Pablo Casado ha recuperado el polémico discurso trasvasista que José María Aznar agitó hace más de 20 años en Aragón con el Plan Hidrológico Nacional (PHN) que contemplaba el trasvase del Ebro.
El líder del PP clausuró el pasado domingo en Zaragoza el congreso exprés de los populares aragoneses, que encumbró al alcalde zaragozano, Jorge Azcón, al frente del partido. Aunque Casado no llegó a utilizar la palabra tabú, el trasvase, sí reclamó un pacto nacional en materia de agua “entre las cuencas cedentes y las cuencas que necesitan esa solidaridad”.
El presidente murciano, en el acto
Unas palabras que Casado pronunció ante la atenta mirada del presidente murciano, el popular Fernando López Miras, sorprendentemente el único dirigente autonómico del partido conservador presente en el acto, y que sonaron al deseo de “resucitar el trasvase del Ebro”, según ha advertido el cuatripartito que gobierna Aragón.
Dos décadas después de que Aznar promoviera el trasvase del Ebro, que desató una ola de movilizaciones y que fue frenado posteriormente por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y por la Unión Europea, parece que Casado estaría decidido a impulsar en el caso de llegar a la Moncloa lo que su mentor muy a su pesar no pudo concluir. “No hace falta reabrir cuestiones de hace 20 años, sólo basta con decir que Aragón necesita infraestructuras hidráulicas para evitar las crecidas y para poder almacenar cuando hay un excedente de agua, parece que es algo muy lógico”, dijo Casado desde la lógica de un PP que desde siempre ha apostado por construir grandes infraestructuras hidráulicas en la cuenca del Ebro para trasvasar el agua sobrante a Murcia y al litoral levantino.
También en la etapa de Felipe González, siendo Josep Borrell ministro de Infraestructuras, el PSOE planificó una ambiciosa red de trasvases que, a modo de vasos comunicantes, iba a unir a todas las cuencas hidrográficas del país. El Pacto del Agua suscrito en Aragón en 1992 era clave para el proyecto trasvasista de Borrell. Porque con el Pacto del Agua se conseguía algo que era prioritario para el ministerio: que Aragón cuantificara sus necesidades presentes y futuras de agua y, al mismo tiempo, concretara las obras hidráulicas necesarias para garantizar esos recursos. El plan de Borrell no se materializó. Sin embargo, ha sido rescatado del olvido esta semana por Azcón en una entrevista en Aragón TV en la que ha recordado que “el primero” en proponer un trasvase fue Felipe González. “En el 2008, el PSOE propuso un trasvase de 400 hm3 a Barcelona y Lambán lo votó a favor cuando era presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza”, sentenció.
El agua, arma electoral
Las afirmaciones de Casado han despertado los viejos fantasmas del trasvase del Ebro, un tema muy sensible para los aragoneses, a menudo fuente de conflictos y que con seguridad va ser un asunto recurrente en la próxima campaña de las autonómicas en 2023, como así ha sido en anteriores contiendas electorales. La reacción en contra de los cuatros partidos que gobiernan Aragón a los términos empleados por el dirigente conservador ha sido rotunda. El socialista Javier Lambán ha acusado al PP de “resucitar” el fantasma del trasvase y su número dos en el partido, Darío Villagrada, además de recordar que las afirmaciones de líder del PP suenan “al viejo trasvase”, ha cuestionado que Casado se refiera a esta polémica cuestión “cuando Aragón acaba de sufrir una crecida”. El PAR, por su parte, ha presentado en las Cortes una iniciativa que espera que sea una declaración institucional de rechazo al trasvase y que se apruebe con el apoyo de toda la Cámara. Chunta Aragonesista ha exigido al PP que descarte públicamente “cualquier tentación de llevar agua del Ebro a otra cuenca”. Y Podemos ha mostrado su rechazo a “las propuestas trasvasistas de la derecha”.
Mal día para Casado
En el mismo acto de puesta de largo de la nueva dirección del PP de Aragón, Casado dio una muestra de tener un mal día al presentar a Azcón como futuro presidente de Aragón, es decir dando por hecho que el actual alcalde de Zaragoza renunciará a la candidatura municipal en 2023 para liderar la lista autonómica, una cuestión que él ha negado en varias ocasiones en público. El exceso verbal de Casado ha obligado al partido en Aragón a salir en tromba a suavizar el alcance de las afirmaciones.