“IU y CHA son mis compañeros de lucha, estemos o no en la misma candidatura”

Mientras España debate sobre la confluencia de la izquierda, Pedro Arrojo (Madrid, 1951) participa en las Euromarchas para “construir alianzas europeas”. Según explica, la idea surgió en el seno de la Red de Agua Pública de Aragón, con el objetivo de evitar injusticias como las que está sufriendo Grecia.

Hablamos con él por teléfono durante un trayecto en autobús a Lyon, justo después de una manifestación en Grenoble. Arrojo subraya que la experiencia está siendo “intensa” y “sumamente interesante”, pero reconoce que también es “agotadora”. Y ya deja caer que llegará cansado a la pre-campaña electoral para el 20 de diciembre.

¿Usted es partidario de coaliciones electorales de izquierdas?

Yo llevo diez años promoviendo la convergencia y la alianza entre las fuerzas de izquierda. Hemos tenido toda la paciencia del mundo para ir empujando y seguiremos empujando. Lo que ocurre es que las alianzas no se deciden por decreto, son procesos muy difíciles. No se trata de hacer alianzas improvisadas, necesariamente tiene que haber proyectos comunes.

De las negociaciones no han trascendido diferencias de proyectos, sino más bien las exigencias de Podemos de situar su nombre en la papeleta y de copar los primeros puestos de las listas electorales...

Hay cuestiones que son de una lógica aplastante. No hay más que ver cómo fueron las elecciones anteriores: el 50% de la gente que votó Zaragoza en Común llegaba a las mesas electorales preguntando dónde estaba la papeleta de Podemos. La marca Podemos, por la razón que sea, es una referencia para millones de personas. Cualquiera que entienda mínimamente la dinámica electoral sabe que no todos los votantes están informados del último acuerdo. Las encuestas y todos los estudios dicen que el valor del nombre de Podemos es enorme. Además, el propio partido había acordado previamente en asamblea no renunciar al nombre. Yo veo un acierto la idea de que en las papeletas ponga Podemos, un guión y las plataformas que en estén en disposición de acordar una alianza. Por otro lado, hemos hecho unas elecciones primarias en las que han votado decenas de miles de personas y tenemos unas expectativas: el suelo es Podemos, ése es el punto de partida. A partir de ahí, si hubiera alianza, vamos a conquistar más puestos. En la negociación se ofrece la posibilidad de que esos puestos que se van a conquistar, fruto de la alianza, sean para las personas que decidan las fuerzas que se suman a Podemos. Me parece razonable.

¿No puede haber ciudadanos que piensen que la exigencia de Podemos de reservarse los primeros puestos de las listas es una actitud típica de la “vieja política”?

Hombre, con unas primarias en las que han votado decenas de miles de personas en lugar de que una ejecutiva haya tomado la decisión, eso es cualquier cosa excepto vieja política. El proceso de participación ciudadana no podía ser más abierto. No sé si usted ha votado, pero si quería, ha podido votar. Piense en cómo se hacen las listas de cualquier otro partido, están todos muy lejos de hacer algo parecido. De hecho, Podemos ha sido un revulsivo que ha provocado que hoy todo el mundo hable de primarias.

Entiendo, entonces, que los militantes de Podemos no estarían dispuestos a presentarse a las primarias que va a organizar Ahora Aragón en Común el 25 de octubre...

Al estar participando en la Euromarcha, no he seguido al detalle las negociaciones. Pero, desde el primer momento, lo que se planteó es que Podemos no va a poner en juego las posiciones que nuestra marca arrastra por sí misma, aunque solo sea por respeto a las 44.000 personas que votaron en las primarias. Otra cosa es que abramos espacios en las candidaturas a personas que van a poder salir elegidos si hay alianza. Yo, que he sido votante de Izquierda Unida y de Chunta Aragonesista hasta ahora, digo con dolor que, desgraciadamente, esas formaciones no tienen ninguna opción de sacar diputados por Aragón. Sin embargo, si fuéramos unidos, sería posible sacar un tercer diputado por Zaragoza y uno por Huesca y Teruel. Por eso, me alegré cuando Podemos ofreció el espacio que quedaba para que se sumasen otras fuerzas. Es una oferta más que razonable; nosotros teníamos desde la asamblea de Vistalegre una hoja de ruta que se modifica para intentar integrar a más personas. Pero si no hay acuerdo para la confluencia, no habrá que dramatizar. Habrá que ir a las elecciones y al día siguiente, salga lo que salga, seguir trabajando por converger. Ya digo que llevo 10 años en ese empeño de estar juntos en las confrontaciones electorales para ser más eficaces. Y seguiré defendiéndolo.

