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Los pobladores del Pirineo aragonés ya consumían lácteos hace 7.500 años

Un estudio de 36 recipientes cerámicos procedentes de las cuevas de Chaves y Puyascada, situadas en el Pirineo aragonés, ha hallado la primera evidencia directa del consumo y procesado de productos lácteos y de derivados del cerdo en esta zona a principios del Neolítico hace 7.500 años. Prehistoriadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y de la Universidad de Zaragoza junto a químicos de la Universidad francesa de Estrasburgo han analizado las vasijas prehistóricas, que forman parte del fondo del Museo de Huesca. 

La Cueva de Chaves (Bastarás), situada a 640 metros de altitud en las sierras prepirenaicas, y la Espluga de la Puyascada (La Fueva), a 1.300 metros, están integradas en un ambiente estrictamente pirenaico. Los resultados del trabajo, que se ha publicado en la revista 'Archaeological and Anthropological Sciences', ha informado la UAB.

Para la investigación se han combinado técnicas de identificación de residuos orgánicos y de caracterización isotópica de ácidos grasos con el fin de determinar su origen animal, así como de datos obtenidos de la morfología y funcionalidad de la cerámica y de estudios arqueozoológicos de ambos sitios.

La correlación entre los residuos de grasa láctea y las diferentes formas de la cerámica analizados sugiere, además, que todos los procesos de preparación, consumo y almacenamiento también se llevaron a cabo en ambos asentamientos.

La primera autora del artículo e investigadora de la Universidad de Estrasburgo, Nadia Tarifa, ha subrayado que el resultado “cuestiona la consideración anterior de que el consumo de lácteos en los Pirineos se habría iniciado mucho más tarde”. 

“Siempre se ha considerado que las dinámicas sociales prehistóricas en contextos montañosos son más lentas o menos evolucionadas que en la costa. Nuestro trabajo corrobora de manera definitiva estudios faunísticos previos en ambos sitios, que ya habían apuntado la explotación láctea en estas zonas montañosas en unas fases muy tempranas del Neolítico”, ha añadido la investigadora. 

El estudio muestra también cómo los productos derivados del cerdo podrían haber sido procesados o almacenados en recipientes de cerámica en ambos yacimientos, lo que indicaría la importancia de esta especie para las primeras economías ganaderas de montaña. 

Asimismo, los investigadores han observado algunas variaciones entre los dos yacimientos en cuanto a la explotación de carne de rumiantes y cerdos, con predominio de los primeros en la Espluga de la Puyascada y de los segundos en la Cueva de Chaves. 

Según ha indicado la UOC, los resultados respaldan la idea de que en el Neolítico temprano en el área pirenaica se practicaba una economía mixta basada en la agricultura y la ganadería integradas, en la que una sostenía a la otra, con rebaños de ovejas como principal fuente de carne y leche.

Los investigadores han identificado también residuos de vegetales procesados, así como de resina de pino, que se habría utilizado para impermeabilizar el interior de los recipientes.

El investigador de la UAB y coautor del estudio, Alejandro Sierra, ha indicado que los hallazgos “permiten conocer mejor los hábitos de consumo y el uso tecnológico de los recursos en el Neolítico antiguo en el Pirineo y abren nuevas vías de investigación para profundizar en la comprensión de las dinámicas sociales y económicas de las sociedades antiguas, especialmente en las zonas montañosas”.