En Mirambel, un municipio turolense con menos de 150 habitantes y ubicado en la comarca del Maestrazgo, ha ocurrido un milagro. El que tiene el reconocimiento de ser uno de los pueblos más bonitos de España acoge en sus calles empedradas, desde comienzos de junio, una guardería por primera vez en su historia.
Esto ha sido posible por el boom de nacimientos que ha vivido la localidad en el último año. Este incremento en la natalidad no se producía desde hace décadas, y es que en 2023 nacieron cuatro niños. Sin embargo, eso no es todo, pues este 2024 se suman dos más. Todo ello llevó al Ayuntamiento de Mirambel a ponerse manos a la obra para construir una escuela infantil para pequeños de 0 a 3 años.
Este fenómeno dista de lo que se encuentra en localidades cercanas. Por ejemplo, en Miravete de la Sierra, que apenas roza los 40 vecinos, nació en 2023 la primera bebé después de más de 50 años. En Tronchón, donde sus calles acogen a unos 60 habitantes, fue todavía antes, en 2022, cuando nació el último niño y ya habían pasado 12 años desde la última vez.
Nuevos puestos de trabajo
Uno de los motivos que se apuntan desde el consistorio del municipio sobre por qué Mirambel se está llenando de niños es que varias parejas jóvenes están empezando a vivir aquí. Algunas están formadas por personas que ya habían nacido en esta localidad, pero tuvieron que marchar fuera a estudiar y emprendieron su vida a cientos de kilómetros.
Ahora estos regresan y otros se mudan de nuevas gracias a la aparición de empleo en la zona y que tiene que ver, más concretamente, con las instalaciones de proyectos de energías renovables que hay en territorios próximos. Por ejemplo, se registran parques eólicos en Morella, Villafranca del Cid o en la comarca castellonense de Els Ports, con la que limita la provincia de Teruel por el este.
La llegada de esta nueva guardería también se percibe como una esperanza para que nuevas familias puedan asentarse en esta localidad del Maestrazgo, pues la palabra principal que define este nuevo servicio es la “conciliación”. Además de considerarse que puede ser una mejora para la calidad de vida de los residentes en Mirambel es una oportunidad para el resto de familias de pueblos de la contornada.
Esta escuela infantil se encuentra en el mismo edificio donde se situaba antes de que cerrase hace 22 años, momento desde el cual este municipio se quedó sin servicios educativos. La guardería está totalmente equipada tras realizarse una inversión de 60.000 euros, que se ha dividido en 40.000 para la infraestructura y los 20.000 restantes para mobiliario como juguetes, mesas o equipamiento para la cocina de la que dispone y que permite ofrecer servicio de comedor. Además, hay dos grandes salas y una zona verde en el exterior para que los niños y niñas puedan jugar al aire libre.
Con perspectiva de futuro
De estas instalaciones disfrutan ya seis niños de entre 8 meses y 2 años. El servicio tendrá continuidad porque está prevista la entrada el próximo curso de dos nuevos bebés y esperan que se unan más de otras zonas próximas.
La llegada de estas criaturas a Mirambel ha provocado que se vuelva a plantear la posibilidad de abrir la escuela de primaria. Si se suman a los 12 niños y adolescentes que corren y juegan por las calles del municipio se podría reabrir el centro. Por el momento, cada mañana el transporte escolar les recoge para llevarlos hasta el colegio de Cantavieja, a unos 13 kilómetros.
Rebeca y Juanjo, Elisa y Fernando, Inma, Mari Carmen y Andrés y Neus son las madres y padres de esas criaturas que acuden a la guardería. En el caso de Neus, tal y como ha contado en Heraldo de Aragón, volvieron a Mirambel hace dos años y medio y allí ha tenido su segundo hijo junto a Andrés. Él es originario del municipio, pero a la hora de escoger estudios tuvo que marchar fuera a otra ciudad y allí empezó a trabajar. Ahora vuelve tras conseguir empleo en un parque de aerogeneradores. Para esta familia la apertura de la guardería supone no tener que trasladarse cada día a otro pueblo para disponer de ese servicio, es decir, se ahorran el tiempo de desplazamiento.
En el mismo medio, la alcaldesa ha reconocido que con la llegada de estos niños “el pueblo se ha llenado de vida y alegría” hasta el punto de que “en el parque infantil hay niños a todas horas”. Esto es un halo de esperanza para Mirambel, pues trabajan para crear nuevos empleos que sigan atrayendo habitantes, a la vez que ofrecen oportunidades para emprender en nuevos negocios. Con todo ello esperan revertir la pérdida de habitantes que afecta al medio rural y conseguir fijar población.