Diez personas han demandado al Departamento de Salud del Gobierno de Aragón para reclamarle sendas indemnizaciones por la pérdida de visión en sus ojos tras aplicarles un fármaco de perfluoroctano, que comercializa la farmacéutica alemana Ala Octa, al ser operados en el hospital Miguel Servet de Zaragoza.
Se trata de diez reclamaciones patrimoniales por deficiente asistencia sanitaria para cuya resolución el departamento espera un dictamen del Consejo Consultivo de Aragón, según indica el consejero, Sebastián Celaya, en una respuesta a la diputada de Podemos Itxaso Cabrera. En algunos casos, los técnicos del departamento están pendientes de valorar las alegaciones de los afectados.
El perfluoroctano, que también se utiliza como refrigerante industrial y para sintetizar tranquilizantes como las benzodiacepinas, comenzó a aplicarse a finales de los años 90 para fijar la retina al globo ocular cuando se producían desprendimientos.
La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) retiró el de Ala Octa el 26 de junio de 2015, tras ser detectadas las primeras alertas del país en el hospital Miguel Servet. En diciembre de ese año tomó la misma decisión con el que comercializaba la firma francesa Arcotane. Para entonces hacía dos años que lo había hecho el Gobierno chileno.
Cegueras, necrosis y atrofias
La Agencia Española del Medicamente confirmó que “algunos lotes” de ese producto, que se comercializa como producto sanitario pero no como fármaco, tenían efectos citotóxicos, es decir, nocivos para las células.
Los casos clínicos documentados incluyen “casos de pérdida total y absoluta de la visión” de manera inmediata a la intervención, necrosis de la retina y, también, atrofias del nervio óptico patentes en el mes siguiente a la operación. “Cualquier otra lesión y pérdida de agudeza visual no sería atribuible a este producto”, anota el consejero.
El lote utilizado en Zaragoza, identificado como PFO150414, había sido fabricado por la firma alemana Ala Medics GMBH, distribuido en España por WM Bloss y suministrado al hospital por Crivel. “Poseía certificado CE emitido por el Organismo Notificador de Alemania BSI Group Deutschland con número de identificación 0535, sin que existiese alerta sanitaria sobre el mismo” cuando fue aplicado en el Miguel Servet, añade Celaya.
Retirado del mercado
Según la Consejería, el perfluoroctano de Ala Octa fue utilizado en nueve de las diez operaciones que han originado las reclamaciones, realizadas entre agosto de 2014 y febrero de 2015, antes de que ese producto fuera “declarado tóxico y retirado del mercado”.
En una de ellas “se constató la pérdida visual transcurridos seis meses de la intervención, por lo que las lesiones sufridas no cabe imputarlas al referido producto”, mientras que en la décima “no queda acreditado” que se aplicara.
Salud sostiene, no obstante, que el fármaco “ha podido constituir un factor concausal influyente en el mal resultado visual de los pacientes, pero no es el factor único, dados los antecedentes, en varios de ellos, de proliferación vitreorretiniana, prendimientos de retina recurrentes o afectación macular”.
La AEMPS concluyó en julio de 2016 que perfluoroctano de Ala Octa “ha causado problemas oculares al menos a 75 personas en el estado español, existiendo constancia de cinco casos en Aragón”.