ustedes mismos.

Mediados de agosto de 2002. Dámaso Fabré, el herrero local, ya fallecido, y yo, terminamos de instalar una nueva escultura en Alfambra (Teruel), que llamé “El Sueño”, sobre un viaducto historicista del año 1927, construido en la Dictadura de Miguel Primo de Rivera, como el resto de la línea ferroviaria Teruel-Alcañiz, sobre la que nunca llegó a circular ningún tren.

El motivo era conmemorar la finalización de una nueva red de senderos en la Comarca de Teruel, vista como una nueva oportunidad para sobrevivir al imparable aumento de la despoblación rural en Aragón.