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El obispo de Teruel se plagia a sí mismo y repite el pregón de Semana Santa de 2016 en Carrión de los Condes (Palencia)

El obispo de la Diócesis de Teruel y Albarracín, Antonio Gómez Cantero, ocupa el cargo desde enero de 2017, y como obispo pronunció el pasado 16 de marzo su pregón de la Semana Santa en Teruel, ciudad “no solo enclavada en un cruce de caminos y fronteras, sino también ya en mi corazón”, dijo en su intervención. Del mismo modo que dos años antes, Gómez Cantero se dirigía a otros feligreses como “fieles y amigos todos de mi querida 'pequeña ciudad' de Carrión de los Condes, enclavada no solo en el corazón del camino de Santiago, sino también en el mío”. Allí pronunció el pregón de la Semana Santa el 19 de marzo de 2016, como Administrador Diocesano de Palencia. Y a partir de estas palabras, el pregón que escucharon los feligreses de entonces y el que dirigió a los de Teruel fueron prácticamente iguales.

En él, el obispo advertía del riesgo de “paganizar” las procesiones de la Semana Santa y con ello de convertir esta celebración en “tan solo un museo ambulante o pasarela escénica de hábitos penitenciales”, al tiempo que defendía las tradiciones y hacía un llamamiento al amor y a cuidar la fe.

Encontramos pequeñas diferencias, lógicamente, en las referencias geográficas, puesto que cita en un momento: “Esta es la Semana Santa de Teruel, como la de cualquier pueblo de Aragón (tan distintas de otras) sobria, austera”, del mismo modo que se refiere a la de “Carrión de los Condes, como la de cualquier otro pueblo de Castilla”, aunque hay una diferencia porque de la de Teruel, dice “a veces silenciosa”, y cita los tambores que caracterizan la celebración turolense, a diferencia de la palentina. Pero le valen también para ambas las referencias a la tierra “que sabe de fríos y heladas”.

Y el discurso se actualiza también, por ejemplo, en la parte en la que hace referencia a los conflictos bélicos, puesto que en el de Carrión cita los cinco años de guerra civil de Siria y en el de Teruel añade que “se recalienta la famosa ”'guerra fría' entre Rusia y EEUU“.

Termina el texto con algunas diferencias en las referencias a Dios, al amor y la fe pero concluye con la misma frase: “Si aprendiéramos a amar, comenzaríamos a comprender. Todo está pregonado y anunciado. Muchas gracias”.