El Partido Popular recupera la alcaldía de Huesca ayudado por la fragmentación de los partidos a la izquierda del PSOE, que regresa a la oposición ocho años después, y por la desaparición de Ciudadanos. Lorena Orduna, sin experiencia en política más allá de los seis meses transcurridos desde la presentación de la candidatura, ha tumbado la posibilidad de que Luis Felipe se convirtiera en el primer edil más longevo de la democracia en la capital altoaragonesa y se toma la revancha por el discutido voto en blanco que en 2019 apartó a su partido del bastón de mando. Huesca pierde diversidad en su ayuntamiento.
De las 11formaciones que concurrían solo contarán con representación PP, PSOE y Vox. La fragmentación de la izquierda ha hecho el resto del trabajo. Podemos-Alianza Verde (1.149 votos), Cambiar Huesca (1.098), Chunta Aragonesista (1.088) y Verdes Equo (1.055) no estarán en el Ayuntamiento pero entre los cuatro acaparan el 17,88% de los votos. Un escenario ficción que les habría situado por delante de Vox y cambiado por completo el panorama que se presenta para los próximos cuatro años. El PP mejora las cifras de 2019 en cerca de 1.500 sufragios que recoge en parte del hundimiento de Ciudadanos, del que también se beneficia la extrema derecha: pasa de uno a tres concejales y dobla sus votos: de 1.310 a 2.581 para consolidarse como el tercer partido más votado
El candidato de Podemos, Guillermo Boix, edil estos últimos cuatro años con la agrupación morada, candidato a la Alcaldía de Podemos-Alianza Verde, ha manifestado su “pena” por estos resultados a la vez que el agradecimiento a sus votantes. Más allá de las formalidades, reivindica que “desde la izquierda debemos hacer un replanteamiento y ver cómo podemos reformarnos para, precisamente, conquistar los derechos que creo que hemos estado conquistando”. Una reforma que se queda por el camino: la izquierda no representada en Huesca ha recolectado 4.390 sufragios y Vox, que acapara tres concejales, 2.581 votos. La suma de la izquierda invisible habría sido de cinco escaños a costa de PP, Vox y PSOE, que podría haber gobernado.
Huesca amaneció este lunes “sorprendida” con el resultado electoral en el ayuntamiento, como resaltó Marta Millán, joven universitaria que esperaba una victoria de Luis Felipe y un consistorio más plural. Simpatizante confesa de Podemos, señalaba que la “frustración” del resultado de este partido y del resto de izquierdas no obedecía tanto al descontento como a la “división”: “Siempre esperas un resultado amplio de la formación a la que apoyas, pero es descorazonador que no haya existido esa estrategia política” que evitase la victoria del PP. Más cuando “los programas apenas se diferenciaban unos de otros”, refería Pedro Almudévar, que votó a Chunta y se lo veía venir: “La derecha no tiene esos problemas ideológicos. La izquierda ha estado a verlas venir y el PSOE ni siquiera ha apelado a pactos de investidura. Es una mezcla de soberbia e imprevisión que pagaremos cuatro años como mínimo”.
No llegan al 5%
Por separado, ninguna de estas fuerzas llega al 5% de los sufragios y cada una de ellas supera por muy poco los mil votos. La más perjudicada es Podemos, que pierde a sus dos concejales, y llueve sobre mojado para Chunta Aragonesista, que se queda de nuevo sin representación en el ayuntamiento como ya le sucedió en 2015 y 2019. El socialista Luis Felipe había mostrado sus reticencias a pactar con algunas de las formaciones a su izquierda pese a que estas tendían su mano a un posible entendimiento que cerrara las puertas del consistorio a PP y Vox. Lorena Orduna, empresaria de 46 años, sujetará el bastón de mando los próximos cuatro años.
La extrema derecha es la que puede presumir de un crecimiento mayor y Orduna deberá apoyarse en esos tres concejales para reproducir el mismo escenario que se va a dar en el Gobierno de Aragón o el Ayuntamiento de Zaragoza. El PSOE suma los mismos diez que le permitieron gobernar en 2019 gracias a un voto en blanco de paternidad nunca reclamada que echó abajo el pacto alcanzado por PP, Ciudadanos y Vox. Ahora, los socialistas han perdido 1.400 votos y el descalabro de Ciudadanos, en el que se apoyó para sacar adelante las medidas más relevantes de la legislatura, es aún mayor: desaparece del ayuntamiento, pierde sus tres ediles y pasa de 2.701 votos a 454 en su coalición con Tu Aragón.
La nueva alcaldesa de Huesca señala que la clave de su campaña se ha hallado en “diagnosticar los problemas reales de la ciudad junto con los oscenses que se han acercado a nosotros estos días”, algo que ya había “percibido”, así como los “aires de cambio” que detectaba entre los oscenses: “He contado con un equipo y un proyecto en el que los oscenses han creído, y hemos pisado la calle a tope”. Es directora general de la firma Arizón y Gracia, dedicada a la limpieza industrial y a la impermeabilización de edificios. Es además licenciada en Ciencias Políticas y Sociología y Máster en Especialización en la Unión Europea.
Luis Felipe, que aspiraba a gobernar en solitario y se había hecho acompañar como número 2 por la hasta entonces subdelegada del Gobierno en Huesca, Silvia Salazar, asumirá las labores de oposición que ya desempeñó entre 2011 y 2015, cuando gobernó el PP con otra mujer al frente, Ana Alós. “La ciudadanía ha hablado y dado el triunfo al Partido Popular. Nos hubiera gustado ganar, pero el votante ha decidido”, señaló el socialista, que no se olvidó del dato de que se habían dado “4.300 votos de la izquierda” que no tendrán representación en el Ayuntamiento de Huesca. Ha sido alcalde cerca de una década después de relevar a Fernando Elboj en 2010 y hasta el proceso electoral del año siguiente y ganar en 2015 y 2019.
El ‘tsunami’ azul tiñó la provincia en una noche de 28 de mayo que, sin embargo, arrojó resultados más parejos de lo que parece entre las dos principales formaciones nacionales. Una igualdad que sonrió al PP en plazas históricas como Barbastro, Monzón, Fraga, Sabiñánigo o Jaca, donde o gobernará o tiene la posibilidad de hacerlo pactos mediante. Este escenario se traslada a la Diputación Provincial de Huesca (DPH), donde los socialistas se echan a un lado después de haber sido la fuerza mayoritaria los últimos 24 años. Por la mínima: 13 diputados para el PSOE, 12 para los populares. Ninguna otra fuerza entra en la DPH.
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