Sin cultura no hay nada. El libro ya clásico, de 1988, de Severino Pallaruelo “Pirineos tristes montes”, reeditado por Xordica (treinta años de edición aragonesa global, que es lo mismo), va por la cuarta edición. Es un imprescindible. Son cuentos-reportajes de la extinción de un modo de vida durísima en desigual lucha contra los elementos: esa dureza de la montaña en su cara sur acaba por volver miserables a las personas, supervivencia extrema, huída, rabia, odio, emigración y desierto. Severino Pallaruelo escribe con una prosa limpia y contundente, estás en el puro cerebro y dentro del alma de las personas de cada relato, que se te quedan dentro para siempre, igual que las historias trágicas que les persiguen.
Han eliminado el salón hispanofrancés de Jaca de cómic, bianual, crece la lista de las viudas o viudos de la cultura aragonesa, pasa la cuchilla, la hoz sañuda. Etopia, el -40 de las ayuda a la cultura en Zaragoza, Periferias... quedan tantas cosas por laminar y segar. El doble frente de eliminar la cultura y erradicar la agricultura --un mes de protestas y los van a recibir “de urgencia”--, es el doble filo de la cuchilla que mata lo que queda del campo, la España vaciándose todavía más ante nuestros yertos ojos. Yermos yertos.
El Pirineo que registró Severino Pallaruelo en sus cuentos y ensayos baja vacío hasta el valle del Ebro, último reducto junto a las capitales de provincia y las ciudades que resisten la multidevastación. La lista de las viudas y viudos culturales, páramos sin autobuses públicos, otra guadaña.
El pack destroy se complementa con la sanidad ya desmantelada y las carreterillas y autovías olvidadas y postergadas sine die, así las pequeñas como las anchas. Y los 151 buses que se carga el gobierno central. Todo para molinillos y placas y altos postes para enviar a los vecinos la muy alta tensión, voltios nuevos que se van para no volver. Ahora cancelan el salón del cómic internacional de Jaca. La lista de la guadaña.