Si, como parece probable, Podemos concurre a las generales en solitario… ¿le preocupa el enfrentamiento electoral con Ahora Aragón en Común, Chunta Aragonesista o Izquierda Unida?

Hombre, a mí, obviamente, me preocupa. Si al final no hay acuerdo, de mi boca no oiréis salir ninguna crítica sangrante hacia los compañeros de Izquierda Unida o de Chunta Aragonesista. Para mí, son mis compañeros de lucha, estén en la misma candidatura que yo o no. Lo digo a nivel personal y espero que Podemos tenga también una actitud coherente: si no es posible ir juntos en las candidaturas, por lo menos, no seamos enemigos. Porque no lo somos de facto. Yo, aquí, en la Euromarcha, estoy con compañeros de Izquierda Unida. Podría haber alguien de Chunta y seguro que vinieron a la manifestación de Zaragoza. En mil luchas hemos estado juntos. Las elecciones no deben servir para separarnos.

¿Usted será el cabeza de lista por Zaragoza al Congreso por Podemos?

Sí, en principio, eso es lo que salió de las primarias, esa es la previsión. No he vuelto a tener reuniones sobre esto ni tampoco es mi ambición. Nunca he pretendido estar en primera fila en Podemos, he estado apoyando discretamente, dando mis ideas. En esta ocasión, se me invitó a estar ahí delante, tuve mis dudas, pero al final acepté porque creo que puedo aportar, desde mi experiencia.

Hace unos días, el CIS publicaba la valoración de los políticos aragoneses y los líderes de los nuevos partidos tampoco conseguían el aprobado. En concreto, Echenique quedaba por detrás de Aliaga, Rudi, Lambán, Soro y Gaspar, ¿qué le parece?

No he podido conocer los datos, pero creo que este año ha habido un castigo mediático tremendo a Podemos. Cuando Podemos se atreve a someter a las urnas las ideas del 15-M, esos jóvenes que no eran preocupantes y que iban a acabar por cansarse, de repente, se convierten en una realidad que puede cambiar la política en España. Entonces, empieza un bombardeo mediático tremendo, no solo de la prensa más conservadora. Yo mismo escribía cartas en periódicos de corte progresista y he sido vetado, incluso para hablar de cosas que no tienen que ver con Podemos. Esos medios muy agresivos erosionan la imagen de los líderes de Podemos. Al mismo tiempo, cometemos errores y las declaraciones inadecuadas son aumentadas por estos medios, que temen que Podemos llegue a cambiar las correlaciones de fuerzas en la política en España. Seguramente lo temen con razón.

¿El liderazgo de Echenique ya no se cuestiona en Podemos Aragón?

En absoluto. Yo mismo, en las primarias para el consejo ciudadano de Aragón, acabé presentándome en una lista que no era la de Echenique. Él me había llamado para ir en su lista y yo no tenía ninguna animadversión hacia él. Simplemente, no lo conocía. Sin embargo, sí conocía a gente de la lista que se dijo que era más proclive a Pablo Iglesias, porque es gente con la que llevo luchando mucho tiempo. Desde que se hicieron las primarias, puedo asegurar que en el consejo ciudadano no he visto cicatrices por la doble candidatura: hay una colaboración firme. Violeta Barba es vicepresidenta en la mesa de las Cortes, está integrada perfectamente en el equipo liderado por Echenique. Y yo ahora encabezaré la candidatura a las elecciones generales con todo el apoyo de Echenique. Él tiene todo el mío y toda mi simpatía. Es una persona tremendamente valiosa.