Vox en Zaragoza reclutó como coordinador en Cuarte de Huerva a un condenado por no frenar una brutal paliza a un sintecho

En agosto de 2009, un sintecho pasaba la noche en un fotomatón de Madrid cuando fue abordado por un grupo de personas de estética skinhead. Uno de ellos, Mykhaylo Tsyku, alias el Ruso, le dio tal paliza que le dejó en coma y con secuelas de por vida. Tras abandonarle moribundo, los amigos siguieron de copas como si nada. Tsyku fue sentenciado a diez años de prisión. Uno de sus acompañantes era Javier Royo Blasco, quien junto con otras dos personas fue condenado penalmente por un delito de omisión ante su deber de impedir la agresión. En enero, Royo Blasco fue reclutado como cargo local de Vox-Zaragoza: recibió la designación de coordinador de la formación en Cuarte de Huerva.
Ahora, alertada por elDiario.es de esta situación, fuentes de la formación aseguran que Royo fue relevado “hace diez días”. Su nombramiento, por cierto, fue una de las causas que dinamitó el grupo municipal de Vox a principios de año: sus dos concejales, Daniel Hornos y Marisa Gáñez, dejaron el partido y pasaron a ser no adscritos. La propia coordinadora hasta entonces, Piluca García, renunció a su militancia, ya que no fue ni siquiera informada de su sustitución.
La designación de Royo Blasco fue comunicada a la edil Marisa Gáñez el 21 de enero a media tarde, en una reunión informal en un bar de la localidad en la que estuvieron presentes cuatro cargos del Comité Ejecutivo Provincial, Santiago Morón, Francisco Berna, Sara Ballesteros y Jesús Gracia, según explica la propia representante municipal. “Me lo presentaron como el nuevo coordinador –recuerda Gáñez–. Ni nos lo habían comunicado antes a nosotros ni lo habían hecho a la propia coordinadora. Nos lo impusieron”.
Como explican la edil y Hornos, esta fue “la gota que colmó el vaso”, y lo que les llevó a abandonar las siglas de Vox. Lo que no se sabía entonces es el pasado que arrastra Royo Blasco.
Tal y como constaba en la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, el ahora responsable de Vox fue condenado, junto con otras dos personas, “como autores penalmente responsables de un delito de omisión del deber de impedir determinados delitos”, en relación con la paliza sufrida por la víctima. De los 300.000 euros que el tribunal impuso al único autor de los hechos, Mykhaylo Tsyku, los otros tres acusados fueron sentenciados a asumir 100.000 euros de manera solidaria y conjunta.
El fallo, de marzo de 2013, explica que la brutal agresión dejó a la víctima –que estuvo cinco meses hospitalizado– con una discapacidad del 67%, problemas en el sistema neuromuscular y un trastorno cognitivo, ambos de carácter traumático. Sus dolencias, incurables, suponen que el entonces sintecho necesite “de por vida la supervisión y auxilio de terceras personas” en cuestiones de cierta complejidad.
Tras dejar en coma a la víctima, los cuatro se marcharon “sin importarles el estado en el que podía haber quedado”. Acabaron en un pub irlandés, donde siguieron con la fiesta.
Royo Blasco ya arrastraba condenas previas por “delitos de daños, lesiones, resistencia o abandono de destino o residencia militar”, ninguno de los cuales fueron computables a efectos de reincidencia en aquella causa. Además, en el juicio reconoció que en el momento de los hechos se encontraba cumpliendo una condena en el Centro de Inserción Social Las trece rosas de Zaragoza, en régimen abierto, por lo que no podía desplazarse fuera de la capital aragonesa.
En valoraciones este diario, Royo ha querido señalar que “los hechos ocurrieron hace casi 20 años” –en realidad son 16– y ha reconocido como su “única culpa” el haber estado “en el sitio menos indicado en el momento menos indicado”, con una persona que según ha manifestado “acabada de conocer” y que “nunca más” ha vuelto a ver.
“Me arrepentiré toda la vida de no haber podido hacer más por evitar la agresión, pero tengo la conciencia muy tranquila porque sé que si no hubiera sido por mi actuación en defensa de la víctima cuando vi lo que estaba pasando, apartando al agresor y protegiendo a la víctima, el resultado hubiera sido mucho peor”, ha añadido. Es algo que el representante de Vox alegó durante el juicio, pero que la sentencia no pudo probar ya que ninguno de los dos testigos presenciales vio a los acompañantes ayudar de ningún modo al agredido.
“Sin valorar méritos”
En cuanto a los ya exconcejales de Vox en la localidad, ambos abandonaron el partido semanas atrás precisamente –según manifestó uno de los dos ediles, Daniel Hornos, en un vídeo en redes sociales– por el “reparto de cargos sin valorar méritos reales” impulsado desde la formación en Zaragoza. “Quienes apenas han contribuido, son premiados por ser amigos o adular a quienes están al mando”, lamentaba el concejal, que se mantiene en el equipo de gobierno pero desde el grupo no adscrito, como la otra antigua edil de Vox, María Luis Gáñez.
Hornos apuntaba en su intervención a la dirección del partido en Zaragoza, encabezada por el diputado autonómico Santiago Morón: “Ha caído en una dinámica que criticábamos: búsqueda de intereses personales, reparto de cargos sin valorar méritos reales y, en muchos casos, el alejamiento de los valores fundamentales”, apuntaba.
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