En el mes de febrero se conoció que el Ayuntamiento de Zaragoza cancelaba la programación cultural y de la residencia de artistas de Etopia, el Centro de Arte y Tecnología de Zaragoza. A finales de marzo, esta decisión se hizo efectiva con la retirada del apoyo del Ayuntamiento a la Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento, gestora del espacio. Sin embargo, debido a las prisas del Consistorio zaragozano para dar carpetazo a la actividad en Etopia, esta disolución no se hizo de manera correcta. El Gobierno de Aragón ha informado de ello al equipo de Natalia Chueca mediante el Protectorado de Fundaciones y les ha forzado a crear uno provisional para cumplir con los requisitos legales. Se ha creado un patronato provisional formado por el Ayuntamiento de Zaragoza, Ibercaja y la Universidad de Zaragoza para certificar la disolución.
El centro quedó bajo el amparo del Protectorado de Fundaciones del Gobierno de Aragón después de que, en el mes de junio, todos los inversores renunciaran a su condicion de patronos y la Universidad de Zaragoza se quedase como único patrón de la Fundación, lo que la hacía inviable, según explicaron desde la Universidad en una nota de prensa. “La renuncia a la condición de patronos de las grandes empresas e instituciones, supone una alteración completa de los fines fundacionales expresados en el artículo 6º de los Estatutos de la Fundación FZC para impulsar los objetivos estratégicos que el Ayuntamiento de Zaragoza se plantease en materia de Sociedad del Conocimiento, darles protagonismo y promocionar su avance en la ciudad de Zaragoza, fomentar el uso de las nuevas tecnologías en el espacio urbano y desarrollar el proyecto de Milla Digital”, añadían en el mismo comunicado.
En ese momento Zaragoza en Común puso en duda el proceso durante la comisión de Economía, en la que cuestiono que se estuviera “garantizando el adecuado funcionamiento” de la entidad. Desde el Consistorio aseguraron que ya no eran responsables de su gestión.
Por el momento, Etopia continúa con varios proyectos y cuenta con una agenda de actividades para los próximos meses, además de siete trabajadores que continúan en el edificio. El trabajo de la fundación podría continuar si se encuentran nuevos patronos que garantizasen la solvencia económica.