Lola dio positivo por COVID-19 hace dos semanas. El lunes se hizo la última prueba. Tuvo que esperar durante una hora y media, de pie y en la calle, a que llegara su turno. Si los plazos se cumplen según lo previsto, hoy recibirá los resultados de su tercera PCR que confirmarán si el virus sigue activo o no. Sabrá si puede volver a salir a la calle o deberá seguir en su domicilio al menos 10 días más. Esta joven está confinada junto a su perrita, que cada día saca a pasear una vecina, en un piso de 40 metros cuadrados del Casco Histórico de la capital aragonesa. Para ella lo más duro es “la soledad y la falta de contacto con la naturaleza”, pero, según afirma, “esta experiencia le está ayudando a darse cuenta de las graves consecuencias en la salud mental y físicas que supone un encierro”.
Lola forma parte del 78% de los positivos que Aragón ha registrado en la ciudad de Zaragoza. La Dirección General de Salud Pública aragonesa no para de detectar nuevos casos de coronavirus. En la última semana los contagios ascienden a 3.721 y han fallecido 15 personas con COVID-19. Actualmente hay 484 camas ocupadas por pacientes afectados por coronavirus o por sospecha del mismo –40 en UCI y 444 en planta–. Este incremento de los casos hizo que el 13 julio las comarcas de La Litera, Cinca Medio y Bajo Cinca, Bajo Aragón-Caspe y las ciudades de Huesca y Zaragoza retrocedieran a una Fase 2 flexibilizada. Diez días después de esta medida, y tras encabezar el número de positivos en España, el Gobierno de Aragón endureció las restricciones.
A día de hoy el ocio nocturno, las peñas y el botellón están prohibidos en todo el territorio. También las reuniones, tanto públicas como privadas de más de diez personas. Las terrazas de los bares tienen obligación de cerrar a media noche. Y aunque los contagios en la provincia de Huesca comienzan a descender, en Zaragoza los expertos afirman que todavía no se ha alcanzado el pico. Luis Gimeno es médico del Centro de Salud del barrio de San Pablo. Cuenta que este nuevo rebrote está llevando a los profesionales de la salud a trabajar al 150% de su capacidad.
“La Atención Primaria está haciendo un trabajo enorme: diagnóstico, estudio de los contactos, seguimiento durante el aislamiento... y además sigue atendiendo a todo el resto de patologías cotidianas que no dejan de existir”, explica Gimeno. Todo eso “con unas plantillas infradotadas históricamente, a lo que tenemos que sumar las vacaciones escalonadas que hay que realizar”, indica. Tras la publicación de una orden que permite modificar el calendario vacacional del personal sanitario y que garantiza 15 días de descanso, las vacaciones de estos profesionales están siendo uno de los temas de debate público de las últimas jornadas.
También la falta de equipos, los sindicatos de médicos de atención primaria demandaban ayer medidas urgentes ante la situación “límite” de los centros de salud, con 123 profesionales contagiados en julio y más de 200 bajas laborales en la actualidad. Los sindicatos afirman que no les gustaría “volver a denunciar la situación sufrida en los meses de marzo y abril” y que esperan que el Ejecutivo aragonés ponga en marcha “medidas urgentes porque la situación de los centros de salud no está mejorando sino, al contrario, está llegando al límite”.
Autoconfinamiento y responsabilidad individual
Con el miedo a un nuevo confinamiento de Zaragoza planeando sobre los habitantes de la ciudad, desde la consejería de Sanidad se ha lanzado un contundente mensaje apelando a la responsabilidad individual. La consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, recordaba el pasado lunes en rueda de prensa que toda persona que haya mantenido un contacto estrecho con un positivo (estar más de 15 minutos con alguien contagiado sin mascarilla en las últimas 48 horas desde la realización de las pruebas o inicio de los síntomas) y aunque su PCR sea negativa tiene que estar en obligado aislamiento durante 10 días. Para reforzar esta necesidad, ayer el ejecutivo aragonés lanzó una impactante campaña bajo el lema “tú responsabilidad salva vidas”.
