Los 21 niños y niñas de la localidad oscense de Caneto ya no pueden acudir a la que, hasta este lunes, era su escuela: O Chinebro (el Henebro, en aragonés). Ahora tienen que recorrer 50 minutos en autobús, hasta la localidad de Tierrantona. El 2 de noviembre, instancias del Departamento de Educación comunicaron el inminente cierre de un centro que, afirman, debe regularizar su situación.
Hace cinco años, un grupo de madres y padres que se habían instalado en Caneto, población repoblada en los 80, decidieron que era necesario contar con una escuela. “Es la única forma de apostar por un proyecto de vida, y una familia en Caneto precisa una escuela en el pueblo”, explica Peña Pérez Salcedo, la representante de los padres y madres de O Chinebro.
Caneto fue abandonado en los 60, a raíz de la construcción del pantano de El Grado, puesto que las casas y las tierras de Clamosa, el municipio principal, se expropiaron. Los habitantes de Caneto se quedaron sin servicios ni comunicaciones y el pueblo se vació. En los años 80, un grupo de personas empezaron a reconstruirlo, gracias a la cesión a la Asociación Senda. Hoy, Caneto tiene 50 habitantes, es el segundo pueblo con más vecinos del Valle de la Fueva y casi la mitad de su población son niños y niñas en edad escolar. En el año 2019 se dio respuesta a sus necesidades educativas abriendo el Aula Caneto con alumnado de Infantil y Primaria.
Pérez asegura que ha sido un golpe “muy duro” puesto que sus hijos de dos y seis años ahora mismo no pueden acceder al colegio de Caneto y tendrán que ir a Tierrantona: “Estamos pidiendo sentido común y aplicar la ley; pero aplicar la ley no es mandar a un grupo tan numeroso a casi una hora de transporte, porque el transporte escolar tiene que ir por debajo de la velocidad, son unas carreteras peligrosas, no van a poder hacer ese trayecto en menos de 50 minutos y eso no es viable”.
Explica también que, cuando se inició el proceso para poner en marcha este colegio, responsables del Departamento de Educación se trasladaron hasta Caneto y, al ver las comunicaciones hasta la localidad, aseguraron que ahí “tenía que haber una escuela”.
Aunque surgió de la iniciativa privada, Pérez explica que “las administraciones vieron que tenían que apoyarlo porque ese proyecto debía prosperar”. “El propio Ayuntamiento de la Fueva, el Departamento de Educación y las familias fueron las que empezaron esta andadura de regularización dentro del sistema público, que es lo que tocaba por el número de niños y de niñas que hay en el pueblo y por su ubicación”, añade.
Compara la situación con otros colegios rurales en los que hay cuatro o cinco niños. Para asegurar que existe vida en el medio rural, afirma, “tenemos que poder mantener a nuestros hijos e hijas en ese entorno”.
También explica que, aunque conocían las dificultades que estaba atravesando el centro, no esperaban que la solución fuese el cierre. Asegura que desde el inicio de curso las cuentas del centro estaban bloqueadas, “pero para nada pensábamos que la solución aportada era el cierre de las aulas”.
Tanto la comunidad educativa como el Ayuntamiento de La Fueva se sorprendieron de esta decisión: “No vamos a cometer la imprudencia de meter a nuestros hijos e hijas en un autobús por las estrechas carreteras llenas de curvas, y la suma de hielo y nieve en invierno”.
Además, en una nota de prensa remitida a los medios, exponen que la escuela es un “proyecto educativo coherente tanto con los principios que promulga la nueva ley como la transición educativa ecológica, los ODS y la Agenda 2030, siendo una escuela sostenible en sus recursos energéticos y de impacto ambiental, y que cuenta además con una amplia trayectoria en cuanto a las líneas educativas que se han ido incluyendo en la LOMLOE y el propio currículo aragonés”.
Habilitación como espacio docente
Sin embargo, desde el Departamento de Educación, el Gobierno de Aragón sostiene que el centro lleva cinco años funcionando sin autorización. El edificio, aseguran, no cumple con los requisitos mínimos del Real Decreto para su habilitación como espacio docente y, según la Inspección, el Aula de Caneto “elaboró su propia programación general anual y sus programaciones didácticas para primaria, inglés y educación física”.
Así pues, el Gobierno de Aragón ha determinado que los alumnos seguirán recibiendo el servicio educativo en el CEIP La Fueva (en Tierrantona), centro en el que están oficialmente matriculados. Allí tendrán derecho a la gratuidad de comedor y a transporte escolar, con ayuda individual hasta que se contrate una nueva ruta de autobús.
