Los rumores se destaparon en febrero pasado al anunciar Javier Lambán que padecía un cáncer de colon. Las conjeturas aumentaron en intensidad tras su operación y se desbocaron en el instante en que la aragonesa Pilar Alegría fue señalada como la favorita de Pedro Sánchez al nombrarla ministra de Educación. Empujado por una rumorología en aumento, Lambán no ha dejado acabar el mes de agosto para dejar claro ante el comité regional su intención de optar de nuevo al liderazgo del PSOE aragonés en el congreso que celebrará el partido el 6 y 7 de noviembre.
Es un anuncio, aunque esperado, no estaba exento de cierto suspense, ya que lógicamente estaba ligado a la evolución de la enfermedad que padece. Lambán todavía se somete a tratamiento de quimioterapia, pero a juzgar por sus declaraciones y las opiniones de personas de su entorno, se siente con fuerzas para presentar su opción a la Secretaría General del PSOE aragonés. Ha sido una decisión largamente meditada por Lambán, quien ha aprovechado los meses de verano para hablar con numerosos militantes “y después de escucharles y a mi conciencia, he llegado a la conclusión de presentar mi candidatura”, anunció en la esperada intervención que cerró el comité regional del pasado 27 de agosto, cuya convocatoria había levantado expectación.
Este será su tercer mandato al frente del socialismo aragonés, ya que todo apunta a que Lambán tendrá alfombra roja y no se disputará el liderazgo con ningún otro rival. El próximo jueves 9 finaliza el plazo de presentación de candidatos y previsiblemente la candidatura de Lambán sea la única. “No me lanzaría a ninguna aventura sin saber que cuento el respaldo lo más amplio posible”, señaló contundente. Toda una premonición que en otros tiempos sería osada realizar y que pone en evidencia que hoy por hoy las tradicionales disputas internas en el PSOE aragonés son cosa del pasado, al menos en lo que afecta al próximo cónclave regional. En esta clave de distensión orgánica se interpreta que Pilar Alegría no vaya a plantar batalla por el liderazgo del partido en Aragón. Ella misma lo ha descartado en las últimas declaraciones que ha realizado, en las que ha dejado claro que su lugar es ahora el Ministerio de Educación “24 horas al día, siete días a la semana”. Las fuentes consultadas estiman que el panorama hubiera sido distinto si finalmente Lambán se hubiera visto empujado por su salud a dejar el liderazgo del partido. En ese caso, se hubieran desatado las hostilidades internas entre Pilar Alegría y la actual consejera de Presidencia y dirigente turolense, Mayte Pérez, quien se apresuró a mostrar su apoyo a Lambán apenas horas después de que éste confirmara su candidatura.
Aunque todavía queda aproximadamente un año para que el PSOE regional decida cuál será su cabeza de cartel a las elecciones autonómicas de mayo de 2023, Alegría se ha quitado esa pesada carga de encima advirtiendo que la tradición en el PSOE es que el secretario general sea también el candidato a la Presidencia de Aragón. Idénticos argumentos esgrimen otras fuentes socialistas consultadas por el Diario.es Aragón para advertir que Lambán volverá a ser el candidato para enfrentarse a lo que puede ser su tercera legislatura en el sillón del Pignatelli, con lo que, caso de conseguirlo, igualará el récord de doce años de gobierno del otro dirigente socialista Marcelino Iglesias. En cualquier caso, la designación de la candidatura de Lambán para un tercer mandato en la DGA va a depender de cómo evolucione de la enfermedad. No se descarta que Lambán aspire a tutelar su relevo ocupando la secretaría regional y, por tanto, teniendo bajo control el partido, en el caso de que se vea abocado a renunciar por cuestiones de salud a liderar la candidatura socialista a la DGA.
La previsible continuidad de Lambán al frente del PSOE aragonés tranquiliza las aguas socialistas porque evita reabrir viejas heridas internas para centrarse exclusivamente en su labor de Gobierno liderando el cuatripartito. En el PSOE se concede una “importancia capital” a la estabilidad interna en el partido y también en el Gobierno, aunque no se descarta que puedan aflorar tensiones con los socios en el Pignatelli conforme se vaya acercando la cita de las urnas autonómicas.
Aliaga y Beamonte deshojan la margarita
Va a ser un otoño caliente no sólo para el PSOE con su congreso de principios de noviembre, sino también para la otra parte fundamental del cuatripartito, el PAR. Los aragonesistas celebrarán su cónclave regional en octubre y no está claro si su actual presidente, Arturo Aliaga, va a optar a un nuevo mandato. El cuerpo le pide presentarse a la reelección, lo ha dicho en varias entrevistas, pero su estado de salud -padece cáncer y ha sido intervenido en varias ocasiones- y las presiones familiares pueden obligarle finalmente a arrojar la toalla y dejar la presidencia del PAR en manos de un sector crítico capitaneado por varios aragonesistas históricos.
Tampoco el presidente del PP Aragón, Luis María Beamonte, ha desvelado públicamente si optará a la reelección, lo que ha desatado todo tipo de especulaciones sobre su candidatura en las elecciones autonómicas de 2023. Unas especulaciones que afectarían incluso al protagonismo orgánico y electoral que puede ostentar en el futuro el actual alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón.