La ruptura de Vox con el PP en el Gobierno de Aragón no se ha quedado, en lo que respecta a la actividad parlamentaria, en una cuestión de imagen. De hecho, amenaza con convertirse en un quebradero de cabeza continuo para el presidente autonómico, Jorge Azcón. En el horizonte aparece un punto clave de la actual legislatura: la aprobación del techo de gasto primero y de los Presupuestos de 2025 después.
El miércoles, en la junta portavoces, la formación de ultraderecha consumó su ruptura y de hecho comenzó a ejercer ya activamente su labor de oposición. El líder de Vox en Aragón y portavoz en la Cámara, Alejandro Nolasco, unió sus votos a los del resto de partidos representados en el mencionado órgano para dar luz verde a una nueva propuesta de configuración de los plenos, de manera que el Gobierno y los populares reducen su cupo en las iniciativas que pueden presentar.
Ni siquiera el PAR, que tiene representación en el Ejecutivo autonómico con ocho altos cargos, dio su apoyo al PP, al abstenerse frente al rechazo popular.
De igual manera, el partido de ultraderecha se alineó con la oposición y tumbó cuatro de las cinco proposiciones no de ley (PNL) que el PP pretendía llevar al pleno del próximo jueves.
La posición adoptada por Vox causó sorpresa en las filas populares, según indicaron los asistentes a la junta de portavoces.
El jueves, Nolasco justificó sus votos y fijó la oposición que le espera al presidente Azcón a partir de ahora: “Recordemos que, entre otras cosas, el Parlamento es la casa de la oposición. El PP quería presentar cinco proposiciones no de ley, algo a lo que no llegaban ni los grupos minoritarios”, manifestó. Y valoró que lo que pretenden los populares es “acaparar todo el poder y acallar a la disidencia”.
Sobre el nuevo periodo de tiempos fijado, el líder de Vox-Aragón consideró que es “un reparto equitativo, proporcional y objetivo en función de la representatividad”. “Pero al PP no le parece bien y por eso dice que Vox está con el PSOE”, lamentó.
Desde el PP aragonés se limitan a evidenciar a este diario su rechazo a la postura adoptada por la formación de ultraderecha y explicaron que han planteado a los Servicios Jurídicos de las Cortes la elaboración de un informe, porque consideran que los tiempos aprobados en la junta de portavoces vulneran lo reflejado en el Reglamento de la Cámara.
Ahora se abre un panorama sombrío para el partido en solitario al frente del Gobierno. La principal piedra de toque será lógicamente el Presupuesto autonómico y, como primer plato, la votación del techo de gasto. Si Vox une sus votos a la oposición y las cuentas decaen, Azcón se vería obligado a prorrogarlas sin haber siquiera llegado al segundo ejercicio completo de mandato. De hecho, el propio Nolasco ha amenazado ya con ello si el presidente aragonés no se opone al traslado de migrantes a Aragón.
Más allá de esto, el grupo popular se verá obligado a negociar de forma individual cada iniciativa que aspire a aprobar en las Cortes autonómicas, con todo el desgaste que eso conlleva. La formación de ultraderecha tendría en su mano endurecer las medidas que propongan los populares.
Fue el pasado mes de julio cuando Vox consumó una ruptura con el PP en el Ejecutivo autonómico. Lo hizo al no conseguir que el Gobierno de Azcón se opusiera a la llegada de menores migrantes a la comunidad. “Es un error”, dijo posteriormente el propio Azcón.
Vox creó así una situación sin precedentes en la política aragonesa, al salir de una coalición y dejar en minoría a los populares. Hay que recordar que, en Aragón, y dada la habitual ausencia de mayorías fuertes, lo más frecuente es que el gobierno lo formen dos o más partidos.
La formación que ha ejercido habitualmente de apoyo al PP o al PSOE ha sido el PAR, que, aunque durante estos gobiernos utilizó de forma recurrente las amenazas de ruptura para conseguir nuevas parcelas de poder, nunca llegó a consumar sus órdagos. Sin embargo, Vox apenas ha aguantado doce meses en el Ejecutivo.