Desde el Departamento se advierte de que en el Registro de Centros Docentes no Universitarios de Aragón no consta la existencia de un centro educativo en la localidad de Caneto y que “los reiterados informes de los técnicos de la DGA han sido todos desfavorables para la creación del mismo, por no cumplir los requisitos mínimos exigidos por el Real decreto 132/2010 para su habilitación como espacio docente”.
Entre otros, se señala la “inexistencia de certificación por técnicos competentes del abastecimiento de agua potable, energía eléctrica solar y conexión a Internet; ausencia de un proyecto de legalización; no constancia de la modificación del uso catastral del suelo cedido por la CHE primigeniamente como pastos a su autorización para uso urbanístico. A este respecto, no consta la realización de actuaciones que subsanen las incidencias observadas”.
Pérez, como madre y vecina de Caneto, sostiene que esto es falso y que sí que cuentan con internet, luz y agua corriente. “Vivimos en un pueblo con todos los recursos y todas las instalaciones de luz, agua e internet están funcionando gracias al apoyo de la Administración. En todo caso, si fuera así, la propia Administración lo estaba avalando hasta ahora. Parece que fuese una responsabilidad de las familias, lo que está pasando con el proceso de regularización es responsabilidad de la Administración, somos más víctimas que responsables”.
El PSOE, partido que estaba en el Gobierno de Aragón cuando se puso en marcha este centro, ha presentado una iniciativa en las Cortes regionales en las que pide al Gobierno que adopte las medidas necesarias para evitar el cierre, ya que son 21 alumnos escolarizados en una de las zonas más afectadas por la despoblación, al mismo tiempo que exige que se inicie un proceso de diálogo con el Ayuntamiento de La Fueva, con las familias de Caneto y con los profesores.
Asimismo, en una nota de prensa, ha recordado que las instituciones “han invertido en este colegio más de 50.000 euros, cuenta con agua corriente, luz eléctrica y wifi y está pendiente que en el Plan General se incluya como calificación de suelo sociocultural, tal como ha pedido el Ayuntamiento en el avance del mismo”.
En la misma nota, el PSOE apoya la versión de los padres, asegurando que “el centro imparte currículo educativo vigente de acuerdo con la Ley Orgánica de Educación y cuenta con un profesorado y sistema de provisión de puestos para maestros y maestras como el resto de centros de la red pública de la Comunidad Autónoma”.
Respuesta política
El asunto se ha trasladado de la movilización social a la esfera política, el portavoz socialista de Educación, Ignacio Urquizu, ha criticado la decisión: “El Gobierno PP-Vox no se hubiera atrevido a adoptar una medida de estas características en ningún sitio que fuera urbano sin hablar antes con los afectados o intentar dar soluciones, desde luego es sorprendente que la notificación del cierre se haga hoy por mail”, ha criticado.
En la misma línea se han manifestado desde Podemos, que consideran “inaceptable esta forma de trabajar del Departamento de Educación, que está ninguneando así a las familias, y sobre todo a los 21 alumnos. La escuela lleva funcionando cinco años y a estas alturas se les lanza a la incertidumbre, sin aclarar qué hacer para la escolarización de los chavales, y en cualquier caso se les propone empeorar de forma severa sus condiciones”.
Según Podemos, “al Gobierno formado por PP y Vox se llena la boca al hablar de despoblación, pero no son capaces de solucionar un problema administrativo, como es este, para que 21 niños no tengan que trasladarse más de 20 kilómetros para recibir clase en otro pueblo”.
También se manifestó contrario al cierre Joaquín Palacín, Presidente de CHA: “Estamos siempre reclamando medidas y actuaciones políticas firmes, claras y decididas para apoyar el mantenimiento de la vida en nuestros pueblos, pero cuando tenemos la opción de apoyar una iniciativa que ahonda en esta línea, el Gobierno de Aragón da un carpetazo y cierra las puertas de un centro educativo instalado en el medio rural”.
CHA considera que es necesario buscar todas las fórmulas que permitan mantener abierto O Chinebro. De hecho, las propias madres y padres del alumnado ya han expuesto públicamente cuáles podrían ser las soluciones. “Diálogo, acuerdo y consenso deben ser las líneas de actuación del Gobierno de Aragón frente a decisiones que suponen finalizar un proyecto que había arraigado en la localidad”, aclara Palacín.