Este es la situación que ha vivido Julia, quien tras dar negativo en tres PCR y permanecer dos semanas en su casa ya ha podido reunirse de nuevo con su familia. Julia declara que al conocer que un amigo, con el que pasó menos de media hora, dio positivo por COVID-19, su pareja y ella se encerraron en casa. Cuando les hicieron la prueba, tres días después de la noticia, ella dio negativo y su novio positivo asintomático. Julia explica que en todo momento han llevado mascarilla y mantenido la distancia de seguridad dentro de su vivienda. A ella le tocó el sofá y a él el dormitorio común. Asegura que su autoconfinamiento inmediato les ha evitado “mucha carga moral”.
La suspensión “indefinida” del las actividades juveniles e infantiles
En palabras del presidente de Aragón, Javier Lambán en Zaragoza se da la “tormenta perfecta” para la propagación del virus“. Por una parte, se producen ”excesos del ocio juvenil“ y por otra, en la capital residen muchos de los temporeros que recogen la fruta en otros puntos de Aragón. ”El hecho de que confluyan ambas fuentes aquí y el hecho de que vivan unos 700.000 habitantes hace que sea mucho más difícil de controlar en cuanto a la expansión del virus que un pueblo pequeño, es lo que compone esa tormenta perfecta que explica el gran número de contagiados“.
Este puede ser uno de los motivos que ha llevado a la Consejería de Sanidad a suspender todas las actividades de tiempo libre dirigidas a la población infantil y juvenil a partir del 1 de agosto y la consecuente cancelación de colonias que afectan a cientos de familias.
Zaragoza cuenta con una extensa y consolidada red de Casas de juventud, Centros Municipales de Tiempo libre y ludotecas, que, junto a la educación de calle, están dirigidas a ofrecer tanto actividades de ocio infantil y juvenil como seguimiento y acompañamiento social. Los trabajadores y trabajadoras de estos recursos, que dependen del Ayuntamiento de Zaragoza, recibieron el pasado 28 de julio la noticia de que sus contratos serían suspendidos desde el 3 de agosto y de forma indefinida. Para Almudena, educadora de calle, “esta medida es una pérdida de derechos, ya que no va acompañada de alternativas de atención, muy necesarias entre colectivos vulnerables”. “El Gobierno de Aragón ha prohibido la celebración de actividades juveniles durante el mes de agosto, pero el Ayuntamiento, mandando a los trabajadores a la calle y sin ofrecer alternativas, lo único que está haciendo es ahorrar un dinero. Lo peor de esta situación es que puede suponer el cierre definitivo de muchos recursos públicos”, lamenta.
Redes de solidaridad para donde la Administración no llega
El barrio de las Delicias ha sido una de las zonas que ha liderado el número de positivos por coronavirus durante las últimas semanas. Desde el pasado 27 de julio, se han localizado en las zonas de salud de Delicias Sur y Delicias Norte 344 contagios. En este distrito, el más poblado de Zaragoza, surgió una Red de apoyo como respuesta a las necesidades de sus vecinos y vecinas durante el Estado de Alarma. Durante el confinamiento, un amplio grupo de personas se encargaron de proporcionar alimentos y bienes de primera necesidad, hacer recados, facilitar internet o tecnología, confeccionar mascarillas y batas sanitarias y ofrecer compañía telefónica a mayores.
Hoy, esta red que en agosto tiene activas a unas 15 personas voluntarias, se encarga fundamentalmente del reparto de lotes de comida a unas 20 familias cada semana. La mayoría de las familias se ponen en contacto directamente con ellas, aunque otras son derivadas desde los servicios sociales y centros de salud, que les informan de qué hogares están confinados por haber dado positivo por la COVID-19. “Esta situación es insostenible, no puede recaer en trabajo voluntario la responsabilidad de que las personas confinadas reciban alimentos, la administración y las entidades no están dando respuestas durante la mayor crisis social de los últimos tiempos”, narra Miguel, uno de los miembros de la Red.