El primer mes de trabajo para limpiar de lindano el entorno de la localidad oscense de Sabiñánigo ha deparado mejores noticias de las que cabía temer y se está desarrollando según la hoja de ruta prevista. Esto es, solo se ha detectado un pequeño vertido, en el entorno de las Tiesas Altas, a 15 kilómetros de Jaca, con el que las instituciones no contaban pese a que algunos grupos ecologistas ya lo habían denunciado en el pasado. Un cuarto de siglo –y más de 500 millones de euros– costará reparar una de las mayores catástrofes medioambientales de Europa. De momento, se han invertido unos 65 millones en los primeros 25 años de trabajo.
El pasado 27 de noviembre comenzó el encapsulado de los residuos de lindano, un pesticida prohibido en toda Europa y que se fabricó hasta 1989 en la planta de la empresa Inquinosa de Sabiñánigo. El objetivo es aislar este contaminante y encapsularlo para su eliminación en lo que supone la primera medida del Plan Integral para la Descontaminación del Lindano, puesto en marcha en 2016 por el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, junto a la gestión hidrogeológica del vertedero de Sardas y del emplazamiento de Bailín, dos de los puntos más afectados por la contaminación.
Para el encapsulado de los residuos se utilizan cerca de 400 bidones de plástico. De Bailín se han de retirar 40 toneladas de carbono saturado, siete metros cúbicos de fase densa, otras 40 toneladas de protecciones de los trabajadores usadas y cuatro toneladas más de fangos prensados. La mayoría se incinerará en Francia tras su paso por el vertedero de residuos peligrosos de Zaragoza. En Sardas, mientras, se llevan a cabo sondeos inclinados para mejorar la extracción del agua subterránea y residuos en fase densa. En el futuro se trabajará en el desmantelamiento de los edificios abandonados de Inquinosa.
La investigación para detectar posibles minivertidos solo arrojó resultados en la parcela de las Tiesas Altas, declarada ya como “suelo contaminado” y que presenta una extensión de 300 metros cuadrados. El Gobierno de Aragón publicó avisos en los tablones de los ayuntamientos de 13 municipios cercanos a Sabiñánigo para recabar información complementaria sobre más casos sin que se registrara testimonio alguno.
El conductor que realizaba vertidos murió hace diez años
Y en conversaciones con antiguos trabajadores de Inquinosa se conoció que el conductor que realizaba descargas de vertidos a principios de los años 80 falleció hace diez años. El Ministerio de Medio Ambiente y el Gobierno de Aragón firmaron un convenio para abordar la gestión de los residuos de lindano por tres millones de euros y un plazo de ejecución de las actuaciones de tres años.
No todo es consenso. Ecologistas en Acción ha puesto en duda varios de estos puntos. Para empezar, que las convocatorias del Comité de Seguimiento Social del Lindano se limiten a ser “reuniones informativas sobre decisiones ajenas, tomadas de antemano y sin consulta previa” a las partes que conforman este órgano asesor. En el último encuentro reiteraron su petición de iniciar un proceso de biomonitorización de la población expuesta a los residuos con el fin de conocer las afecciones causadas a su salud, a lo que se les replicó que “esta comisión había sido disuelta por la Administración regional y que se barajaba un estudio indefinido de la salud en general en todo Aragón”.
Respecto al vertido de las Tiesas Altas, Ecologistas en Acción posee un documento emitido en febrero de 1978 por el Ayuntamiento de Jaca en el que se informaba de la detección de un vertido ilegal de unas tres toneladas de lindano en la zona y se prohibía a Inquinosa realizar nuevos vertidos. Asimismo, y ante la “desidia” del Gobierno aragonés, el texto se envió a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), desde donde se instó la actuación de los técnicos de medio ambiente de la Administración regional.
Los ecologistas piden garantías
Los ecologistas destacan los “nulos resultados” del intento de recopilar datos de otros posibles vertidos dispersos a través de anuncios en tablones municipales que achacan al escaso interés de los habitantes de estas poblaciones en consultar datos a través de este sistema. “Se ha llegado demasiado tarde a la búsqueda de datos solventes”, aseguran. Lo “primordial” ahora es “evitar la dispersión de emisiones de polvo y de aerosoles de materias peligrosas mediante un proceso previo de aislamiento de los edificios. Parece que no han aprendido nada de los desgraciados episodios del traslado del vertedero de Bailín”.
Inquinosa produjo lindano en Sabiñánigo entre 1975 y 1989. En 1978 obtuvo un permiso del Ayuntamiento para enterrar los residuos tóxicos en el vertedero municipal de Sardas. Cuando este se llenó a rebosar se utilizó el de Bailín, que dio cabida a 60.000 toneladas más con una zona de uso exclusivo para la empresa. Obligada a cerrar, la Audiencia de Huesca condenó a Inquinosa en 2003 a pagar 6,5 millones de euros en concepto de indemnización y otros 14 por intereses de demora que, hasta la fecha, no se han abonado. Menos de un 5 % de lo que va a costar limpiar el desastre.